«En los próximos 3 años, por lejos, Peñarol va a tener el mejor plantel del fútbol uruguayo» fue una de las promesas del actual presidente de la institución, Ignacio Ruglio, en su presentación de campaña. Terminó la pretemporada, se acerca el inicio de la competencia oficial y al plantel de Peñarol le faltan piezas en todas las posiciones. El entrenador pidió jugadores que no han llegado. Por otro lado, Alejandro González, actual directivo oficialista, declaró a fines del año pasado que «en el corto plazo vamos a armar un plantel muy competitivo». Lo seguimos esperando.

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El Decano del fútbol uruguayo cerró su seguidilla de partidos amistosos por la Serie Río de La Plata cayendo en el clásico ante Nacional por 2 a 0. En los amistosos quedó demostrado que al equipo le faltan -por lo menos- dos zagueros, uno o dos delanteros y un extremo zurdo. Todos de determinado nivel y jerarquía como para ser titulares. Tienen que ponerse la camiseta de Peñarol y jugar.

Ofertas ridículas

En el puesto de arquero, la prioridad de Diego Aguirre era Gastón Olveira, pero fue rápidamente descartado, ya que Olimpia de Paraguay no tenía interés en cederlo y Peñarol no estaba dispuesto a ofertar por la ficha del jugador. Hasta ahí, la situación parecía razonable. Dada la negativa del equipo guaraní, la Fiera solicitó la llegada de 2 arqueros: Washington Aguerre, que terminó incorporándose al aurinegro, y Luis Mejía, que era el elegido por Aguirre para ser el titular. Con el arquero panameño se iniciaron conversaciones, pero el club comenzó las negociaciones por debajo de lo pedido por Unión Española (70 mil dólares), su último equipo, y por el propio futbolista (quien estaba muy ilusionado con llegar a Peñarol). Luego de varios días sin avances, se metió en la conversación Nacional, que fracasó en su intento de contratar a otros arqueros y rápidamente se adueñó nuevamente de Mejía. La oferta salarial de Peñarol era irrisoriamente inferior a la de Nacional, quien le ofreció 25 mil dólares mensuales al panameño. Al tratarse de un jugador con pasado en el tradicional rival, Peñarol debió apurarse en la negociación antes de que su antagonista intervenga y además, no escatimar en la cifra pedida por parte del equipo chileno y el jugador.

Otro caso similar fueron las negociaciones por Joaquín Varela, defensa central de 25 años por el que el carbonero comenzó ofertando por debajo de su precio establecido. El defensor tenía interés de llegar al Decano, por lo que incluso habiendo superado la prueba médica en Aguilas Doradas, volvió a Uruguay para esperar por Peñarol. El representante del jugador le informó a Peñarol que Águilas Doradas había ofertado 140 mil dólares para llevarse al zaguero, pero Peñarol no se movió de los 90 mil. El mismo representante ofreció pagar los 50 mil dólares de diferencia y que el club se los devuelva en 12 cuotas y se llegó a un arreglo, pero minutos más tarde Eduardo Zaidensztat envió la oferta por escrito con un monto inferior, lo que hizo que Joaquín Varela finalmente se fuera a Colombia. Todos pusieron de su parte para que el defensa juegue en Peñarol. Menos Peñarol.

Otros jugadores pedidos por Diego que no llegaron

Aguirre además pidió expresamente la llegada de Maximiliano Romero, delantero argentino con pasado en Racing de Avellaneda y en Europa. Cuando su pase al carbonero parecía cerrado e incluso así se anunciaba en la prensa de Argentina y Uruguay, el aurinegro no se apuró a mandar la documentación y posteriormente el jugador, el cual no se convenció de llegar a Peñarol, arregló su llegada a Argentinos Juniors por fuera de su representante. Aún no se incorporó a otro jugador de sus características para tener otra variante en el equipo. Para Aguirre, Romero iba a ser una pieza fundamental en el equipo. El técnico estaba muy ilusionado con su arribo.

Las negociaciones del club se hacen bastante largas, en comparación con las de sus contrincantes a nivel local e internacional. Al mismo tiempo que la institución negociaba la llegada de Romero, también se iniciaron charlas con Cristian Lema, pero Peñarol no logró avanzar en una semana y Boca Jrs. lo logró abrochar en 2 días pagando su cláusula de salida de 400 mil dólares. Actualmente, el aurinegro mantiene las negociaciones con Guzmán Rodríguez, zaguero de 23 años de Boston River con el que se negocia desde ¡hace un mes! y por diferencias económicas entre las instituciones aún no se ha podido incorporar. El hecho de hacer durar tanto las negociaciones de transferencias suele ser más perjudicial que beneficioso, ya que se terminan escapando los jugadores y no se cierran ahorrando una suma mínima de dinero como se planea desde la gestión. No sería de extrañar que Boston River, viendo el rendimiento de los zagueros de Peñarol y la incapacidad de la dirigencia, pida más dinero ahora que hace una semana.

