Hace menos de un mes, el Decano del fútbol uruguayo celebraba sus primeros 130 años de vida. Al festejo se adhirió prácticamente todo el país, desde la Asociación Uruguaya de Fútbol hasta el Parlamento Uruguayo. Sin embargo, también tuvimos la oportunidad de presenciar otro papelón histórico por parte del tradicional rival (¿y van?) en su infructífera, vergonzosa  y siempre humillante lucha por discutir la antigüedad del club más importante del país.

El 3 de octubre, el diario El Observador publicó en su sitio web una nota, sin firmar y de dudosa moral, donde se recoge la noticia de que un puñado de hinchas de Nacional recibió a su equipo, en la previa del partido que los Cuelludos disputaron ante Plaza Colonia, con folletos que contenían la frase “Basta de mentir”, dos fotos de distintos planteles de Peñarol y una serie de afirmaciones sin sustento ni argumento.

Lo primero que se le ocurre decir a quien escribe estas líneas, es que me resulta imposible evitar una sonrisa en el rostro al imaginarme la frustración que debe sentir una persona al escribir “Basta de mentiras”. Es un grito desesperado de ayuda, de atención. Es la prueba suprema de la soledad que abraza a Nacional cuando elige transitar el camino de la mentira y la vergüenza.

Dicho esto, se presenta como una excelente oportunidad para dedicar unos pocos minutos a analizar el contenido, de bajísimo nivel, difundido en los panfletos. La Comisión de Historia de Peñarol se ha encargado de responder las falacias que recoge la nota, con la altura que le corresponde a una Comisión oficial de la institución. Quien escribe, no cree que los autores de la patética idea merezcan ese respeto.

El team recreativo

Lo primero que deja claro la respuesta del Club Atlético Peñarol es que la existencia de un team recreativo (o más de uno) dentro de la empresa nunca fue un secreto. De hecho, se ofrecen antecedentes a partir del año 1910.

«Oficinas del FCC», «Talleres del FCC», «Team del FCC» son algunos de los nombres utilizados por la prensa de aquellos años para referirse a los diversos equipos que se constituían para disputar algunos partidos amistosos ante cruceros, equipos de otras empresas y hasta teams de periodistas. A nadie se le ocurrió decir que estos teams eran un club, o que dentro de la empresa del Ferrocarril Central del Uruguay convivían dos clubes. Jamás.

En resumidas cuentas, a nadie se le ocurría hablar de coexistencia, con hechos que se suscitaban, mínimo, desde 1910. De hecho, la Comisión de Historia de Peñarol le ofrece al público una foto más que reveladora: un partido de 1910, entre el team de los Talleres y el de la Estación Central, donde actuaría como referee el Sr. Anibal Zapicán Falco. La fotografia fue obsequiada por Falco a Peñarol en 1951, con su firma en el reverso y es exhibida actualmente en el Museo de Peñarol.

¿Por qué Falco, Presidente de Nacional en 1937, le obsequiaría esta foto a Peñarol, si el club no fuera de 1891? ¿Qué haría esta imagen en posesión del club mirasol, siendo partidos de 1910 jugados por empleados del Ferrocarril, si el Decano no tuviera relación con la empresa?

Octubre 1913, Diario «El Siglo». Aún no se había dado la transición, y el team recreativo ya disputaba partidos. A nadie se le ocurrió decir que coexistían dos instituciones.

El «CURCC» de 1914

Por si fuera poco, el diario “La Razón” del 2 de marzo de 1914 termina de despejar cualquier tipo de dudas que puedan existir (las cuales nunca existieron en los protagonistas, vale aclarar) respecto a ese team recreativo. Literalmente, el periódico reza que “habiendo quedado separado del FCC el team de Peñarol, se ha constituido otro team para jugar partidos amistosos, el cual se llamará CURCC”. La noticia es clara y no tiene dos lecturas: los empleados del Ferrocarril Central del Uruguay decidieron, como cualquier grupo de amigos puede hacer, formar un team para jugar partidos amistosos, como hacían desde varios años atrás. Esta es la explicación clara e irrefutable de cualquier recorte de diario, posterior a 1913, que hable de un team con este nombre. Ante semejante contundencia, el Dr. Enrique Tarigo (encargado de redactar el Informe de Nacional en 1991) se limitó a decir que “la noticia está mal redactada”. Es probable que el Dr. Tarigo, que siempre se caracterizó por ser segundo y nunca primero, cegado por su fanatismo no se haya percatado de lo absurdo que suena la frase “la noticia está mal redactada”. Roza el ridículo, realmente.

