1 julio, 2020
Ni títulos ni balances
«Queremos títulos, no balances» fue una protesta transformada en bandera, contra la dirigencia liderada por José Pedro Damiani, a principios de los años 2000. Desconozco el origen puntual del enojo de la hinchada -yo era muy chico-, pero me quedó grabado en la memoria.
Durante años me plegué a lo expresado en aquella sábana blanca. El endeudamiento no importa, queremos salir campeones a cualquier costo. En general, creo que todos podemos convivir con eso. El problema real, explota cuando usas más recursos económicos de los que realmente podés gastar, y los triunfos tampoco llegan. Y Peñarol ya llegó a un punto límite y preocupante.
La situación de la no renovación de Guzmán Pereira, me motivó a escribir al respecto. Todos, o casi todos, respetamos al jugador, y nos llevamos un buen recuerdo de su paso por Peñarol. La realidad, de hace un año a esta parte, es que no estaba en condiciones de jugar, y era uno de los sueldos más altos de plantel. Entiendo, y comparto, que el resto de los que compiten por el puesto o están en la misma situación, o son incógnitas, o directamente no tienen el nivel mínimo necesario. Pero el hincha ya no puede hacer más la vista gorda a los números.
Peñarol necesita recortar. El plantel es largo, caro, y -opinión personal- bastante mediocre en general. No sirve para tener un respiro en la economía, y tampoco nos va a dar mayores alegrías. Como mucho, y a duras penas, peleará y buscará el título hasta el final contra Nacional en el desprestigiado torneo local, como viene pasando hace más de 30 años -a veces ni eso-. Lo mismo sucede en la vereda de enfrente.
Junto con la noticia de la partida de Pereira, algunos medios de prensa replicaron que tanto a él como al Cebolla Rodríguez, se le adeudaban 10 meses de sueldo. Entre ambos deben ganar entre U$S 800.000 y U$S 1.000.000 en ese plazo. Asusta la facilidad con la que Peñarol contrae deudas millonarias, y en este caso en solo dos jugadores. Pensando más allá de esta situación puntual, es terrorífico.
El club ha tenido la costumbre de gastar 10 pesos, cuando le entran 5. Y por supuesto, no contarle ésto al socio. Los fracasos se han ido acumulando y las deudas también, algunas de cerca de 20 años de antigüedad. La famosa herencia maldita.
En los últimos años, se ha logrado equilibrar el balance anual con las transferencias de jugadores al exterior, un ítem en el que se ha ido mejorando considerablemente con los años. Sin embargo, la venta por necesidad se mantiene. Tomando como ejemplo el año 2018, Peñarol debió vender por cerca de U$S 7.000.000, para tan solo cubrir los gastos anuales.
Todos queríamos ver por más tiempo a Valverde, Nández, Rossi, Rodríguez, Núñez, y ahora Pellistri. Pero la dura realidad nos marca que, lamentablemente, cualquier oferta más o menos seria, es irrechazable para la economía de Peñarol. No solo debe cubrir los gastos anuales con el monto ya mencionado, sino que también acarrea una deuda millonaria con acreedores del club, y otra con el fideicomiso del Campeón del Siglo.
El balance 2018, a grandes rasgos, marcaba lo siguiente respecto a los gastos e ingresos mensuales:
Ingresos: U$S 1.340.000
- Socios: U$S 560.000
- Campeonatos Oficiales: U$S 365.000
- TV: U$S 330.000
- Otros: U$S 85.200
Gastos: U$S 1.900.000
- Primera división: U$S 1.080.000
- Otros gastos operativos y administrativos: U$S 820.000
Varios de los números pueden haber variado a lo largo de estos dos años, por lo que es meramente ilustrativo de la realidad actual. Allí podemos observar lo expresado más arriba: Peñarol debe vender entre 6 y 7 millones de dólares anuales para no dar pérdida. Y hasta marzo de este año, apenas ingresaba el dinero, el mismo salía inmediatamente para pagar la deuda pendiente con Casuny Capital Corp, empresa panameña del ex presidente Juan Pedro Damiani.
