Maximiliano ‘Godzilla’ Arias habló en exclusiva con Padre y Decano sobre su paso por el Campeón del Siglo, el campeonato 2008, los clásicos, el retiro y su actual oficio de representante.

Niño: «Por suerte soy una persona muy identificada con Peñarol desde chiquito. Mi viejo trabajaba con Cataldi y mi tío de representante, entonces siempre andaba por la vuelta. Me fui a probar a varios cuadros, obviamente que fui a Peñarol y quedé. Llegué al club con 12 años».

Ser juvenil: «Hoy es mucho más fácil la vida del juvenil, en aquel momento como éramos malos en el colegio los padres nos mandaban a jugar al fútbol y a meterle al fútbol. Hoy por hoy se ha trabajado y profesionalizado mucho más los clubes. Hoy yo estoy en una labor empresarial, veo el trato que tienen los clubes con los jugadores, veo las intenciones que tienen de ayudarlos a estudiar y esas cosas que en el momento que me tocó jugar a mí en las juveniles no era mucho el apoyo que teníamos para el estudio. Era hermoso en lo personal porque tuve la suerte de estudiar y me iba de la séptima de Peñarol y todo el mundo en la escuela y en el liceo te conocían. Era un plus, sentías lo que sentían los jugadores de primera a la edad nuestra».

Juveniles: «Nosotros séptima y sexta entrenábamos en la tarde en el complejo Santa Rita, después de la sexta tuve la suerte de que Paolo Montero me llevara a la Juventus. En la vuelta me tocó jugar en la quinta y luego ascendí a primera».

Juventus: «Estuve casi un año. Estuve 6 meses con mi categoría, la generación 88, después me ascienden a la tercera división que allá se le dice ‘Primavera’. Ahí entrenábamos la primera y la tercera, estaba loco de la vida pero extrañaba como loco, tenía 15 años. No sé si fue lo mejor o lo peor que hice, porque capaz que si me quedaba ahí la historia era otra, pero me tocó extrañar y venirme y a los poquitos meses estaba jugando en la primera de Peñarol. Nunca me arrepentí, tengo la suerte de no depender del fútbol, tuve la suerte de que mi vieja siempre fue una crack y no me dejó depender del fútbol. Me ayudó a invertir y me ayudó a crecer en otra vida. Lo único que me arrepiento quizás es no haber entrado a la cancha con mis hijos, es un debe que me quedó porque tenía la ilusión de llegar a Peñarol de nuevo y que ellos sientan lo que sentía cuando entrás y ves la Ámsterdam llena».

Liceo: «No iba al liceo en esa época, dejé de estudiar en tercero de liceo. Cuando me fui a Italia me di cuenta que no entendía nada, arranqué el liceo allá y como no entendía el idioma y todas esas boludeces no tuve continuidad. Cuando volví a Uruguay tenía que retomar en tercero y me embolaba porque los de tercero tenían 14/15, entonces me dediqué a jugar a la pelota».

Debut: «Debuto en el 2005 con Liverpool, pero después como Peñarol venía jugando muy mal empezaron a jugar los hombres. Cuando agarra Mario Saralegui nos da para adelante a todos los juveniles porque Mario era el gerente deportivo de juveniles y ya nos conocía a todos muy bien».

Mario Saralegui: «Él fue quien me dio para adelante y me hizo tener el nombre de Maxi Arias. Mario es un fenómeno. Aparte yo no tenía idea de lo que estaba viviendo, yo ahí tenía 16/17 años y era todo una locura. Mi cabeza ahora es un bombo, imaginate en aquel tiempo. Siempre explico lo mismo, nosotros lo que somos criados en el club sabemos lo que es Peñarol, desde chico nos vienen aconsejando y dándonos las herramientas para cuando lleguemos a primera sentirnos como uno más, y ahí me pasó más o menos eso. A mí me tocó debutar y ser uno más, nunca fui el juvenil, nunca fui el gurí, siempre era Maxi Arias, siempre era Godzilla. Marito te daba la confianza, te dejaba equivocarte y te dejaba acertar, para mí fue muy importante en la carrera».

Ida de Saralegui: «Yo creo que Mario lo poco que estuvo en Peñarol fue muy positivo para él, porque Mario estuvo 3 meses en el 2006, estuvo 6 meses en el 2008 y estuvo ahora 6 meses más. No logró nunca tener continuidad, tener un año o dos años de laburo. Creo que cuando nos agarra en el 2006 nos dirige 5 fechas, y de esas 5 fechas ganamos 4 y empatamos el clásico que lo merecíamos ganar nosotros».

