César Bianchi, periodista, productor y panelista en El Espectador, y docente en la Universidad ORT presenta su libro «A lo Peñarol». El lanzamiento del libro forma parte de las actividades de festejos del club por sus 120 años y Padre y Decano entrevistó al protagonista.

¿Por qué surgió la idea de escribir este libro?

Yo estaba haciendo otro libro sobre adicciones y fobias, para la misma editorial, y no me colgaba del todo, no me terminaba de entusiasmar. Entonces, en abril le propuse a la editorial hacer un libro sobre Peñarol considerando la vuelta a la Copa, lo bien que andaba el equipo de Aguirre y los 120 años. Me dijeron que sí, pero con una condición: tenía que llegar sí o sí para setiembre, para el aniversario. Me lo tomé como un trabajo pago: descarté oportunidades laborales, proyectos y me dediqué full time al libro. Así nació esto.

¿Qué significa que puedas presentarlo en el marco de los festejos de los 120 años?

Es grandioso. Siento que aporto mi granito de arena a tanta grandeza, haciendo lo que mejor sé hacer: contar historias.

¿Por qué el nombre «A lo Peñarol»? ¿Qué significa esa frase para vos?

Muchas cosas, fijate que lo terminé haciendo A lo Peñarol! Porque entregué el libro en la hora, se editó en la hora, se distribuyó en la hora (se ríe).

Además sos protagonista de la Película, ¿te halaga que hayas sido fuente de consulta?

Sí, claro que me halaga. Es un honor que Andrés haya creído que mi palabra era importante como periodista y autor del libro.

Aprovecho el momento para aclarar que la bajada «La pasión nunca pierde» es una frase que gentilmente él me cedió, porque finalmente no la iba a utilizar para el título. Son dos proyectos independientes, pero complementarios: ambos cuentan la pasión del hincha mirasol.

¿A quién le dedicas tu libro?

A una amiga que quise mucho y falleció hace un año de cáncer de colon. También a mi ahijado y su hermano, fanas de Peñarol, y a mis mejores amigos… bolsos (se ríe nuevamente).

Por último, ¿si tuvieras que resumir lo que es Peñarol para vos en una palabra o frase, qué dirías?

Uff, que no suene trillado. Dejame pensar… Mi alma.