El 6 de noviembre de 1921, la pelota rodaba por primera vez en el viejo Estadio de Pocitos. Una historia breve pero gloriosa y mística como ninguna.

Hace exactamente 100 años, Peñarol y River Plate igualaban 1-1 en la inauguración del field de Pocitos, el tercero en apenas 30 años de vida institucional. La obra, proyectada por el Arquitecto Juan Scasso, se erigió desde el comienzo como uno de los principales escenarios deportivos del Amateurismo, y con el pasar de los años se transformó en un pilar fundamental en la historia del Decano.

Es que aquel reducto, ideado por el mismo arquitecto del Estadio Centenario, dice presente en más de un acontecimiento histórico, no solo de Peñarol, sino de todo el fútbol uruguayo.

Aquel 6 de noviembre, Peñarol saldría a la cancha por primera vez en la historia de su flamante estadio con Legnazzi, Benincasa, Granja, Cabrera, Delgado, Bonini, Arremond, Terevinto, Piendibene, Artigas y Campolo. El puntapié inicial del encuentro estuvo a cargo de Juan Cat, una popular figura en el deporte uruguayo, y el partido terminó 1-1.

El resultado de aquel encuentro es anecdótico. Quizás, de los elementos históricos más destacables, es que se trata de la primera inauguración de estadios entre Peñarol y River argentino. La primera de las tantas que vendrían después. Pero lo realmente curioso es la condición mística con la que contaba aquel escenario y el lugar preponderante que ocupa en la historia, con una vida relativamente «corta».

Primer partido oficial

El primer partido oficial llegaría una semana después, en el triunfo 4-2 ante el Lito por la Copa Uruguaya. Para aquel entonces, Peñarol necesitaba desesperadamente conseguir el título uruguayo para evitar la triple consagración de su archirrival.

Al triunfo del debut le siguieron otros cinco partidos (4 triunfos y un empate sin goles), hasta llegar al clásico. Aquel día se definía el título, Nacional podía ser campeón en el recientemente inaugurado field carbonero, algo que nunca había logrado en su historia. Pero Peñarol también se lo podía sacar.

La historia es conocida. Arranca Nacional en ventaja y a festejar antes de tiempo. En la segunda parte, el Decano lo da vuelta, se impone y termina salvando el honor del flamante reducto, mientras celebra la obtención de un nuevo título de campeón uruguayo.

Como dirían las crónicas de la época, en «la cancha mágica e inexpugnable» se creó el mito de que Peñarol podía ganar cualquier partido en los minutos finales. No era un mito, era cierto.

Las copas en la vitrina

El estadio de Pocitos acompañó a Peñarol durante el período 1921 – 1933, aunque dejaría de usarse para partidos oficiales en 1931.

Durante los once años en los cuales albergó partidos oficiales de Peñarol en la Copa Uruguaya, el aurinegro ganó 5 titulos en un total de 8 posibles. Vale la pena recordar que en 1922 Peñarol fue desafiliado mientras era líder del torneo, en 1925 el certamen quedó trunco a raíz del Laudo Serrato y en 1930 no hubo edicion del Campeonato Uruguayo. Apenas se perdieron tres títulos mientras se ofició de local en el romántico escenario: el de 1927 que terminaría en manos de Rampla Juniors, y los de 1923 y 1931, que fueron a parar a las vitrinas del Montevideo Wanderers.

Además, entre los 5 titulos obtenidos, vale destacar que se ganaron Campeonatos de Liga bajo la órbita de todas las organizaciones posibles: Asociación Uruguaya de Fútbol, Federación Uruguaya de Fútbol y Consejo Provisorio de la AUF.

El invicto clásico

La historia clásica de Pocitos tiene una particularidad. O mejor dicho, dos. Una, es que comienza un 25 de diciembre (de 1921) y culmina un 6 de enero (de 1929). La otra, es que Peñarol no perdió nunca contra Nacional.