Primer clásico: «Ese fue mi primer clásico oficial. Antes había jugado uno en Maldonado por copa amistosa. Tenía 17 años en ese clásico. Tuve suerte y me tocó andar más o menos como la gente, los compañeros me apoyaban y me daban para adelante. Fuera de la cancha fue una locura, a mí me gusta llamar mucho la atención y después de ese clásico cambió todo, la gente te reconocía por la calle, te gritaba y te daba para adelante. Fue algo muy lindo eso que me pasó en ese partido».

Para jugar el clásico: «En aquel momento vos podías jugar 5 partidos sin contrato. Yo tenía el contrato de tercera división que en ese momento no servía para jugar en primera, hoy sí sirve, hoy hacés un contrato en séptima y podés jugar en primera con ese contrato. En aquel momento no, entonces podía jugar 5 fechas. Juego contra Danubio, ganamos 1 a 0 en Jardines y ahí venía Bella Vista, Saralegui no me pone para que pueda jugar el clásico. En ese partido con Bella Vista me fui a la Ámsterdam con todos los gurises. La gente te daba para adelante, entonces significó mucho más por el hecho de que me veían ahí en la tribuna, rompiendo las bolas y sentía a Peñarol como ellos».

De tribuna a la cancha: «De verdad no te miento, lo hacía porque lo sentía, porque era la gracia de la vida, la rutina que llevaba. Terminaba los partidos de inferiores y me iba a la Ámsterdam con mis amigos, siempre fue así. Después me tocó estar en el primero y seguí haciendo a mis amigos. Ese día con Bella Vista me invitaron y dije ‘sí, obvio’, fui a saludar a mis compañeros al vestuario y después como pude me trepé para la Ámsterdam con todos ellos».

Campeonato 2006: «Fue muy duro, nosotros habíamos arrancado el campeonato bien, pero pasó la enorme tragedia del hincha de Cerro, esas cosas que le hacen mal al fútbol, y nos tocó la quita de puntos, teniendo -1. La gente mala porque parecía que veníamos últimos, pero nos habían quitado pila de puntos. Arrancamos el Clausura mucho mejor, ganando 2 seguidos pero después vino una racha negativa con Garisto y agarra Mario. Con Mario repuntamos un poco pero no nos dio para mucho. Al año siguiente viene Gregorio Pérez que también es un fenómeno y tuve la suerte de jugar mi primera final con Danubio. No tuve la suerte de ganarla».

Gregorio y Mario: «Si te soy sincero en ese momento no me daba cuenta las cosas, hoy me doy cuenta que Mario laburaba mucho más lo anímico, Gregorio laburaba mucho más lo táctico. Después si te digo lo que me pedían en aquel momento te miento. Sí tenía más charla con Saralegui porque lo conocía de inferiores. A mí me gustaba interactuar con los técnicos, decirle me siento más cómodo acá, me gusta o no jugar con tal compañero. Tenía más confianza con Mario pero Gregorio es un fenómeno, me daba para adelante y me enseñó pila. Hasta el día de hoy lo llamo para pedirle consejos de fútbol, de cómo hablar, cómo mirar a los juveniles. Unos fenómenos».

2008: «Ese campeonato también fue algo incierto porque Matosas agarra en el 2007 después de que nos ganó Danubio y trajo 18 jugadores, algo insólito. Fuimos un desastre en ese Apertura y en el Clausura agarró Mario después de una derrota con Wanderers en el Viera. Fue un cambio brusco porque de los 11 que venían jugando quedaron 2, fueron el Tony Pacheco y Darío Rodríguez, después cambió todo. Arrancó a jugar el Vasquito, arrancó a jugar Alcoba, arranqué a jugar yo de lateral izquierdo, entró Mario Álvarez y Omar Pérez que fue ese doble 5 famoso que corrían y jugaban al fútbol. El Lolo Estoyanoff por un lado, el Pollo Olivera por el otro y el Tony Pacheco con Carlitos Bueno. Ese fue el 11 campeón del Clausura que la verdad de los mejores equipos que me tocó disfrutar».

18 incorporaciones: «Es difícil, me pasa con jugadores de la empresa nuestra que están que hoy me toca tenerlos en Nacional y no en Peñarol, y están medios calientes porque te traen a jugadores, en los cuadros grandes es así. A mí me preguntaban por qué era polifuncional y yo siempre digo que era porque me tenía que acoplar a la necesidades que tenía el equipo, si me tocaba jugar de golero entraba y si me tenía que tocar de 9 también».