¿Acaso existió alguna vez un club llamado «los empleados del FCC»? La respuesta es no, como tampoco existió un club, una Asociación Civil, con el nombre «CURCC» después de 1914.

Resulta aún más curioso que Peñarol oficializó su nueva denominación en marzo 1914. Desde diciembre 1913 (la supuesta fecha de fundación inventada por Nacional), pasaron 4 meses durante los cuales el nombre siguió siendo Central Uruguay Railway Cricket Club. ¿Existieron dos CURCC paralelos también?

O quizás los muchachos tricolores, que ya rozan la psicosis y la paranoia, esgriman que el  13 de diciembre de 1913 se fundó un club sin nombre. Aquellos socios -que en realidad solo se reunieron a elegir nuevas autoridades en los salones de la Liga Uruguaya de Football-, se las arreglaron para tener desde el minuto 0 y sin esfuerzo, la simpatía de la mayoría de la población, un plantel competitivo, figuras históricas del fútbol uruguayo en sus filas, una rivalidad con la segunda institución más importante de la Liga y un lugar en el campeonato de Primera, sin pasar por las divisionales de ascenso. Y teniendo la capacidad de lograr todo eso, desde diciembre a marzo se olvidaron de que tenían que ponerle un nombre al club.

Si no fuera una falta de respeto a la historia de Peñarol, del fútbol uruguayo y a la inteligencia de todos los que tienen que soportar este tipo de argumentos, sería hasta gracioso.

La Razón, 2/3/1914. Prueba irrefutable.

Los partidos del team recreativo y sus formaciones

El panfleto cita fechas y supuestas pruebas de la “no continuidad de Peñarol”, sin embargo, se olvida de realizar el análisis de las formaciones. Ese trabajo ya fue realizado por el Dr. Luciano Alvarez (un verdadero historiador, no un aficionado) para su libro “Peñarol y siempre Peñarol, La transición de 1913 y la cuestión del decanato”, por lo tanto me limitaré a exponer los datos recabados por el prestigioso historiador.

El Informe presentado por Nacional en 1991 nombra a 35 personas que integraban el team recreativo. Los nombres se desprenden de las crónicas de los partidos jugados en Rivera y Santa Ana, y en julio contra el Patria (un equipo que participaba en ligas barriales); y de la noticia del 2 de marzo de 1914 publicada por La Razón. Si, la misma que según Tarigo estaba mal redactada, luego pasa a ser prueba y fuente de información.

Es altamente probable que varios nombres estén repetidos con errores ortográficos. Por ejemplo, «P. Davies» no es más que Guillermo Davies. En épocas de maquinas de escribir, los pequeños errores de redacción no eran corregidos. Esta problemática se mantendría hasta varios años después.

De estos 35, hay 32 que no aparecen en los registros de partidos del club durante la temporada de 1913. Ademas, dentro de estos 32, una inmensa mayoría (26) nunca jugó un partido defendiendo a Peñarol en el período 1891-1913, según la lista de futbolistas de la institución publicada por Mantrana Garin. Parece ser que «el auténtico CURCC» (como define Tarigo al team recreativo), en realidad estaba compuesto por futbolistas que nunca habían defendido a esta institución. Curioso.

Hay otro grupo de nombres que si tiene vínculo con Peñarol: G. Best, T. Davies y G. Davies. Siendo generoso y «haciéndole el juego a Nacional» puede llegar a aceptarse que N. Gula y Luc sean Glau y Lucy. En caso de no serlo, serían otros dos nombres sin vínculo alguno con la institución.

