El arbitraje de anoche en el Campus de Maldonado probablemente haya sido uno de los peores del Torneo Apertura. No es nada en contra de Federico Arman, a quien prácticamente no conocemos, pero seguramente la inexperiencia le jugó una mala pasada. No se pueden cometer tantos errores juntos en un mismo partido. Como dijimos luego del partido ante Boston River, seguramente quede en el olvido porque Peñarol ganó, pero esperemos que nuestros dirigentes tomen cartas en el asuntos.

Dirigiendo lejos de la jugada, no sancionó un grosero penal sobre Guzmán Pereira en el primer tiempo y un pase de volleyball en el segundo. Aprile jugó regalado por una plancha que debió ser roja directa, y sino, dos faltas de amarilla tendrían que haberlo mandado a las duchas. Lo mismo para Keosseian, que cometió por lo menos dos faltas de tarjeta. Hasta se vio un tackle en el Campus, como si estuviéramos en el Seven a Side del verano.

La más insólita (si es que un penal y una roja no son de por sí insólitos) fue cuando cortó una jugada con muchas posibilidades de gol, para sancionar una falta a favor de Peñarol. Inentendible, no dio ley de ventaja.

Hay cosas que no se entienden, y lo decimos ahora, que Peñarol viene primero y ganando. Esto no pretende desviar el foco de que el equipo ayer no fue lo que uno esperaba, pero una cosa es lo que compete a Leo Ramos y a los jugadores, y otra cosa es lo que le corresponde a los encargados de defender a nuestro club en el ámbito de la AUF.

Esperemos que no se sigan repitiendo estas incidencias. A Cebolla y Lucas le sacaron rojas directas con sanciones severas. A Canobbio le viven pegando. Ya van varios penales claros que no se sancionan. Ni que hablar de los goles que le anularon a Fidel Martínez en el comienzo del torneo (prohibido olvidar). No puede ser…