Polifuncional: «Me tocó debutar de zaguero por izquierda y al año siguiente me traen a Paolo Montero, y dije ‘Ta, no juego más’, me reinventé de volante cuando me sentía con mucha confianza como zaguero, jugué como volante con Pouso y me traen al Cancha Arévalo Ríos, a Julio Mozzo y suben al Pipi Bajter, que era un juvenil muy bueno. Siempre luché por un lugar, jugué de puntero derecho, de nueve y hasta de zaguero central. Todo para tener minutos, yo quería jugar de golero igual, quería estar, quería estar ahí adentro, era una locura. Soy un desastre, pero si pasaba algo agarraba los guantes porque soy un atrevido, al mejor que vi fue al Cabeza Guzmán, aparte le gusta».

Final con River Plate: «La verdad esa final fue una locura, aparte el River de Juan Ramón jugaba muy bien. En lo personal me tocó ser un desastre, le pedí el cambio a Mario en el minuto 35 creo, pero por estar siempre pensando en lo mejor para el equipo, capaz si me hubiese quedado le hacía daño a Peñarol. En River jugaban Porta, Urretaviscaya y Henry Giménez, entiendo me ponen a Henry Giménez por mi lado que era rápido, me estaba volviendo loco y le junté las rodillas, me acuerdo que viene el árbitro y me dice ‘Maxi, la última porque te tengo que echar’. Hago una falta tonta en la mitad de la cancha y me saca amarilla, y Juan Ramón que es tremendo botón me pasó a Urreta a mi lado que era más rápido todavía que Henry. En la siguiente jugada me hace un caño Urreta, me acerco a la línea y le digo a Mario ‘sacame porque me echan’, y me sacó. El partido arrancamos perdiendo 3 a 1 y ganamos 5 a 3. Fue una locura».

Festejos post final: «Yo creo que son boludeces, incluso veo fotos de 2008 y no te voy a mentir, salíamos como sale cualquier persona. Se agarraron de una fecha FIFA, que fue el 11 de octubre, con Argentina y con Perú, yo me acuerdo porque era mi cumpleaños, capaz que le preguntás a otro y no se acuerda pero justo era el día de mi cumpleaños el 3 de octubre y el fin de semana siguiente era la fecha FIFA, entonces como nos iban a dar sábado y domingo libre el viernes alquilo un boliche y hago una fiesta de disfraces, que están todas las fotos por todos lados. La gente se agarró de esa salida, pero no. De esas finales, teníamos que ganar 2 para después jugar 3 finales más. Cometimos el error que no nos saliera nada en la primera final, perdimos 2 a 1 y en la segunda final no pudimos convertir, empatamos 0 a 0 y salió campeón Defensor que tenía un cuadrazo. Después metió 7 jugadores en la selección, no había nada que reprocharse, nosotros intentamos hacer lo mejor que pudimos, no nos dio la cabeza y el físico porque éramos un equipo que se había rearmado en la fecha 5 y no nos pudimos llevar el Uruguayo».

Perder finales: «Es angustia pura porque todos queremos ganar, sin desmerecer a los equipos, le queremos ganar a Rentistas, Fénix, Nacional y a todos. Perder una final con Peñarol, con el estadio lleno, que veníamos de perder la final con Danubio el año pasado que fue una de las peores cosas que me pasó. Con Danubio yo estaba convencido que éramos superiores, aunque también tenían un cuadrazo. Me dolió más la de Danubio, jugaban muy bien, final y perdemos por penales».

Antonio Pacheco: «El Tony es un fenómeno, yo tengo una gran amistad con el tony por lo que contaba de mi viejo y el Boca que trabajaban con Cataldi. Cuando agarró Damiani hacíamos asados, yo me acuerdo era chico y caía el Tony de pelo largo, siempre fue la misma persona. Yo decía que era un mormón porque pasaba hablando, aconsejando a los demás. Es un crack dentro y fuera de la cancha, tuve la suerte que me enseñara pila de cosas, de comer asados en la casa de él. Es un verdadero fenómeno.»

Otros compañeros: «Hablo con todos. Con Larry somos hermanos, Carlitos Bueno está viejo pero es mi hermano mayor, también hablo con el Negro Franco. También hablo con Facu Torres, Darwin Núñez, Nahitan Nandez. Tengo la suerte de vivir las 2 escuelas, la escuela vieja y la escuela nueva».

Carlos Bueno: «Te hacía entrar y salir cuando quería él. Carlitos en los clásicos siempre se burlaba el día anterior, siempre buscaba la burla cuando lo entrevistaban, él lo vive así y yo también, adentro de la cancha nos defendíamos a muerte. El clásico que hace echar a unos jugadores, sabíamos que éramos superiores y queríamos ganar. El clásico del día del padre que el Chengue tira la camiseta, jugamos mucho mejor y era para hacerle 7 goles. Carlitos adentro del área te mataba».

