Día 5: Nos levantamos a las 9 de la mañana. Por suerte se les fue la molestia a los lesionados con la comida. Seguimos recorriendo este país increíble y arrancamos para nuestro próximo Cayo: Playuela y Playuelita, dos islas pegadas pero con una geografía diferente. Una con más palmeras y un color diferente de agua más tirando a turquesa y la otra con más arboles, rocas y agua más verde.

Metimos un buen partido de fútbol ya que teníamos casi toda la playa para nosotros. Como los otros días colgamos los trapos de los arboles y palmeras cual pirata conquista una isla del Caribe y planta su bandera, la poca gente que disfrutaba del día miraba asombrada, pero con el correr de las horas se acostumbraban al «cante» que estabamos haciendo cantando, aplaudiendo y gritando. Igualmente a pesar del agite la gente se arrimaba y sacaba fotos pensando que eramos jugadores. Regresamos en la lancha todos parados y cantando descontrolando al tipo que conducía hasta que se tuvo que poner a cantar con nosotros. Sin dudas tremendo viaje, seguimos viviendo esto como un sueño y disfrutando cada minuto de este paraíso.

De noche fuimos al centro comercial de la ciudad donde pudimos comer una rica carne a la parrilla y pollo. Compramos algo de ropa (muy buenos precios) y bebida para la noche: Tequila, Ron, Vodka y algunas bebidas más tenemos. Con una temperatura de 27 grados y una noche estrellada, nos pasamos jugando a las cartas en la barbacoa del hotel y escuchando música.

Hoy partimos para Caracas. Vamos a ir al hotel de los jugadores y si podemos vamos a estar presente en la práctica para que sientan que  hinchas de Peñarol siempre van a haber no importa donde se juegue.

Saludos a todos en Uruguay, PEÑAROL PEÑAROL!!
German, Mauro, Daniel y Paulo.