Si se los toma por buenos, debemos mencionar que Glau, Lucy y T. Davies aparecen integrando el primer equipo en 1892, veintidós años antes de los partidos citados. George Best haría lo mismo en 1899, quince años antes. G. Davies (William Davies, Guillermo en la traducción) jugó en el primer equipo hasta el año 1907. Hacía 7 años que no defendía al primer equipo de Peñarol y era el encargado de organizar los partidos amistosos del team recreativo. Así, por ejemplo, figura como la referencia para pactar un partido ante un combinado de periodistas locales.

Los tres nombres restantes (de la lista de 35 brindada por Nacional) son los de John Harley, Luis Quiaglia y Alfredo Betucci.

Harley fue capitán de Peñarol desde 1909 hasta 1916, se retiró en 1920 y fue designado Socio Honorario en 1922. Además, fue un defensor del Decanato Peñarolense. Decir que no jugaba en Peñarol sino en «el auténtico CURCC», cuando fue capitán del Carbonero hasta 1916, es un suicidio argumentativo.

Luis Quaglia integraba los planteles desde 1910, y recuperaría la titularidad en la segunda mitad de 1914. Nuevamente, se trata de un jugador de Peñarol.

Alfedo Betucci es uno de los casos más pintorescos. Apodado «el lancero», su posición en la cancha era la de delantero. Sin embargo, en los partidos jugados en Rivera por el team recreativo, se encontraba en recuperación de una lesión que lo marginó de las canchas por un tiempo prudencial, motivo por el que jugó… ¡de arquero!

Finalmente, aparece otro nombre, el de José Pérez. Y no, no le erramos (este sería el número 36). Lo que pasa es que John Harley no viajó a Rivera, por eso no llega a computarse como miembro de aquella delegación. El Botija Pérez era una reciente incorporación de Peñarol, el club federado. Seguiría defendiendo a la institución hasta que falleció de forma trágica en 1920, sin saber que décadas después, personas que no vivieron los hechos intentarían reescribir la historia.

Pero el colmo del absurdo del Informe es la inclusión del nombre de Lorenzo Mazzuco en un partido de 1914. El problema de esta afirmación, que sería graciosa si no diera vergüenza ajena, es que Mazzuco falleció el 18 de diciembre de 1909. Es realmente tragicómico el error del autor en este punto, y se me hace imposible contener la risa mientras escribo.

El Informe termina nombrando a otras dos figuras relevantes como «acompañantes del equipo en Rivera». Los nombres brindados son los de J. L. Maz e Isabelino Pérez,  «que según resulta fácil advertir, seguían siendo directivos del CURCC» afirma el Dr. Tarigo.

Menuda sorpresa la que generó en mi esta afirmación por parte del Dr. actuando tan suelto de cuerpo. Es cierto que J. L. Maz siguió siendo directivo del CURCC, pero con el nuevo nombre de la institución, el de Club Atlético Peñarol. Es que, capaz el Dr. no lo supiera en aquel entonces, pero J. L. Maz fue integrante de la Comisión Fiscal de Peñarol durante 1914. El otro nombre citado, Isabelino Pérez, fue un gran defensor de la continuidad aurinegra y brindó valiosos testimonios que serán expuestos más adelante. Además, sería declarado Socio Honorario en 1915.

La prensa de Rivera

Para cerrar el tema de los famosos partidos, quedan dos elementos más a tener en cuenta. El primero de ellos, es una noticia publicada por el diario “Rivera”, bajo el título “Mentira y mentira”. La crónica es recogida por el Dr. Alvarez y dice lo siguiente:

“Miente A Noticia, miente Estellario y miente Echo do Sul, al decir que el cuadro montevideano que jugó con el 14 de Julho fuese uno de los teams del viejo y aguerrido Peñarol”.

La columna sigue, y es posible leerla completa en la mencionada obra. Pero estas palabras parecen ser más que suficientes. Quienes presenciaron los hechos y asistieron al partido, tuvieron claro en todo momento que ese team recreativo nada tenía que ver con “el viejo y aguerrido Peñarol”. ¿Con qué derecho aparecen hoy, más de 100 años después, este grupo de personajes queriendo reescribir la historia?

