Peñarol derrotó 3 a 2 a Nacional en el Campeón del Siglo, por la séptima fecha del Torneo Intermedio. Los goles fueron convertidos por Fabricio Formiliano, David Terans y Ariel Nahuelpan. El Decano comenzó ganando 2 a 0, se lo empataron en escasos minutos y pudo reponerse del golpe, para llevarse los tres puntos sobre el final. La diferencia clásica ahora es de 19. Ya se acerca nochebuena…

La previa mostraba una diferencia amplia entre uno y otro en la Tabla Anual, a favor de los tricolores. El rendimiento aurinegro a lo largo de la temporada venía siendo bastante malo, y esto se veía reflejado en los resultados. La baja de Giovanni González obligaba a la inclusión de Juan Acosta o Robert Herrera. Mario Saralegui finalmente se inclinó por este último. En el calentamiento previo, sorprendió la actitud de Ariel Nahuelpan, siendo de los que más arengaban a sus compañeros. El plantel y cuerpo técnico salieron a la cancha con una remera en alusión al fallecimiento de Diego Armando Maradona, el mejor jugador de la historia del fútbol, y reconocido simpatizante aurinegro.

El recibimiento, de tono histórico, mostró dos grandes banderas en las tribunas Damiani y Cataldi: «CLUB ATLÉTICO PEÑAROL, DECANO DEL FÚTBOL URUGUAYO» y «ORÍGEN OBRERO Y POPULAR». Por encima de esta última se desplegó un enorme tren, mientras el sonido de locomotora inundaba el Campeón del Siglo. Original idea, que reivindica los comienzos del club más antiguo, ganador y popular del país.

Peñarol salió a la cancha con Kevin Dawson; Robert Herrera, Fabricio Formiliano, Gary Kagelmacher, Joaquín Piquerez; Jesús Trindade, Cristian Rodríguez, Jonathan Urretaviscaya, David Terans, Facundo Torres; y Matías Britos.

Por el lado de Nacional, Jorge Giordano alineó a Sergio Rochet; Mathías Laborda, Rafael García, Renzo Orihuela, Ayrton Cougo; Gabriel Neves, Emiliano Martínez, Joaquín Trasante; Santiago Rodríguez, Gonzalo Castro y Gonzalo Bergessio.

El encuentro comenzó parejo y bastante trabado. Peñarol hacía daño cuando se juntaban Torres, Terans y el Cebolla; y los tricolores llegaban por el lado de Robert Herrera, cuando Cougo se sumaba a Castro en el ataque. Los goleros realizaron una atajada cada uno, pero en general los ataques de ambas escuadras no eran bien resueltos.

A los 28′ llegaría el primer gol aurinegro. Pelota quieta, ejecución de Urretaviscaya y cabezazo de Fabricio Formiliano, un especialista en la materia. Los mejores minutos se vieron a partir de ese momento. El tanto pegó duro en el tradicional rival, y Peñarol tomó las riendas del encuentro. Facundo Torres ya mostraba destellos de lo que iba a terminar siendo: la figura del clásico. En ese lapso, Gonzalo Castro debió ver la tarjeta roja por un planchazo criminal a Kagelmacher.

Nueve minutos más tarde, Laborda despejó una pelota fácil al lateral, señal del nerviosismo que reinaba en filas tricolores. Piquerez buscó a Cristian Rodríguez en el área, que ante la pasividad de Rafael García, giró, pensó, levantó la cabeza y le sirvió el gol a David Terans, que nuevamente facturó en esta clase de partidos. El 2 a 0 brindaba otra tranquilidad y auguraba un trámite tranquilo para lo que quedaba de partido. Pero en Peñarol siempre tiene que existir una cuota de sufrimiento…

Primero Robert Herrera vio la tarjeta amarilla por una llegada a destiempo, un hecho que luego influiría en la segunda mitad. Y dos minutos más tarde, Gabriel Neves encontraría el descuento con un remate desde afuera del área que se desvió en el camino. Nacional volvía a estar en partido, cuando ya estaba para el cachetazo final.

Así se fue el primer tiempo. Ambos equipos sufrían mucho por su banda derecha, ya que el partido de los laterales fue muy malo, y el de Rafael García, peor. A Peñarol le costaba tomar la mitad de la cancha, por la superioridad numérica tricolor en esa zona y por el bajo rendimiento de Jesús Trindade, que luego revertiría en la segunda etapa.

Los segundos 45 minutos comenzaron de la peor manera. Jugada preparada que absolutamente todos los presentes en la Henderson pudimos adivinar antes de la ejecución, menos los jugadores de Peñarol. Pelotazo cruzado de Gabriel Neves en dirección a Gonzalo Castro, que ya estaba 10 metros en campo aurinegro antes de que se reanude el encuentro. Éste desbordó a Herrera, que no lo pudo bajar por tener amarilla, pisó el área y habilitó a Santiago Rodríguez, que llegó solo por el medio para poner el empate.