Clásicos: «En el clásico de la gallina, algunos hinchas me pidieron que entrara unas pirotecnias, cuando salí a la cancha y vi la pirotecnia con la gallina inflable me sentía parte. Fue una locura por cómo se ganó en la cancha y todo lo que fue el partido, el que más disfruté del goce, pero el que más me marcó fue el primero, que venía cantando con la tribuna. También jugué el 4-1 y el 3-0, perdí uno solo que fue 1 a 0 en la liguilla».

No ir a la Libertadores: «La quita de puntos no nos permitió ir a la Copa, después cuando jugamos finales vamos a la liguilla y veníamos muy cansados. Cuando se clasifica a la pre libertadores estaba con temas de mi contrato y no pude jugar, no quiero ni hablar de la gente que me representaba. Por suerte Fénix me abrió las puertas. Me castigo por no tomar la decisión de alejarme de la gente que me representaba, me decían que tenían todo acordado y eran solo palabras».

Paso por Peñarol: «No es excusa, pero yo era un niño y no tenía la suerte de que me tomaran como tal. Siempre era uno más y nunca fui un juvenil. Me da bronca escuchar que un juvenil de 23 años, yo me fui con 19 de Peñarol y siempre era Maxi Arias, nunca el juvenil. Mi paso lo califico bueno por lo vivido, en tema deportivo no tuve la suerte de darle buenas cosas al Club.»

Retirada: «Yo dejo oficialmente el fútbol en 2013, por la familia. Le diagnosticaron cáncer a mi viejo y tomamos la decisión de viajar a Estados Unidos a tratarlo. Cuando mi viejo estuvo bien, tuve la ilusión de volver. Arranqué a Sud América, donde tuve la suerte de hacer un buen campeonato. Luego pasé por Liverpool y River, no me fue muy bien por el tema de las lesiones y ahí tomé la decisión de no jugar más».

Empresario: «La empresa es de mi tío Gerardo, el Boca. Yo tengo un negocio de ropa interior con mi viejo. Por un tema de idioma mi tío me pidió ayuda porque él no habla inglés, y así lo ayudé a con un tema del Cachila. Le pude cerrar negocios, también con Brahian Alemán. Mi tío me convenció porque me conocían en el ambiente, también laburan mis primos Rodrigo y Washington, y más gente del Boca, y yo tengo mi gente que me ayuda a ver juveniles».

Representar jugadores de Peñarol: «Actualmente no tenemos jugadores en Peñarol, el último fue Rodrigo Rojo. Hoy tengo la suerte de tener a Nacho Ruglio como amigo y presidente del Club, sinceramente no es que no quiera hacer negocios con el Club, pero todavía veo mucho manoseo, de a poco vienen solucionado mucha cosa, esperemos Peñarol pronto esté donde tiene que estar».

Negociar con el Club: «Cuando yo jugaba, estaba José Pedro Damiani que era un fenómeno y tuve la suerte de que me defendía a muerte, a pesar de que yo era representado por Casal. Cuando falleció fue un cambio brusco, porque Juan Pedro, si bien hizo cosas buenas por el Club, a mí me tocó sufrir una de sus primeras armas y no me fue muy bien. Con Barrera tengo buen trato, pero tenía gerentes deportivos que eran empresarios, vicepresidentes que eran empresarios, eran prestamistas, entonces se hacía muy difícil laburar con Peñarol porque ganaban los demás».

Ignacio Ruglio: «Con Ruglio nos juntamos a desayunar y a hablar de la vida. Es un hermano que tengo y necesito que me enseñe de las cosas que él sabe, más allá del negocio».

Jugadores pedidos por Peñarol: «Hemos hablado pila de jugadores pero los que interesan a Peñarol no los puedo traer porque en Uruguay no se puede pagar lo que ganan en el exterior. Hablamos de Ramón Arias, de Brahian Alemán, de Rodrigo Fernández que se muere de ganas por venir a Peñarol y hasta quiere dejar plata de lado para venir, hablamos de Emanuel Gularte que está en México. Esperemos algún día podamos concretar.»

Abel Hernández: «Yo lo quiero mucho porque es amigo. No labura con nosotros, él toda su carrera trabajó con Pablo Bentancur. Sé dónde nació, dónde se crió, soy amigo del padre, pero es difícil. La parte económica juega mucho, no es lo mismo retirarse con 10 que con 20. El fútbol uruguayo económicamente está muy mal, pero muy mal. Esperemos pronto pueda llegar y ser el 9 de Peñarol que él desea».

Peñarol 2021: «Me gustan los jugadores, me gusta la idea de Mauricio Larriera, me gusta cómo estamos jugando. Siento que tenemos que afirmarnos más en defensa pero al Tito y a Gary los veo muy bien. Les tengo mucha fe y espero que sigan así. Cuando estás acostumbrado a ganar se hace todo más fácil. Ahora agarramos asado de cábala los jueves con amigos viendo al glorioso.»