Anoche en el Palacio Peñarol se vivió una fiesta de la familia Carbonera que duró más de 3 horas y en la cual no hubo ni guardia policial ni gente dispuesta a generar problemas. Un público conformado por personas de todas las edades y familias enteras festejó un título histórico para nuestro club.

Los campeones sudamericanos de 1983 homenajeados estaban felices y se vivió una gran noche aurinegra. Agradecemos a la institución marplatense que lleva con orgullo el nombre Peñarol por haberse sumado al festejo y haber brindado un espectáculo de gran calidad. El evento fue transmitido para todo el país y para el exterior, y despertó un gran interés en la gente de Peñarol que siguió la transmisión. También hubo mucha gente de otro cuadro mirando, como siempre sucede.

Los Manyas debemos estar orgullosos de una noche así. A los jugadores, que por su fanatismo accedieron a representar los colores, les estaremos eternamente agradecidos. Quedarán por siempre en el corazón de la hinchada. Seguramente, por una foto que a mucha gente no le gustó, les van a querer hacer creer que ustedes serán los responsables de los próximos 10 hechos graves que sucedan en todo Uruguay, y el mundo quizás. Estamos acostumbrados a eso.

Una parte del periodismo uruguayo siempre busca noticias malas que les permitan más rating o más venta de diarios. Esos mismos periodistas son incapaces de cubrir una obra social hecha por la gente de Peñarol, simplemente porque eso no vende.

Señores jugadores que ayer representaron a Peñarol, no sientan que hicieron nada malo por sacarse una foto con un muñeco inflable. Eso no es violencia. Se los van a intentar vender como que sí lo es, pero violencia es otra cosa.

Hace poco tiempo el capitán de Peñarol se quebró en un recordado partido ante Fénix. En el palco al cual concurre el Vicepresidente de la República había un muñeco colgado del cuello con la pierna rota, dentro del parque central en un partido organizado por nacional. Eso es una enorme falta de respeto a un deportista ante una situación desgraciada. Pero estos mismos periodistas y dirigentes que hoy tanto lloran y hacen juicios de valor, no se pusieron tan sensibles con eso.

Un conocido dirigente del tradicional adversario, que hoy está muy sensible con la foto de anoche, festejó en Maldonado en un partido a beneficio un gol frente a la tribuna de Peñarol y fue vestido con una camiseta del Santos, rival con el cual habíamos perdido recientemente la final de la Libertadores 2011.

No caigamos en el doble discurso y la indignación de la institución que pregona la pseudo cultura. Es increíble ver cómo les duele tanto algo que es tan inofensivo. Quizás les duela ver un resumen tan contundente de 114 años de historia en 3 metros de pvc.

Señores jugadores, gracias por habernos regalado una noche única. Gracias por ser hinchas de Peñarol. No hicieron nada malo aunque quieran hacérselos creer así.