23 noviembre, 2019
Otro día en la oficina
Los nervios y la ansiedad jugaban su partido a parte. El tarareo o chiflido de alguna canción de cancha se hacía presente en el ómnibus, en la calle, en el trabajo y en las casas. ¿Cuánto falta? ¿Por qué pasa tan lento el tiempo?, me pregunté a mí mismo.
Los días se hacían eternos. Las agujas del reloj parecían inmóviles cada vez que miraba de reojo. No era un partido más. Era el clásico. Sí, contra ellos. Contra el tradicional rival de todas las horas.
La previa no podía faltar como rutina a un clásico. Las cervezas pasaban de mano a mano, o los asados se acompañaban con un vino, porque tomando vino voy a ver a Peñarol. La juntada con los pibes horas antes es costumbre cuando juega el manya.
El domingo había llegado y yo no tenía otra cosa que hacer que solo ver al carboné. Las calles se pintaban de amarillo y negro. Camisetas, gorros y los gritos de ‘hoy hay que ganar’ se empezaban a persuadir en las cercanías al Estadio Centenario. Largas filas y un estricto control de seguridad se podía apreciar desde cuadras. El olor a marihuana se hacía presente en cada rincón del recinto. Olor a Ámsterdam.
Poco a poco la gente iba llegando. Niños, hombres, mujeres y abuelos que se situaban en su lugar de siempre. Ese lugar sagrado que nos vio emocionarnos, llorar de alegría, y también vivir momentos difíciles, porque así lo depara la historia. La historia mística de Peñarol. El calor desbordaba por completo y el sol jugaba su partido a parte en plena tribuna. Los helados se iban de la mano de los vendedores y el agua era tesoro preciado para todos los que estaban en la tribuna.
No faltaba nada para que el partido comenzara. Los globos iban de mano en mano, y a puro pulmón se iban inflando para decorar una tribuna en amarillo y negro. Los jugadores salían a calentar y la tribuna caía abajo. El aliento no cesaba, mientras los de enfrente solamente miraban. Hoy hay que ganar, si la vuelta quieren dar.
El reloj marcaba las 16 y desde lo más alto bajaba un gigantesco telón amarillo y negro acompañado de miles de gargantas que se hacían oír con el olé olé, olé olá vamo´ el carbonero, vamo’ a ganar. El humo en color amarillo era parte de un infernal recibimiento. Sí… qué locura más hermosa es ser carbonero.
Otro día en la oficina. Otro día que a pesar de los altos precios la gente estaba ahí, porque con el Carbonero nos sentimos bien.
POEMA. » A MI BANDERA »
» ONCE ESTRELLAS TIENE LA BANDERA
ORO Y NEGRO ES SU COLOR
ESA ES NUESTRA BANDERA
LA. BANDERA DE PEÑAROL »
Autor;: Nelson. Bianchi Cerrudo .
Y durante el partido, reclamamos tres penales: a los pocos minutos «bajan» a Pellistri, la hinchada dijo en coro PENAAAAL, pero no, no lo dieron. Luego los comentaristas de TV y radios la mayoría dijo que no fue, algunos que Pellistri fue tocado arriba y hubo un roce abajo. Otros que si la falta hubiese sido en la mitad de la cancha se cobraba. Luego a Agustín, pelota por alto y la tribuna vio falta, todos al unísono pedimos PENAAAAL, pero no. Los que saben, la mayoría dijo que no fue, algunos que sí, otros que «al menos fue falta técnica», y los más diplomáticos «afuera del área se cobraba, sin dudas», yo digo, con mi sangre amarilla y negra, por supuesto: recuerdo una falta similar, pero al revés: árbitro Fedorczuk, nos cobró dos penales, uno de Valverde saliendo del área en falta muy discutida, la otra al Vasquito, muuuuy similar a la de este clásico, nos cobró penal en contra, ¿la recuerdan?. Luego en el segundo tiempo, manaza contra la cara de Xisco, tampoco fue sancionada como penal, pero… otra vez, si es afuera del área se cobraba como falta, tan es así que en el primer tiempo hubo una similar de Xisco en mitad de la cancha, no solo le cobró falta sino que además quedó condicionado con la amarilla. Al final, se nos heló la sangre, marca Trinidade y… fue un largo silencio en la Amsterdam, por suerte el juez fue coherente: «en este partido no cobro nada dentro del área».
Es domingo, no hay fútbol, me voy a votar, a cumplir con mi deber ciudadano. Gane quien gane que sea lo mejor para el país, si somos creyentes, que nos ilumine la virgencita de los 33 orientales… si no somos creyentes, hay que respetar, pero que cada uno vote lo que su consciencia le dicte y sea lo que sea, que sea lo mejor para todos. Pero por encima de a quien le toque gobernarnos, que hoy y por siempre VIVA PEÑAROOOOOL, QUE NO NI NO!!!!!
Wow! Puedo una? 14:30hrs,luego de ingerir un par de embutidos cárnicos originarios de la península ibérica,conocidos como «Chorizos»,de la marca que ya conoces,de la marca «extra»,la marca que hace sonar su publicidad en los altoparlantes del estadio,llamaron a mi puerta… Rengo! Se oyó bajo la soleda tarde del domingo que emanaba aire de revancha. Tosí varias veces y no por el oro y el carbón de mis venas, sino por el humo dulce que exhalaba mi compañero de cancha,el más fiel de todos,sí,allí estaba él:»El gordo magia». Me dió un abrazo y deslizó sobre mi palma una esfera de color blanco,similar a la bola del casín.Sonreí de emoción y la guardé justo allí,donde roza la bambula. Entre musas y corcheas nuestras voces se hacían una con el cosmos entonando «entregá el marrón»… y así fue como emprendimos viaje hacia el estadio en un vaturé amarillo y negro por la avenida Ricaldoni. Empatamos 0 a 0 y nos cobraron $1000 la entrada (600 al gordo por ser socio). Pero nada de eso nos importa,lo más importante es que el club de mis amores está puntero en ambas tablas y que mi perineo zafó una vez más de ese azul y fastidioso control.
Cada uno es dueño de hacer con su vida lo que le plazca, siempre que no perjudique o invada la vida ajena , dicho esto, tu apología de la droga solo me lleva a reflexionar, si no te has informado sobre las consecuencias a largo plazo de consumir.
Todos tenemos algún vicio, aunque no seamos conscientes que lo tenemos; pero hay algunos que son más peligrosos para quien lo practica que otros.
Las drogas, no son juguete. A la larga, pasan factura.
Foquina fue pura ironía mi relato o te pensas que tengo un vaturé? Escribí eso irónicamente porque cada vez que veo que se ponen poéticos en sus relatos nombran a la droga o hacen apología de la misma como si fuera algo normal de consumir antes de ir a una cancha etc. No me gustan nada este tipo de relatos,no me identifican,pero como decis vos cada cuál es libre de publicar lo que quiera. A mi no me emociona en lo más mínimo y prefiero que se publique info del club pero bueno… libertad de expresión ante todo.
No me gusta mucho este tipo de post,ya lo dije antes. Pero bue… cada cuál que publique y comente lo que quiera.