Los ingresos por televisión tampoco son tales. Una parte de ellos se utiliza para pagar parte de la cuota del préstamo del BROU para el Campeón del Siglo, y la otra para saldar de a poco la deuda millonaria con FEC NV, sociedad radicada en Curazao, y controlada por la familia… Damiani.
Tristemente a Peñarol solo le queda la opción de bajar el presupuesto, y formar juveniles para vender, y así de a poco ir viendo el sol. Es posible que esto traiga algún revés deportivo, y algún año de sequía. Pero, ¿no los teníamos ya? Los casi 10 años sin jugar un solo partido de «mata-mata» por Copa Libertadores lo certifican. En el torneo local tampoco somos una garantía de éxito. Y los balances reflejan que estamos cada vez más endeudados. Ni títulos, ni balances.
La situación es crítica, y personalmente no tengo ninguna solución mágica para proponer, en la que Peñarol gane 2 de cada 3 Campeonatos Uruguayos, pelee la Libertadores cada tanto, no genere pérdidas y de yapa vaya bajando el pasivo. Los grupos políticos tampoco, ya que no existe tal. Hace tiempo que perdimos esa posibilidad. O nos hicieron perderla, para ser más precisos.
Algunos van a proponer los famosos préstamos donde deudor y acreedor son la misma persona, tapando el problema por un rato, generando dependencia y acrecentando la deuda por los intereses. Otros van a manifestar que bajando el presupuesto a la mitad y contratando 2 o 3 en puestos claves, te alcanza con ganar el Campeonato Uruguayo y pelear en la Libertadores, mientras vamos bajando el millonario pasivo. Tan lindo como irreal. No van a quedar por fuera quienes propongan un gerenciamiento y regalarle el club a un mesías, a cambio de que invierta millones de dólares. El remedio sería peor que la enfermedad.
Al club le esperan años difíciles, gane quien gane en diciembre. Es necesario entenderlo, aceptarlo y estar dispuestos a estar firmes junto al club en ese difícil camino. Como hincha y socio, sólo me queda recomendar pagar la cuota social, acompañar a Peñarol siempre, apoyarlo económicamente siempre que se pueda, y mantener bien lejos a los culpables de meter en este pozo a la institución más grande del continente. Solamente siento rechazo por ellos.
mIENTRAS ESTE DAMIANI ATRAS PEÑAROL NO SALDRA ADELANTE PORQUE LOS DAMIANI HICIERON SU FORTUNA CON PEÑAROL SACAS JUGADORES PARA VENDERLO Y ENTREGARLE LA PALTA A DAMIANI NO SIRVE SE VENDIERON JUGADORE PARA PAGAR UNA DEUDA QUE YA ESTA PAGADA HACE TIRMPO ES HORA DE CAMBIOS JUGAR CON JUGADORES DE LA CASA IR FORMANDOLOS PERO QUE QUEDE EN CASA NO EN EL BOLSILLO DE DAMIANI
Con títulos, el dinero viene solo, el prestigio se recupera y el interés por jugar en PEÑAROL o trabajar para PEÑAROL se fortalece.
La dicotomía que bien plantea el título es la que hasta hace no muchos años se debatía entre Cataldi (por los títulos) y Damiani (por los balances). Yo me quedo con Cataldi. Reconozco que durante su más gloriosa presidencia el club se endeudó, pero aún así en 1983 se llegó a la final de la Libertadores, o sea, que se pudo repetir la gesta del año anterior. Se pasaron dos años amargos (1984 y 1985), hasta que en 1986 (ya con Damiani) se gana el Uruguayo, la Liguilla y en 1987 la Libertadores, con un cuadro de «guachos» más dos o tres de experiencia (Eduardo Pereira era el capitán) y un técnico hecho con el molde perfecto para dirigir a PEÑAROL. No visualizo a un presidente de similares características a las de Cataldi, pero sí un técnico del estilo de Tabárez: Rosario Martínez, quien además fue ayudante de Gregorio en los primeros años del quinquenio y es manifiesto hincha de PEÑAROL.
