El próximo domingo 20 de Noviembre, se juega el partido más importante desde que el fútbol es fútbol en éste País.

Se trata de un partido en donde no importa si venís primero o segundo, si tenés chances de salir campeón o si de los últimos nueve puntos jugados sólo ganamos uno; son 90 minutos donde la cuestión es entre ellos y nosotros, noventa minutos de pasión desenfrenada y  sentimientos a flor de piel.

Cómo olvidar la noche en que 8 fueron más que 11, aquella tarde de las atajadas del Tito para defender el 1-0 y terminar ganando sin golero, o aquellos cinco minutos finales con el Vasco Aguirregaray calzándose los guantes para defender la victoria a cuatro días de haber quedado fuera de la Libertadores en la mayor goleada de la historia como local ante San Lorenzo; las remontadas 4-3 y 3-2 en quince días para lograr el Quinquenio, la tarde de los goles de Darío y Pandiani en la tercera y definitiva final que perdíamos 1-0 con diez y sin Bengoechea remplazado por lesión, cómo no recordar la palomita de Bizera para ganar el campeonato después de haber descontado once puntos en la tabla anual, si todavía estamos gritando el gol del Vasco para la última gran alegría.

Si habrá partidos clásicos para recordar… todos recordamos los goles del “Cacha”, los de Silvio Méndez, los del “Pollo” y el clásico de la gallina gigante.

Los que peinan canas nunca se olvidarán de los goles de Morena, Spencer, Rocha y tantos otros que han hecho de esta historia una verdadera Paternidad.

No venimos bien, ellos vienen descontando puntos, no juega el mejor jugador que tenemos, perdimos la punta del campeonato, pero nada va a impedir que el domingo estemos con toda nuestra pasión, con todo nuestro orgullo, con la garganta estallando en un grito que empuje a los jugadores que van a vestir los colores sagrados, porque es responsabilidad nuestra también estar a la altura de las circunstancias, como todas aquellas tardes y noches en que nos abrazamos con la gloria, como ayer, como hoy, como siempre… VAMOS AHORA QUE ES LA HORA!!!