Baldazo de agua fría. Se podía esperar un tramo de partido difícil, por el envión anímico tricolor, y así fue. Agustín Álvarez Martínez ingresó por Jonathan Urretaviscaya, de mal partido, y 10 minutos más tarde los hicieron Christian Bravo y Agustín Álvarez Wallace por Robert Herrera y Cristian Rodríguez. La inclusión del chileno de lateral por derecha sorprendió a todos, pero terminó siendo un acierto de Saralegui.

Dawson le tapó el tercero a Castro, que a esa altura ya era por escándalo el mejor de Nacional. Peñarol solo encontraba los caminos cuando recibía el Cuervo Torres, que fue fouleado sistemáticamente y generó las amarillas de Alfonso Trezza, Santiago Rodríguez y Mathías Laborda en poco tiempo. El aurinegro comenzó a crecer en la cancha de la mano de Facundo, y finalmente a los 75′ se daría el ingreso de uno de los grandes protagonistas de la jornada: Ariel Nahuelpan. Matías Britos, también de mal partido, le dejó su lugar al delantero argentino.

Mientras tanto, Nacional protestó dos penales, que el árbitro desestimó de forma correcta. El tricolor se fue quedando y el mirasol echó el resto sobre el final, en busca de la victoria histórica. Christian Bravo robó una pelota en la mitad de la cancha y armó un contragolpe letal, logró asistir a Terans antes de que lo bajara Trezza -que debió ser expulsado-, el Rey David dejó por el camino a su marcador y enfiló derecho hacia el arco de Rochet. El destino del balón no podía ser otro que el fondo de la red, pero increíblemente la habilitación para Nahuelpan se fue larga y el cotejo siguió empatado.

Parecía que iba a ser la última, pero a Peñarol nunca hay que darlo por vencido. Gary Kagelmacher avanzó desde el fondo y metió un pelotazo-habilitación, al igual que en el clásico del Torneo Apertura. Facundo Torres le ganó a su marcador, como toda la tarde, y procedió a enfilar hacia el arco cuando fue bajado por Laborda. Penal clarísimo. En un hecho que aún no me termina de cerrar, tomó la pelota el Canario Álvarez, que decidió hacerse cargo de la ejecución. El remate fue muy anunciado y encontró la buena respuesta del guardameta tricolor. Pero en el rebote apareció Ariel Nahuelpan, que de zurda y con muchísimo suspenso -demasiado-, la colocó contra el palo, desatando el delirio de los jugadores y del puñado de personas que concurrieron al Campeón del Siglo.

Los albos desataron una protesta descomunal, porque el argentino estaba un paso adentro del área -al igual que un jugador de Nacional- cuando Álvarez remató. De locos. El partido siguió y parecía irse con victoria aurinegra, hasta que el tricolor tuvo la chance de pelota quieta que necesitaba, para llegar con todos sus hombres al área. Laborda ganó por arriba y Sebastián Fernández quedó solo al borde del área chica, mientras la imagen mostraba que no podía no terminar en gol. Pero apareció la inmensa figura de Kevin Dawson, que como en sus mejores partidos, sacó una pelota imposible, asegurando los tres puntos.

En la recarga, habría tiempo para que Facundo Torres desmoralizara a Gabriel Neves, la figurita del momento, y éste tuviera que recurrir a una patada descalificadora para que el Cuervo no convirtiera el cuarto tanto.

El juez pitó y Peñarol resultó ser el primer ganador en el Campeón del Siglo. Al igual que en el viejo Parque Central, en Villa Peñarol, en Las Acacias, en Los Pocitos y en el Estadio Centenario. La historia clásica volvió a mostrar que el aurinegro es su claro dominante. En la mitad de la cancha, los ánimos se caldearon y en el tumulto resultaron expulsados Herrera, Formiliano y Urretaviscaya en Peñarol, y Rochet, Cartagena y García en Nacional. Todos los jugadores tricolores se fueron insultando a la tribuna, mientras que Cougo y Trezza se encargaron de hacer un circo dantesco en las afueras del vestuario

El aurinegro se llevó un clásico histórico, ahora está 19 arriba en el historial y logra un empuje anímico brutal para la segunda parte del torneo. Y para el final, un dato de mi colega y amigo Wilson Méndez: «Sólo dos veces en la historia de los clásicos, un arquero atajó un penal y se logró el gol en el rebote. Uno, el 9 de octubre 1949, gol de Ernesto Vidal. El otro, el 13 de diciembre de 2020, gol de Ariel Nahuelpan. En ambas ocasiones ganó Peñarol. Esta vez por lo menos se quedaron hasta el final». Aunque, de atrevido, me permito agregar que el espectáculo payasesco en el túnel lo volvieron a hacer.

El regalo de papá.