Bueno en la actualidaad se respeta más el dinero y el éxito que la moral la ética y la tolerancia en fin no hay respeto. Peñarol todo, Directiva, Cuerpo Tecnico, Jugadores Socios e Hinchada no escapan a esta desgraciada circunstancia. Por eso estamos como estamos. La Directiva se integra con personas que no se respetan, no opinan lo mismo, no saben de fóbal, están por que los votan saben el por qué pero desconocen el para qué. Los siguen votando y siguen estando, así sucede con el resto y entonces los jugadores quieren dirigir los hinchas quieren jugar, y los técnicos hinchar… no sabemos bien qué. Ese cambio de roles podría generar que el Presidente sea el nuevo 5 de Peñarol o que algún jugador sea el Tesorero. Bueno en medio de esta debacle se suman los representantes que sí la tienen clara pero que tampoco respetan a nadie ni nada y en medio de este mareo y a punto de vomitar la dirigencia jugadores y técnicos dejaron escapar un tri servido en bendeja. Ahora vienen las elecciones y si los Socios votantes se respetaran a sí mismos deberían votar en blanco y que no quede nadie.
Es la realidad y buscando alguna salida del círculo de deudas que lleva a vender tan jóvenes a nuestras promesas , sería cláusulas como la de Pellistri ahora es una luz en el camino. El gobierno y toda la sociedad que somos todos sabiendo el problema de estos negocios tenemos que decir basta ! Arriba carbonero querido !
Tengo algunos comentarios dispersos…
1) La dicotomía entre títulos y balances es falsa. Los equipos que se funden no son los que ganan, sino los que pierden. Ganando hay más recaudación por todos lados: más socios, más entradas, más premios internacionales, etc. Por lo tanto, sacrificarse en campeonatos para pagar las deudas es endeudarse más. Peñarol tuvo un gran año económico en 2011, cuando ganó. Y está muy mal ahora, cuando está perdiendo. La derrota y el endeudamiento se retroalimentan. Tenemos que tener un buen equipo, el cual sea capaz de contagiar, que motive a los peñarolenses, etc. Eso es lo primero.
2) Una de las claves es la libertadores. Muchos dicen que tenemos que ser realistas, que internacionalmente no podemos competir. Pero eso es falso. Admito que no podríamos competir por presupuesto, si jugáramos la Champions League, pero nosotros no jugamos contra equipos de países europeos, sino contra equipos de países que están a la par o peor que el nuestro en cuanto a la renta por habitante. A nivel absoluto es cierto que muchos países tienen economías más grandes, fundamentalmente Brasil, pero también tienen muchos más equipos de primer nivel. Acá tenemos sólo dos equipos grandes, del cual Peñarol es claramente el más importante – tenemos más del 50% de los hinchas del fútbol y toda la historia gloriosa que nos hace conocidos mundialmente -. Es decir, existe la base económica para que seamos otra cosa, para que seamos un equipo competitivo a nivel internacional. Por favor, no nos escudemos más en la pequeñez del país, no repitamos frases hechas. El «pequeño» país es más rico que los demás en relación a la población, y, además, nosotros somos quienes ocupamos la bandera del pequeño país. ¿Qué le dejamos a los demás? Si no hay plata en Peñarol, es porque se hacen las cosas muy mal – y se refleja en los resultados deportivos -. Eso hay que asumirlo, otra cosa protege la mediocridad que nos está hundiendo.
