Peñarol estrenará el primer Estadio FIFA de Uruguay, una magnífica obra que enorgullece a todos los parciales mirasoles, pero a diferencia de lo que se comenta en el ambiente, no es el primer reducto de los carboneros. Padre y Decano repasa antiguos escenarios aurinegros.

Como toda nueva institución, lo primero que pensaron los directivos aurinegros en el S XIX fue conseguir un terreno donde desarrollar actividades deportivas. El 25 de abril de 1892 en el Pueblo Peñarol comenzaron competencias atléticas, en Camino Vilarón (hoy Coronel Raíz), y Camino Casavalle. Actualmente ahí se encuentra el Complejo Habitacional General José Artigas (Mesa 2). Hoy existe un monumento que indica donde estaba el campo. En los terrenos cercanos había campos de higueras de Fidel Loriente y viñedos propiedad de Luis Roba. En esos lares también hubo partidos del club de las once estrellas. Pero una inexplicable adhesión a la casaca amarilla y negra, hizo que el público se presentara en gran número a cada partido de los aurinegros. Con la emancipación del club mirasol de la empresa ferroviaria, hubo que marchar de la vieja cancha en Villa Peñarol.

Fotos jornada de pintura en Las Acacias (15-09-2012)Luego de oficiar de local en diferentes campos, como por ejemplo el de Belvedere (en aquella época de Montevideo Wanderers), la compañía de tranvías La Transatlántica ofreció un terreno en el barrio Marconi, sobre la calle José Possolo, un espacio de 37.949 metros cuadrados. Se abonaron 20.207 pesos para construir el nuevo field. Las Acacias se inauguró el 19 de abril de 1916 en un clásico por la Copa Transatlántica. Los decanos formaron con Ernesto Cornú; Alfredo Granja, Manuel Varela; Jorge Pacheco, John Harley, Domingo Savio; José Pérez, Antonio Bartollazo, José Piendibene, Isabelino Gradín, Armando Artigas. Fue triunfo mirasol por 3 a 1 con goles de Bartollazo y Piendibene (2).

En 1997 se disputó el último encuentro oficial en Las Acacias (hoy Estadio Cr. José Pedro Damiani), donde actualmente juegan las divisiones formativas, AUFI y fútbol femenino. Próximo a cumplir 100 años, es un campo de juego que merece todo el respeto de la masa societaria.

Estadio de Los PocitosEn 1921 en la Estación Pocitos se inaugurará un nuevo field. Peñarol, luego de formalizar un convenio con la empresa de tranvías de Montevideo, se muda otra vez. Bajo la presidencia del Dr Julio María Sosa y con el Arq. Juan Antonio Scasso como encargado de la construcción, el club decano crea un nuevo reducto en la calle Pereira. El 6 de noviembre de 1921 se inauguró la nueva cancha en un partido amistoso ante River Plate de Buenos Aires, mismo rival que inaugurará el Estadio Campeón Del Siglo. Aquel encuentro terminó 1 a 1, y así como en 1916 Nacional participó en la inauguración de La Acacias, no correspondió la invitación de Peñarol a inaugurar el Estadio de Los Pocitos, actitud poco caballeresca que parece repetirse en estos días.

En ese reducto los carboneros obtuvieron el Campeonato Uruguayo de 1921 y nunca se perdió un clásico. La leyenda cuenta Peñarol era capaz de dar vuelta cualquier resultado en esa cancha.

01-Clasico de verano copa antelPocitos vio cómo 13 de julio de 1930 se disputó el primer partido en la historia de los mundiales. Francia goleó a México 4 a 1 y Lucien Laurent le convirtió el primer gol al meta azteca Bonfiglio. El 18/07/1933 fue el último partido disputado en dicho escenario. En amistoso, Peñarol le ganó a Defensor 4-3 con tantos de Luis Macedo -“Feitiço” (2), V. Santos Iriarte y Luis Matta. En el match debutó el brasileño “Feitiço” con la malla oro y carbon.

Ya construido el Estadio Centenario, Peñarol lo utilizó como propio, dándole mucha gloria y siendo el que más entradas vendió en el coloso de cemento. Fue el 3 de julio de 1960 ante Real Madrid por la Copa Intercontinental, 0 a 0. De los 49 campeonatos uruguayos de los aurinegros, 39 fueron en el campo del Parque Batlle.

Ahora se viene una nueva época, con alegrías y tristezas para la falange mirasol pero con la alegría de tener nueva casa. Única en el país, el Estadio Campeón del Siglo sufrió muchos contratiempos de parte de gente poderosa e inescrupulosa. Pero como la locomotora del ferrocarril, Peñarol es imparable.

Escrito por Wilson Méndez.