En total, se jugaron 5 encuentros en el reducto aurinegro, de los cuales se ganaron 2, se empataron otros 2 y el restante se anuló (fue un empate sin goles en 1928 por la Copa Uruguaya).

Se ganaron clásicos tanto por Campeonato Uruguayo de AUF como del Consejo. Y por si fuera poco, se coronó con campeonato en la cara del rival de todas las horas.

El primer gol en la historia de los Mundiales

No todo es historia aurinegra, el field de Pocitos también escribió su nombre en la plana mayor del fútbol, por tratarse de uno de los primeros estadios mundialista y por ser el que recibió el primer gol en la historia de los Mundiales

El tanto fue convertido por Lucien Laurent a los 19 minutos de juego, en el partido que la selección francesa le ganó a México por 4-1, en aquella tarde del 13 de julio de 1930.

Invitados de gala

Desde su inauguración, el hogar del club del pueblo recibió a clubes de primera talla a nivel mundial. Un repaso por algunos de aquellos equipos y el resultado de sus enfrentamientos con Peñarol, permiten extraer postivas conclusiones sobre el desempeño manya en aquel mítico estadio.

El 2 de abril de 1922 llegaría la segunda visita internacional: Racing Club. El equipo de Avellaneda llegaba como el mejor equipo del país vecino, ostentando el récord de ser heptacampeón del fútbol argentino, gracias al reinado que tuvo origen en 1913. La victoria en favor del Decano fue inapelable: 3 a 0.

Además, en el año 1922 se jugaron recordados partidos con las Selecciones de Uruguay (1-1), Chile (3-0) y Argentina (2-1), este último representando a un Combinado de la Federación con mayoría de jugadores aurinegros. También se obtuvo la Copa Diario Crónica al derrotar por 1-0 al Teplitzer FK de Checoslovaquia, el primer equipo europeo en visitar el reducto mirasol.

Para 1923, sería el otro grande de Avellaneda quien saldría derrotado de la casa aurinegra. Triunfo 1-0 sobre Independiente el 10 de junio. Además, se agrega un nuevo triunfo 2-0 ante Racing de Avellaneda y destaca la goleada 6-2 sobre Chile.

En 1924 y 1925 los partidos internacionales no se hicieron tan frecuentes, pero igualmente hubo lugar para un triunfo ante River Plate (1-0) y otro ante Talleres de Córdoba (2-1).

En 1927 y después de la gira por el continente europeo, Peñarol recibió la visita del Real Madrid el 24 de julio. El partido se saldó con un empate sin goles, en lo que sería una presentación de lujo para el público uruguayo. Apenas dos semanas antes se le había ganado 6-1 al Colo Colo de Chile, también en Pocitos.

En 1928 se recibe la visita del Barcelona, el otro grande español. Nuevamente se salda con un empate, esta vez a un gol. Las principales visitas del otro lado del charco dejaron un empate con Rosario Central (0-0), un buen partido con Estudiantes (2-2) y un categórico triunfo ante River Plate (2-1).

En 1929 la actividad internacional en el recinto mirasol fue masiva. Se empata 1-1 con el América de Brasil (primer equipo del país norteño en visitar el escenario aurinegro), la Selección de Paraguay y el Torino de Italia. Pero el plato fuerte fue el triunfo 2-1 ante el Chelsea de Inglaterra el 9 de junio, y la victoria 2-0 sobre el Ferencvaros de Hungría.

Finalmente, en 1930 se le ganó 1-0 a Estudiantes, 2-1 a River Plate y 3-0 a la Selección de Bélgica que venía a participar de la primera Copa del Mundo, el 25 de julio, en lo que fue el último partido internacional jugado por Peñarol en su mítico estadio de Pocitos.

Hoy, aquel estadio con tribunas de madera, escenario del primer gol en la historia de los Mundiales y de incontables hazañas aurinegras, cumpliría 100 años. Es obligación de todos respetar la historia y recordar uno de los pilares de la identidad carbonera. Esa tan característica y que solo disfruta el club del pueblo.