3) Hay algo que siempre se dice, pero nunca se hace. Siempre se habla de que hay que jugar con juveniles apoyados por dos o tres incorporaciones de renombre. Eso nunca pasa. Lo normal es traer diez o once medios pelos que terminan yendo al banco y hablando mal después. Efectivamente ese es el camino, un equipo con muchos juveniles que puedan acompañar y tres o cuatro jugadores que sean determinantes, de selección. Cuando hemos hecho algo parecido, las cosas fueron medianamente bien en lo deportivo. Los equipos de 2008, 2010, 2013 y 2017 eran equipos competitivos. Mismo a nivel internacional eran competitivos, la característica era que tenían algunas referencias en su plenitud. Evidentemente en Peñarol parece haber un negociado entre la dirigencia y los contratistas, lo cual transforma a Peñarol en una vidriera para vender jugadores que están postrados en equipos importantes o vender jugadores de equipos chicos. Alguna vez funciona, pero no es la regla general, lo normal es que tenemos un equipo lleno de paquetes. No estoy en contra de apostar por dos jugadores que no están jugando en otro lado, pero nosotros no traemos dos, sino diez. Los que vienen nunca están jugando. Somos una especie de recuperación de jugadores con problemas. Eso no debería pasar más. Deberíamos ir a buscar tres o cuatro que la rompan.
4) Hay que poner un poco de creatividad económica. Me dirán ridículo, pero yo pienso, por ejemplo, por qué no traemos jugadores africanos a las divisiones juveniles como hacen los europeos, por qué no aprovechamos el Palacio Peñarol para poner un café bien acondicionado para ver los partidos, por qué no organizamos alguna actividad comercial en el Estadio Campeón del Siglo aprovechando ese terreno. Sé que hay mil problemas ante cada cosa, pero justamente esa es la gracia, superar las dificultades que puedan surgir.
5) No me gustan los candidatos. El daminismo ha sido nefasto, pero Areco-Alfie nos puede llevar a la B con su achique interminable, muy parecido al que hacía José Pedro Damiani los últimos años. Tampoco me gusta nada Ruglio, aunque reconozco que no tengo razones demasiado fundamentadas. Pero esto nunca me va a desasociar, justamente, más que nunca tengo que ser socio. Si los disconformes. como yo, dejamos de ser socios, los que están conformes con la mediocridad, en la cual navegamos hace décadas, van a estar más tranquilos que nunca. Perdonenme, pero es una estupidez dejar de ser socios del club por la nefasta directiva, debería pasar lo contrario. Necesitamos cambiar el rumbo, lo primero pasa por creer que se puede y trazar un plan ambicioso a largo plazo – el cual implica apostar a ganar desde el comienzo en todas las competiciones, porque sin ganar, cualquier proyecto se cae -. Esto sólo se puede lograr dentro del club.
Saludos carboneros
Alberto , prestar dinero no necesariamente es lucrar ,cueros personajes definitivamente lucran inclusive alguno de ellos son indagados por sus conexiones ,aparentemente no muy santas , pero nadie es culpable de nada si no se le comprueba . Será cuestión de esperar En lo que refiere a Peñarol recuerdo cuando éramos 3 mil
socios y salíamos campeones de America o sea que la política de 100 de miles de socios solo sirvió para lucrar y hacer contratos de jugadores con representantes amigos , la deuda de Peñarol con e damianismo es aparentemente eterna y parece que ahí apunta todas las ventas hechas , para que damiani cobre sus haberes más sus porcentajes. ,con damiani no se gano nada importante solo mas deudas y negocios para su billetera . La brecha entre los socios la causó los despropósitos de su candidato con su política de gobernar el club de una manera despótica sin escuchar a los socios , vendiendo humo y con un sarcasmo asombroso . Vótalo pero lo único que te va a asegurar damiani es seguir endeudando al club , es lo que hizo y lo que hará el y sus amigos de directiva
Esto, si que no lo esperaba!
Así que J. P. es culpable de centuplicar, la cantidad de socios!
Pensaba que podían acusarlo de crear el Corona virus, pero ésto, ME SUPERÓ!!
ARRIBA PEÑAROL, Y SUERTE!