Cada 28 de abril, desde hace algunos años, el tradicional rival celebra «el día del hincha». La anécdota la escuchamos hasta el cansancio: un utilero con pulmones superdesarrollados y una locura desconocida hasta el momento, que cambió la forma de concebir la pasión por el fútbol para siempre.

Teniendo en cuenta los antecedentes de quienes cuentan la historia, y lo poco sustentada en hechos que parecía estar la narrativa, la duda surge casi que instintivamente.

  • ¿Cuándo surgió el mito?
  • ¿Cómo se difundió?
  • ¿Qué pruebas hay?
  • ¿Te lo preguntaste alguna vez?

Como en tantas otras ocasiones, la fábula repetida mil veces, resulto ser eso: una mentira.

El comienzo del mito

Autor de «El Hincha».

Para ser una historia sucedida en los primeros años del 1900, resulta llamativo que no haya un solo artículo periodístico conocido, que ubique a un individuo llamado Prudencio Reyes en el Club Nacional de Football. Más teniendo en cuenta la notoriedad que parecía tener, en las canchas de nuestro – por aquellos años – joven fútbol uruguayo.

La primera mención, y el surgimiento del mito, se da recién en 1932, en un libro de cuentos. Sí, así como lo leen.

Luis Sciutto, también conocido como Diego Lucero, famoso escritor y periodista deportivo del siglo XX, era simpatizante de Nacional e incluso había vestido su camiseta oficialmente. En una recopilación de cuentos, escribió uno llamado «El Hincha», relatando el origen de este término, que ya aparecía en la prensa escrita al menos desde el año 1913, para referirse a los aficionados de los equipos de fútbol.

La Razón, 04/09/1913. Mención más vieja del termino «hincha» a la que pudimos acceder. Seguramente haya muchas anteriores.

No se conoce otra mención a la fábula de Reyes, hasta el año 1996, cuando se publicó “10.000 horas de fútbol”, una recopilación de cuentos de Sciutto (ya fallecido), incluyendo “el Hincha”, un poco diferente al de 1932.

Les compartimos para leer ambas versiones:

Apuntes y curiosidades:

  1. Se atrevieron a escribir historia oficial, en base a un libro de cuentos de ficción. No sorprende, teniendo en cuenta de donde viene, pero indigna de todas maneras.
  2. Llaman la atención las diferencias entre las versiones del cuento. La más relevante, es la mención en 1996 a Luis Laventure, uno de los primeros presidentes de Nacional, como primer narrador del mito. Esto convierte a Nacional en el propio impulsor de la anécdota.
  3. Sciutto, nacido en 1901, narra -en 1932- supuestos hechos acaecidos en el año 1908, que obviamente no vivió en primera persona. Su narrativa se basa en una supuesta anécdota contada por un ex presidente de Nacional en un bar.
  4. No es la primera, ni la única versión del origen del término «hincha». Simplemente es la que lograron imponer con mayor fuerza en los medios de comunicación. El cuento original menciona que «hace poco un diario porteño traía una linda historieta adornada de recuerdos y que iba derecho a descubrir el origen de la palabra ‘hincha’, (…) que ubicaba el término en una de esas barriadas pintorescas de Buenos Aires llena de malevos de tango y percantas de milonga, y se lo cargaba a un viejo aficionado». La re edición de 1996, nombra la fábula de Prudencio Reyes como «una de las tantas versiones que se dan como ciertas».
  5. En el mito modificado y agrandado con el correr de los años, y con el indiscutible sello de mitomanía tricolor, se impuso que Prudencio Reyes inflaba las pelotas de fútbol con el aire de sus pulmones. Además de ser científicamente imposible, esto no se menciona en la historia.
  6. Otra de los grandes agregados que le han hecho a la fábula, es que Reyes arengaba desde afuera al grito de «vamo’ Nacional». Esto tampoco sucede en la narrativa. La arenga de Prudencio era para un único jugador, «Megula» Canthury, centrodelantero tricolor. Al parecer el fanatismo era por ese único futbolista, y no por la institución alba.
  7. Como dato histórico: en Nacional existió un cisma en 1911 por la incorporación de jugadores humildes, y una importante porción de futbolistas y simpatizantes abandonaron el club y pasaron a Bristol, convirtiendo este duelo en una especie de clásico. Los famosos ‘cuelludos’. ¿Esto que tiene que ver con el cuento? Sí, adivinaron. Se menciona a Prudencio Reyes como uno de los que abandonó el club.
  8. Se nombra al Indio Castillo como su sucesor. En este caso, con numerosas pruebas de su paso por Nacional. En una entrevista registrada en un libro de historia tricolor, el susodicho no menciona jamás la existencia de Prudencio Reyes, alguien que supuestamente marcó la vida de todos aquellos novedosos «hinchas». 
  9. El cuento, que recordemos, es la única fuente para la creación del mito, menciona que al enfrentarse Nacional y Bristol, Prudencio Reyes se trenzó a golpes con los hinchas tricolores.
  10. En quizás el secreto más oculto de toda esta historia, Sciutto menciona que luego de la desaparición de Bristol, Prudencio Reyes pasó a ser hincha de Peñarol.