Negociaciones con el Grupo Pachuca

Sin embargo, el hecho de negociaciones más curioso de este mercado fue las relaciones con el Grupo Pachuca. Peñarol prestó a Bruno Betancor a Everton de Viña del Mar y vendió a Santiago Homenchenko por 1.2 millones de dólares al Real Oviedo, 2 equipos integrantes del grupo e incorporó a Byron Castillo, lateral derecho de la selección ecuatoriana proveniente de León de México.

Se suponía que, además, llegaría Romario Ibarra por el acuerdo entre la institución y el grupo empresarial, pero el jugador prefirió viajar a Ecuador y se incorporó a Independiente del Valle. En un principio se dijo que era por un tema familiar que luego desde la misma familia del jugador se desmentiría públicamente. Hasta la fecha aún no ha llegado otro jugador del grupo Pachuca por la no llegada del ecuatoriano, pese a que Peñarol brindó anteriormente a sus jugadores y se rumorea de una posible venta de Damián García en los próximos días (se quedaría cedido hasta mitad de año).

Mientras sucedía la situación de Ibarra, el presidente aurinegro daba como ‘’muy cerca’’ a David Terans (actual jugador del Grupo Pachuca), incluso llegó a asegurar que su representante (Flavio Perchman) estaba mintiendo cuando declaró que el jugador no quería venir a Uruguay. Por supuesto, Terans no llegó a Peñarol. Si bien el jugador salió del Pachuca, recientemente se incorporó al Fluminense, como había advertido su representante.

No solamente la llegada de Guzman Rodríguez se negocia desde hace un mes. El decano hace varias semanas que intenta la incorporación de Lucas Di Yorio, delantero argentino de 27 años con pasado en el fútbol uruguayo defendiendo a Cerro Largo y actualmente en León de México, equipo del Grupo Pachuca. Su llegada en un momento parecía bastante cercana, pero pasan los días y no se ha logrado concretar. Es un puesto vital donde faltan piezas y la del argentino le daría otra variante física y futbolística al equipo de Aguirre.

Armado del plantel

Pese a la falta de jugadores en varios puestos, se ve una desorganización en la cantidad de jugadores por posición. Hoy Peñarol cuenta con 5 extremos por derecha (Camilo Mayada, Nahuel Acosta, Ángel González, Javier Cabrera y Eduardo Darias) pero ninguno que su función principal sea extremo izquierdo. Hoy se trata la llegada de Leonardo Sequeira (¡otro jugador del Grupo Pachuca!), que juega como extremo por derecha, aunque falten por la banda izquierda. Su club (Everton de Chile) se quiere desprender de él luego de la llegada de Kevin Méndez, quien juega en el mismo puesto y llegó a reemplazarlo.

Otra desorganización fue cómo se manejaron los cupos de préstamos y extranjeros, teniendo que liberar jugadores y hacer malabares para liberar y poder incorporar. La llegada de Diego Sosa desde Racing de Uruguay llama la atención debido a que ocupa ambos cupos por venir cedido y ser argentino, y no ha demostrado nivel para asegurarse el puesto de lateral izquierdo e incluso sigue sumando minutos Lucas Hernández, de bajo rendimiento y nivel físico en la temporada anterior.

Al plantel le falta

Ya se terminó la pretemporada, el nivel que se vio no es el que debe demostrar un equipo de Peñarol, que este año vuelve a competir en la Copa Libertadores. Faltan jugadores en todas las líneas, y cada vez quedan menos opciones y menos tiempo.

Incluso llama la atención que no hayan llegado los jugadores o las dificultades económicas que tiene el Club a la hora de negociar, ya que el vicepresidente y tesorero de la institución, quien en muchos casos ha tenido más poder que el presidente y ha sido responsable de varios papelones en las negociaciones, aseguró que “Peñarol es sólido como una roca, no le debe nada a nadie”.

Otro de los dichos públicos del vicepresidente antes de las elecciones presidenciales fue “Tenemos que pensar en el Peñarol 2024; nos reuimos por Jonathan Rodríguez, Matías Abaldo y Guillermo Varela”. Hoy, 3 meses después de las votaciones y con el segundo mes de 2024 por empezar, ninguno de los mencionados está en Peñarol, o siquiera cerca de arribar.

Hay que cambiar las formas de negociar, aprender de los errores de una vez y centrarse en las prioridades deportivas. Marcar los premios por competencias y enfocarse en conseguir los objetivos económicos. Sale más caro perderlos por ahorrar que competir.

Traer jugadores a un equipo de fútbol no es gastar, es invertir. El principal responsable, como en cualquier organización, es quien manda: Ignacio Ruglio.