Copa Libertadores 1982
Peñarol ganaba en 1982 su cuarta Copa Libertadores de América, tras derrotar 1 a 0 a Cobreloa en el Estadio Nacional de Santiago. Con gol de Fernando Morena en el último minuto del encuentro, evitamos la disputa de una tercera final y obtuvimos la copa de manera infartante, escribiendo una de las páginas más gloriosas del club. Aquel 30 de noviembre de 1982, el equipo dirigido por Hugo Bagnulo formó con Gustavo Fernández, Walter Olivera, Nelson Gutiérrez, Víctor Diogo, Juan Vicente Morales, Miguel Bossio, Mario Saralegui, Ernesto Vargas, Jair Gonçalves, Fernando Morena y Venancio Ramos. “Un título inobjetable. Brillante, que adquiere la espectacular dimensión de haber sido conquistado perdiendo un solo partido: el que podía perder en Porto Alegre” (El Gráfico, 1982)
Alguien acaba de sepultar las ilusiones de un pueblo que creyó en la promoción organizada. Un pueblo que este miércoles 30 de noviembre de 1982 desayunó con títulos como éstos: “A lo macho sale Cobreloa a ganar la primera Copa” (La Tercera de la Hora); “Con Cobreloa nos tomamos hoy la Copa” (Las Ultimas Noticias).
Son las 23.11 de la noche y el fresco que baja de la cordillera se hace frío en la decepción. Ese hombre que en lugar de ¡gol! grita ¡Peñarol! es el verdugo que apuñala su alegría y despierta la de otros miles. Andes por medio, pampa por medio, río por medio. Es el verdugo y va en busca de sus cómplices, de sus compañeros. Va, en realidad, en busca del abrazo con la historia. Es un predestinado. Se llama Fernando Morena. Un minuto después empieza la fiesta inolvidable. Los once se hacen uno, miles, millones, porque Chile es el escenario y Uruguay la platea. Y esas lágrimas que corren por los ojos de Diogo y Saralegui cruzan los Andes, la pampa, el río y van a juntarse con el júbilo que arranca a los montevideanos de sus casas. ¡Peñarol es campeón! El mejor de América. A lo grande, como corresponde a su tradición. Como siempre lo quiso el destino, acaso para que no queden dudas…” (El Gráfico)
El camino hacia la final fue arduo y complicado. En la primera fase, integramos el Grupo 2 junto a Defensor Sporting, San Pablo y Gremio. A pesar de haber dos rivales brasileros de gran fuste, el grupo fue ganado por Peñarol con autoridad. Ganamos 4 partidos, empatamos en Montevideo ante Defensor y perdimos ante Gremio en Porto Alegre. “(…) el partido por compromiso de la programación ante Gremio en el Olímpico de Porto Alegre, fue la única derrota y el hecho ejemplifica la campaña excepcional de este campeón de América: perdió el único partido que no necesitaba ganar” (El Gráfico, 1982).
Si la Primera Fase parecía complicada a priori, la segunda no se quedaba atrás. Los ganadores de los 5 grupos más Flamengo, último campeón del certamen, se dividieron en 2 grupos para conformar las semifinales de la Segunda Fase. Peñarol compartió la zona junto a Flamengo y River Plate, siendo sin dudas la llave más fuerte. “Fuerte defensivamente, luchador, ordenado, sereno y serio cuando había a quien marcar. Pero con tintes de desconcierto, obligado a crear fútbol ofensivo. Así es este Peñarol, fiel a su gran historia” (El Gráfico, 1982). Esa fue la clave del éxito para atravesar esta llave. Por el otro lado llegaron Cobreloa, Olimpia y Deportes Tolima.
Nuevamente Peñarol arrasó con la zona, ganando los 4 partidos que disputó, destacándose la memorable victoria 4 a 2 ante River en el Monumental de Núñez, y el 1 a 0 ante Flamengo en el Maracaná con el recordado golazo de tiro libre de Jair. “(…) el partido con Flamengo en el Maracaná: sólida defensa, invulnerable arquero y con un Fernando Morena que convirtió un golazo. (…) Se habló de otro Maracanazo, la leyenda sigue viva; recorre el mundo seduce y habla del prestigio de Peñarol” (El Gráfico, 1982). La clasificación de Cobreloa fue más angustiosa, ya que superó a su escolta por apenas 1 punto.
La primera final se disputó en Montevideo el 26 de noviembre ante más de 45 mil espectadores. Don Hugo Bagnulo alineó a Gustavo Fernández, Walter Olivera, Nelson Gutiérrez, Víctor Diogo, Miguel Bossio, Juan Vicente Morales, Venancio Ramos, Mario Saralegui, Fernando Morena, Jair Gonçalves y Walkir Silva. El cotejo finalizó con un empate 0 a 0, muy festejado por los chilenos, ya que irse invictos del Estadio Centenario, era un logro muy importante. Por otro lado, si bien definían en su territorio, por temas de capacidad la final se disputaba en la capital y no en la localidad de Calama.
