El hecho de ser hincha de Peñarol ya es algo que escapa de una posible realidad. Es una pasión que trasciende fronteras, muchas veces puede dejar amistades personales de lado, así como también provocar rupturas amorosas o desocupaciones laborales. El hincha de Peñarol es un hincha diferente en cualquier sentido; es un hincha de verdad. Está enfermo por los colores de la camiseta y jamás dejará de lado a su querido Peñarol.

El hincha de Peñarol es ese que, cuando llega el fin de semana, no hay compromiso que valga para no ir a la cancha a ver a su cuadro -por más buena o mala que sea la campaña del momento-. También es a quien le duelen los ojos cuando no ve a su cuadro logrando las mismas hazañas que la historia lo acostumbró.

Peñarol es algo indescriptible. Es eso que nos hace llorar en momentos de euforia, eso que nos hizo abrazarnos con quienes nos rodeaban –conocidos o no- cuando el juez pitó el final en Liniers, eso que nos hizo erizar la piel en el recibimiento ante Santos. Pero también es eso que nos hizo llenar de bronca cuando caímos derrotados ante Atlético Nacional de local o eso que nos provocó tanta tristeza –pero a la vez orgullo- cuando Santos levantaba una Copa que era nuestra gran ilusión.

Es inevitable ir por la calle y no cruzarte con alguien que lleve distintivos de Peñarol. Desde ropa oficial, pasando por remeras o buzos que cada uno mandó a hacer, bufandas o gorros tejidos por un familiar, o hasta simplemente una combinación de ropa amarilla y negra. El hincha de Peñarol se siente orgulloso saliendo a la calle con colores que identifiquen a la institución. El hincha de Peñarol es ese que va al supermercado con ropa aurinegra después de haber perdido un clásico o partido de alta relevancia. Jamás se va a esconder y no querer mostrar los colores que lleva en el alma.

El hincha de Peñarol es ese que ha creado grandes amistades solo de ir al Estadio. Es ese que cada vez que va a la cancha, va al mismo lugar y con la misma gente; encontrándose con los mismos gritos y/o características de los que lo rodean. Es quien considera a cualquier desconocido hincha de Peñarol como alguien diferente, como alguien que comparte los mismos sentimientos que uno.

El hincha de Peñarol es único, Peñarol es único. Peñarol es una enfermedad.

J.L.R.

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