Un photoshop mal hecho

Lo otro que debe tenerse en cuenta es que las fotos presentadas tampoco corresponden a la temporada de 1914 de Peñarol. Ni del team recreativo. Es tan bajo el nivel del contenido y tan escaso el rigor utilizado en la elaboración del mismo, que el resultado no puede ser otro más que un patético panfleto, mal editado y con un sinfín de errores.

Las imágenes pertenecen a los planteles de Peñarol de 1904 y 1918. En 1904, el Decano sería campeón de la Copa Competencia local en final ante Nacional, al vencer 2-1 tras comenzar en desventaja. En la temporada de 1918, el Manya lograría el Campeonato Uruguayo después de 7 años.

Parece un detalle, pero es otra muestra de la falta de seriedad que rodea a estas maniobras.

¿CURCC vs Peñarol?

Queda, también, abierta otra interrogante. Los fabuladores que llevaron adelante este indigno trabajo afirman que “Peñarol y el CURCC se enfrentaron en 1914”. Lo curioso (o no tanto si tenemos en cuenta la forma de trabajar de estos elementos) es que nunca se brindan datos de este supuesto partido. Ni fechas, ni resultados, ni formaciones, ni escenario. A esta altura solo una persona con un bajísimo nivel intelectual puede tomar por cierto una afirmación de ese estilo.

Sin embargo, ya que se metieron en este baile, los invitamos a bailar y reiteramos el pedido: queremos ver los datos del supuesto partido entre «CURCC y Peñarol» en 1914. Después de afirmarlo tantas veces, suponemos que demostrar la existencia de este match no conlleva ninguna dificultad para semejantes y tan afamados historiadores del CNdeF.

Los Defensores del Decanato

Uno de los tantos errores cometidos por el autor del Informe, es citar como elemento de prueba para la no continuidad de Peñarol, a figuras que en realidad siempre se manifestaron en contra a las pretensiones de Nacional.

Se citan las palabras de John Harley, Isabelino Pérez y Guillermo Davies, nombrados citados por Nacional como “pertenecientes al autentico CURCC”. Veamos que opinaban ellos.

John Harley para “Por la Verdad”:

«La disparatada especie que pretende rejuvenecer a Peñarol, solo merecería la callada por respuesta. Pero no puedo negarme a su requerimiento, y en consecuencia, manifiesto que en verdad yo pertenecía a la comisión del CURCC por mi carácter de capitán, cuando se comenzó a hablar de la reorganización del Club. No hubo traspaso alguno: Peñarol fue siempre uno solo, el fundado en 1891 y que actualmente existe. Esa fue siempre la creencia de quienes actuamos. Yo no pasé de un club a otro. Vine a Peñarol, antes de 1914, y seguí en Peñarol después de 1914».

Guillermo Davies para “Por la Verdad”:

“Y estos camaleones (habla de Nacional)  nos van a discutir a nosotros el derecho insospechable de ser los más antiguos cultores del football en nuestro país? Yo defendí a Peñarol entonces, y le serví después de todos modos, porque era la misma Institución que yo quise, y por la cual no ahorré ningún esfuerzo. Me tiene a sus órdenes para cualquier cosa tendiente a conservar la verdad, aún cuando creo tan burda la especie, que ni siquiera vale la pena perder el tiempo».

Isabelino Pérez para “Por la Verdad”:

«Hoy, puedo decirlo: nosotros teníamos orden de la superioridad de buscar la mejor manera para sacar el Football de Peñarol, pues la relajación de la disciplina era cada vez mayor. Con el pretexto del deporte había faltas continuadas en algunos, pedidos de licencias reiteradas en caso de partidos los sábados, discusiones, peleas, etc. Como yo comprendía la razón que asistía a la administración, favorecí todo lo que pude los planes de ellos. Así, voté en contra de las reformas, pero yo fui de los iniciadores para dejar continuar al Club con gente extraña a la empresa. Fui de los que propuse la entrevista con los Sres. Borreti, Turturiello, Saravi y Risso, y de los que concerté con ellos, y después con mis compañeros de comisión, la nueva orientación del Club. Pueden decir que no fue un traspaso, ni siquiera una escisión. Lo entregamos todo: colores, bandera, trofeos, derechos y todo en fin. Es ridículo discutir eso: el Peñarol de ahora es el que se fundó en el año 1891, y al cual he acompañado y sigo acompañando».

