A partir de 2016 jugaremos como locales en nuestro estadio, esa casa que siempre soñamos y anhelamos tener. Esta euforia no nos puede permitir olvidar todos los momentos hermosos, y duros también, que supimos vivir en el Estadio Centenario. Padre y Decano homenajea al monumento histórico del fútbol mundial. No es una despedida definitiva, es un muchas gracias.