Conclusiones de la fábula

  • No hay, hasta el momento, documentos que certifiquen que Prudencio Reyes haya estado ligado a Nacional.
  • La historia, actualmente redactada como oficial, surge de un libro de cuentos deportivos, escrito muchísimos años después de los supuestos hechos.
  • En la narrativa, Prudencio Reyes:
    1. No es la única teoría del origen del término.
    2. No inflaba las pelotas con sus pulmones.
    3. No alentaba a Nacional, sino a un jugador específico.
    4. Abandonó a Nacional para fundar el Bristol.
    5. Se trenzó a golpes de puño con los hinchas tricolores.
    6. Se hizo hincha de Peñarol.
  • Al ser ficción, todos los hechos tienen seguramente al menos una parte de inventiva. Nada de lo escrito se puede tomar con seriedad. Pero si quieren dar por válido el origen de la palabra hincha por esta fábula, también tienen que hacerse cargo de que los abandonó, les pegó y se hizo hincha de Peñarol.

Es realmente admirable la maniobra de borrar del mapa el 95% del contenido original y adaptarlo a la mitomanía característica del Club Nacional de Football.

Los falsos Prudencio

En todo el cúmulo de mentiras, los ‘historiadores’ tricolores sumaron como prueba, apariciones de un supuesto Prudencio Reyes posando junto al plantel de Nacional. Rápidamente fueron desmentidas, con evidencias irrefutables.

‘Prudencio’ 1:

Esta foto, correspondiente al partido entre Nacional y Montevideo, el 29/03/1908 muestra a un señor de bigotes acompañando la foto de la oncena alba, con la idea de hacer creer que es Prudencio Reyes. Investigando un poco, se puede llegar a la conclusión de que es Jorge Ballestero, socio fundador de Nacional y árbitro de aquel partido:

‘Prudencio’ 2:

Con el mismo modus operandi, quisieron hacer pasar a Guillermo Jordan, árbitro de aquella época, por Prudencio. Se ven claramente las diferencias físicas entre uno y otro. Y además, como verán más adelante en la nota, el retrato famoso tampoco corresponde a Prudencio Reyes.

Mentiras en datos contrastables

Increíblemente, la cadena de mentiras no termina en el cuento de ficción pasado a la realidad.

En nuevo material que nos acerca la Comisión de Historia de Peñarol, podemos concluir que el retrato, las fotografías y por lo tanto la estatua, con la cual muchos uruguayos y extranjeros se han fotografiado, no corresponden a Prudencio Miguel Reyes Viola, el ‘protagonista’ de esta historia.

La duda surge instantáneamente, luego de observar detenidamente el famoso retrato publicado en sitios tricolores:

Como puede notarse, el retrato fue realizado por un tal F. González, con fecha 1904. Salta a la vista que la persona retratada, de ninguna manera podía ser Prudencio Reyes, nacido supuestamente en 1882 y por lo tanto de 22 años de edad.

Y escarbando un poco, con rigor periodístico e histórico, con ganas de realmente conocer los hechos, se llega fácil a la verdad: el retratado es Miguel Reyes Bonilla nacido en Islas Canarias, España en el año 1853 y fallecido en Montevideo el 15 de marzo de 1904 (año del retrato).

María Naya

Miguel Reyes Bonilla (el que hasta hoy pensabamos que era Prudencio Reyes), con su esposa María Naya.

La clave para entender toda este asunto, es la figura de María Naya, quien fuera presentada por los historiadores tricolores como la esposa de Prudencio Miguel Reyes Viola (nac. 1882).

Pasión Tricolor

Artículo de Prudencio Reyes en Wikipedia (redactado por historiadores tricolores).

Sin embargo, a María Naya podemos encontrarla en el diario «El Siglo» del 15/09/1896, solicitando matrimonio con Miguel Reyes, ciudadano español de 43 años de edad. Prudencio Miguel Reyes Viola tenía tan solo 14 años en ese momento.

Como dato agregado, María Naya falleció en 1944 como viuda, tal como indica el Diario Oficial del 24/01/1944.

Este dato no coincide con la muerte posterior de Prudencio Miguel Reyes Viola, el 07/02/1948 según datos de historiadores tricolores.

La foto que pueden apreciar de María Naya con sus hijos Aníbal Lope, María Felicia, Osiris, Homérico, e Irede (nacida en 1903) no cuenta con la presencia de Miguel, porque obviamente se tomó luego de su fallecimiento en 1904.

Ernesto Reyes Maeso (quién proporciona las fotografías) es nieto de Osiris Reyes y por lo tanto bisnieto de Miguel Reyes Bonilla y no de Prudencio Miguel Reyes Viola.

Partida de defunción de Miguel Reyes Bonilla.

¿Quién era entonces Prudencio Miguel Reyes Viola? No sabemos aún.

Seguramente seguirán apareciendo datos que evidencien más aún la mentira histórica tricolor, como sucede siempre.

Mientras tanto, de Prudencio Reyes aún no conocemos ni su cara, ni su oficio, ni su vinculación con Nacional, ni su historia de vida.

Y surge una pregunta lógica: ¿Qué van a hacer con las banderas, murales, tifos, tatuajes, estatuas y publicaciones oficiales, en las que utilizaron una imagen equivocada?