Como puede verse, «los integrantes del auténtico CURCC» no parecían estar muy de acuerdo con las pretensiones de Nacional…

La camiseta

Todos lo hemos escuchado alguna vez. Es imposible que en una discusión con un hincha de Nacional (de los negadores) nunca te hayan dicho que «en 1913 se creó la camiseta a rayas». Debe ser una de las mentiras más burdas que han utilizado en todos estos años, y una de las más fáciles de responder, porque alcanza con una foto cualquiera, anterior a la fecha, donde se aprecie la casaca a rayas verticales.

Pero hay algo aún mejor, un documento inapelable: el fixture del Campeonato Uruguayo de 1910. En él se detalla el uniforme a utilizar por cada equipo durante la temporada. Como puede verse, Peñarol utilizaría la camiseta rayada ya en aquel año.

El plantel de 1914

Un pilar fundamental para comprender la continuidad histórica del Club Atlético Peñarol, es analizar la conformación de su plantel principal en 1913 y en 1914. Luciano Álvarez toma la bandera de esta investigación y se adentra de lleno en la historia de la transición.  Para ello, analiza los partidos jugados por Peñarol entre mayo y diciembre de 1913, y los jugados entre enero y mayo de 1914. Los datos son los siguientes:

  • 17 jugadores integraron el plantel de 1913 y también el de 1914. Si, 17 de los futbolistas que defendieron a Peñarol durante 1913, bajo el nombre de CURCC, siguieron haciéndolo en 1914, bajo la nueva denominación. Por supuesto, que esta lista incluye a los principales nombres del periodo amateur de Peñarol: Canavessi, Angel Romano, José Piendibene, John Harley, por nombrar algunos de ellos.
  • 22 jugadores de la temporada 1913 no figuran en partidos de 1914. La explicación es sencilla.
  • Luis Quaglia y Alfredo Betucci son casos conocidos y ya explicados, el primero recuperaría la titularidad en el segundo semestre del año, mientras Betucci se recuperaba de aquella lesión que lo marginaría del alto nivel y lo haría jugar de arquero en partidos amistosos del team recreativo.
  • 11 de esas 22 no coincidencias eran jugadores del segundo team. En su amplía mayoría, su participación en el primer equipo de 1913 se limitó a un partido. Su no presencia en el primer equipo entre enero y mayo de   la temporada 1914 no sorprende a nadie (ni ahora, ni en aquel entonces) porque no se trataba de figuras inamovibles de Peñarol. Algunos de ellos seguirían desempeñándose en otros clubes de menor jerarquía, como Raul Meneses en el Uruguay Onward y N. Levrato en Reformers.
  • Otros 2 nombres aparecen defendiendo a otros clubes con asiduidad en 1914. Uno de ellos era el «Vasco» Eguía, quien pasó a defender al Independencia. El Vasco, en pocos años defendió al menos a seis equipos. No parece sorprendente su alejamiento de Peñarol. El otro nombre es el de C. Legorburo, quien alternaba sin consagrarse desde 1909. Para 1914, se iría al Uruguay Onward.
  • 2 jugadores se retiraron de la practica activa del fútbol: Agustín Manito y Leonard Crossley. Manito fue trasladado por el FCC a las dependencias de la empresa en el departamento de Rivera, y Crossley (que defendía a Peñarol desde 1906) dejó el fútbol para integrarse a los planos dirigenciales de… Peñarol.
  • Raffo, que defendía a Peñarol desde 1911, no aparece defendiendo a ningún otro equipo en 1914. Su alejamiento parece no haber sido de Peñarol, sino del deporte en si mismo.
  • La lista de no coincidentes se completa con cuatro incorporaciones de cara a la temporada 1914, una cifra normal y que no llama la atención: Rímolo, Granja, Manuel Varela y E. Castilla.