Los festejos según El Gráfico
Al camarín de los vencedores llegaron para sumar felicitaciones el presidente de Cobreloa Sergio Stoppel, y el hacedor del equipo, el técnico argentino Vicente Contatore. (…) El profesor Walter Rienzi instaló allí mismo su sala de primeros auxilios. La cintura de Gustavo Fernández, las rodillas de Morena y Saralegui, los meniscos de Ernesto Vargas, el golpe en la tibia que arrastra el Indio Olivera. Las cicatrices de un triunfo que, como todos los difíciles, no se consiguen en un lecho de rosas.
-A qué club caíste, ¿eh, negro? – le dijo a Jair.
-Pensar que hace cinco meses estabas en River – le acotó Walkir Silva.
-¿Qué tal es Cataldi? – le preguntamos con ingenuidad a Bossio.
– ¡Un fenómeno!
Y el presidente se suma al coro que lo requiere en el fondo del micro. Ya está la murga formada (…) La alegría es un virus que contagia y los doce minutos del viaje se hacen más cortos por la fiesta y los fogonazos de los hombres de El Gráfico, que pretenden inmortalizar el momento.
Coquito Rodríguez y Nelson Daniel Gutiérrez no necesitan que ninguno les recuerde nada. Bajan del micro, cruzan el lobby del hotel, suben al cuarto y bajan en short. Con disimulo, procurando no llamar la atención, van hacia la pileta y se zambullen en el agua helada. Ya es la 0.53 de la mañana del miércoles 1° de diciembre y la promesa está cumplida. “Es una cabala que nació en Brasil. Nos tiramos a las piscinas del hotel en San Pablo y en Río de Janeiro”, explica el moreno.
Campaña Partido por Partido
Primera Fase
5/08/82 | Peñarol |
3
|
0
|
Defensor Sporting |
(Estadio Centenario)
|
(Morena x2 y E. Vargas)
|
20/08/82 | Peñarol |
1
|
0
|
São Paulo |
(Estadio Centenario)
|
(Olivera)
|
27/08/82 | Peñarol |
1
|
0
|
Grêmio |
(Estadio Centenario)
|
(Gutiérrez)
|
09/09/82 | Defensor Sporting |
0
|
0
|
Peñarol |
(Estadio Centenario)
|
|
14/09/82 | São Paulo |
0
|
1
|
Peñarol |
(Estadio Morumbí)
|
(Morena)
|
17/09/82 | Grêmio |
3
|
1
|
Peñarol |
(Estadio Olímpico)
|
(Morena)
|
Segunda Fase
19/10/82 | Peñarol |
1
|
0
|
Flamengo |
(Estadio Centenario)
|
(E. Vargas)
|
28/10/82 | River Plate |
2
|
4
|
Peñarol |
(Estadio Monumental)
|
(Morena x2, Olivera y E. Vargas)
|
12/11/82 | Peñarol |
2
|
1
|
River Plate |
(Estadio Centenario)
|
(Vargas x2)
|
16/11/82 | Flamengo |
0
|
1
|
Peñarol |
(Estadio Maracaná)
|
(Jair)
|
Finales
26/11/82 | Peñarol |
0
|
0
|
Cobreloa |
(Estadio Centenario)
|
|
30/11/82 | Cobreloa |
0
|
1
|
Peñarol |
(Estadio Nacional de Santiago)
|
(Morena)
|
Esto tiene que ser un impulso para el futuro para lo que se viene. La selección de Tabárez y también el Peñarol de 2011 demostraron que EL FÚTBOL URUGUAYO NO ESTÁ MUERTO, como lo han dicho muchos dirigentes y el dueño del fútbol uruguayo. Se puede, podemos volver a ser lo que fuimos algún día.
Creo no equivocarme,si digo que fue el mejor cuadro de Peñarol que vi en mi vida,el de 1982;aunque el de 1987,también fue un gran cuadro.De los mejores momentos de mi vida como hincha de Peñarol.
Eternamente agradecido de ser hincha de este gran club.
Puede ser que Carlos Arias entrena la seleccion sub 15 ?
Ese dia estaba trabajando en CITA, cerraba el local a las 23 hs, mientras trabajaba escuchaba la radio y sufría en silencio, pero había una esperanza, el partido seguía 0 a 0, faltando 6 minutos para terminar el segundo tiempo, cerramos y nos fuimos al bar que estaba a treinta metros de -cita, para verlo. Cuando hace el gol Morena, esperé a que el juez lo convalidara y salí a lo loco gritando gol, terminé pegado al cordón de la vereda arrodillado mirando al cielo fritando goooooooooooooooooooooooooool. lo recuero y me pongo a llorar por la emoción, y así también terminé en la confitería céntrica frente a la plaza de la Ciudad de Durazno, gritando el gol de Aguirre en el 1987, arrodillado abajo del televisor. y que le voy a hacer son fanático