Como puede verse, la enorme mayoría de los integrantes del plantel de 1914, eran jugadores aurinegros durante 1913. Solo se agregaron 4 incorporaciones, y quienes no defendieron a Peñarol en los primeros 5 meses del año, habiéndolo hecho durante 1913, eran futbolistas retirados, lesionados, del segundo team o simplemente, jugadores que emigraron a otros equipos de menor jerarquía donde no desarrollaron una carrera destacada.

¿Una desaparición en silencio?

Otra de las falsedades repetidas por la gente de Nacional es la supuesta «desaparición del CURCC en 1915». Lo cierto, es que esto no fue así. Ya no había club por desaparecer, porque el fundado en 1891 seguía compitiendo como lo sigue haciendo hasta hoy.

Los mejores testimonios los brindan los propios protagonistas, declarando que lo que quedo funcionando fue un simple grupo de personas encargadas de custodiar los bienes que eran propiedad de la empresa y el dinero que sería donado al Hospital Británico, decisión tomada por quienes tomaron el control del club y su afiliación a la Liga.

Pero además, vale analizar el contexto. Para 1915, «el CURCC» era el equipo más ganador del país con 5 Campeonatos Uruguayos. ¿Es posible que la desaparición de la institución deportiva más importante del país tenga lugar en el silenzio stampa que plantea Nacional? Los diarios, las noticias aquí vertidas eran públicas y de llegada masiva en el mundo fútbol de aquellos años. ¿Es posible que ante la desaparición de su rival de todas las horas, no hubiera reacción de Nacional y de Rodolfo Bermudez, «el mejor delegado del mundo» según palabras de los propios nacionalofilos? ¿Es posible que el equipo que más veces se había alzado con el título de campeón, y de fama internacional ya en aquellos años, desapareciera sin dejar rastros? De la supuesta desaparición del CURCC no hay nada. Ni un diario, ni una noticia publicada por formalismo, absolutamente nada más que una frase de un libro de Peñarol, escrito para defender la historia de Peñarol, sacada de contexto.

Una vez más, el planteo no parece muy inteligente.

El que calla otorga

Toda esta situación nos da pie para hablar de otra mentira repetida hasta el hartazgo por parte del tradicional rival, la famosa “no respuesta de Peñarol”. Esta afirmación no resiste el mínimo análisis, ya que Peñarol declaró, en Consejo Directivo del 17 de mayo de 2016, que las obras “La transición de 1913” y “1891 – La Fundación” de los Sres. Luciano Alvarez y Daniel Quintana, respectivamente, representan la postura oficial del club mirasol.

Es decir que Peñarol no sólo respondió el Informe presentado por Nacional, sino que además ha sido el dueño de la última palabra durante todo este tiempo, en el cual Nacional se ha llamado a silencio. Un silencio sepulcral que rompieron en las elecciones de 2012, cuando la Lista 5 encabezada por el Ec. Eduardo Ache aseguró lo siguiente: «defenderemos la historia y terminaremos con la gran mentira. La Lista 5 luchará para lograr la certificación oficial de Decano del fútbol uruguayo».

No es necesario ser muy inteligente para entender que solo se lucha para lograr aquello que no se tiene (en este caso la certificación oficial). Finalmente, la Lista 5 ganó y el economista fue Presidente de Nacional por el período correspondiente. Nunca se llevó adelante ningun reclamo legal en AUF, ni en el Ministerio de Educación y Cultura, ni en ningún lado. Tampoco se respondieron las obras de Álvarez y Quintana, declaradas como posición oficial del Club Atlético Peñarol.

Esto es lo que nos dejó un nuevo aniversario del club más importante, popular y ganador del país. Pese a todo, es una maniobra que debemos agradecer, siempre es bueno que sigan quedando expuestos en sus papelones. Lamentablemente, cada vez se esfuerzan menos. Parece correcto, para finalizar esta publicación, invitar a todos los hinchas de Peñarol a informarse sobre la historia del Club con los libros mencionados. El de Luciano Álvarez, hoy en día, es de acceso público en la Biblioteca País de Ceibal.