El 11 de setiembre de 2021, Cerro Largo empataba 1 a 1 frente a Nacional, por la primera fecha del Torneo Clausura. Unos días después, se confirmaba que los tricolores pedirían los puntos del encuentro, por una supuesta comunicación telefónica entre Danielo Núñez, director técnico de los arachanes -quien se encontraba suspendido-, y Luigi Rodríguez, su ayudante técnico. Dos meses y medio más tarde, está al confirmarse la noticia de que finalmente el Tribunal de Apelaciones de la Asociación Uruguaya de Fútbol asistirá razón a los albos y le otorgarán las unidades reclamadas, en el hecho más vergonzoso de los últimos 20 años, sentenciando a un Ejecutivo que ha permitido que se desarrolle el campeonato más escandaloso de la historia del fútbol uruguayo, con arbitrajes bajo un manto enorme de sospecha, abuso total de poder, perjuicios evidentes contra un único club y tribunales plagados de fanáticos nacionalófilos.

Ignacio Alonso Labat, economista, productor Agropecuario y ramplense, tal como se presenta en su cuenta de twitter, asumió la presidencia de la AUF en marzo de 2019. De acuerdo a las palabras de Richard Morales, ídolo de Nacional, al actual mandatario «lo puso Balbi de presidente. Me hago cargo, y se lo digo yo en la cara: lo puso él». A su vez José Decurnex, mandamás tricolor, declaraba: «Muy contento por la opción que tomamos y personalmente doblemente contento porque Ignacio fue mi compañero durante cuatro años y creo que también es una premiación a la gestión del ejecutivo anterior. Nacional queda muy bien parado».

En su primer año de mandato, Nacional ‘pateó el tablero’ molesto por un penal no cobrado a su favor frente a Defensor Sporting (no era) y todo se acomodó para su conveniencia. En las últimas fechas de aquella temporada, Peñarol tuvo que sufrir los arbitrajes malintencionados de Christian Ferreyra, Claudia Umpierrez y Andrés Cunha. Este último, personaje peligroso y enemigo aurinegro, estrenó el VAR en las finales, omitiendo un penal sobre Fabián Estoyanoff teniendo tiempo para analizarlo en la pantalla. Así Nacional conquistó el Campeonato Uruguayo 2019. Los dos años siguientes todo se volvió mucho más evidente. En el 2020 los albos lograron el bicampeonato aprovechando arbitrajes similares a los de esta temporada y un equipo aurinegro que no dio la talla, y se perfiló para buscar el Tri, llegando ya al 2021, a los 16 penales clarísimos no cobrados a favor de Peñarol, y a este momento insólito en el cual los cotejos de Nacional provocan la risa generalizada fecha tras fecha, por los fallos más absurdos que se hayan visto en nuestro fútbol.

¿Pero qué pasó con aquellos puntos que mencionaba en la introducción? Se estiraron hasta las últimas consecuencias para poder sacarle el máximo provecho posible, y se van a definir en la jornada de hoy. La defensa jurídica de los albos consiste en declaraciones del ayudante de campo luego del partido, en una pregunta malitencionada realizada por un periodista de Tenfield (¿hincha de? Nacional, por supuesto), y en unas palabras de Leandro Otormín horas más tarde en el programa Locos por el Futbol, tras el cuestionamiento de otro fanático tricolor.

Los diálogos fueron los siguientes:

Luigi Rodríguez

Gabriel Hernández: «¿Qué te dijo Danielo en el entretiempo, si es que pudiste hablar?».

L. R.: «Había que mejorar un poco en el retroceso ya que los cinco de Nacional nos estaban tomando la pelota y hacían las transiciones rápidas, quedábamos muy atrás de los defensas y no retrocedíamos, pero luego controlamos y buscamos, como te dije, con las variantes ser más ofensivos».

Leandro Otormín

Daniel Richard: «¿Te enteraste? Luigi Rodríguez, que fue su entrenador hoy, declaró en la televisión que en el entretiempo había hablado con Danielo Núñez».

L. O.: «Pero por teléfono no tiene nada de malo».

Que estas pruebas sean las presentadas por Nacional, ya es absurdo de pique. En la entrevista a Luigi Rodríguez en ningún momento declara que haya hablado con el entrenador. Y en el caso de Otormín, no solo es inducido al error, ya que le dan a entender algo que no sucedió, sino que además es un tercero, una persona que ni siquiera participó en la hipotética conversación. Increíble.

El futbolista aclaró a los días: «Cuando el periodista me pregunta, que yo no tenía ni idea que estaba pasando, y me dice que Danielo tuvo una conversación con Luigi, yo le dije que por teléfono, que no era nada malo, porque Danielo se había quedado en el hotel, no estaba en el partido directamente. Yo no vi ningún teléfono en el vestuario, la charla nos la dio el profe Mateo. También respondí así de esa manera porque era un programa de humor, y la charla venía en ese tono. No pensé que Nacional iba a tomarlo como una prueba».

Mismo el dirigente de Nacional, Gustavo Amoza, declaró en su momento: “Es muy claro y no hay ninguna duda de que el contacto existió, pero hay que probarlo» (…) y descartó pedir un registro telefónico “porque es privado y no se puede saber desde qué número se hicieron las llamadas ni a cuál”.

Los propios directivos tricolores ya dejaban en claro que pruebas no había, y que tampoco se iban a molestar en conseguirlas. Pero ayudemos a esta insólita maniobra de Nacional y supongamos que la llamada existió y que está probado, y vayamos a lo que importa.

¿Qué marca el reglamento?

Art. 124° (bis): Inhabilitación de técnicos, asistentes técnicos y/o auxiliares.

Se considerarán técnicos, asistentes técnicos y/o auxiliares inhabilitados los que se hallen en las siguientes condiciones:

b) La inclusión, participación y/o ingreso al campo de juego en un partido, de técnicos, asistentes técnicos y/o auxiliares de un club que tuvieran sanciones pendientes.

En la Asamblea General de 2015, se aprobó por unanimidad lo siguiente:

Norma interpretativa de lo previsto en el Art. 124 bis literal b): 

Se considera que un técnico, asistentes técnicos y/o auxiliares de un club con sanciones pendientes, incurre en las conductas previstas en el art. 124 bis literal b) del Reglamento General, si:

Inclusión: Si es incluido en el formulario del partido.

Participación: En el caso de los técnicos y asistentes técnicos, si ingresan al vestuario de su equipo en el escenario deportivo donde se disputa el encuentro, si participan en charlas técnicas dentro de los escenarios deportivos donde se dispute el partido, antes o durante el transcurso del partido.

Como es notorio, no pasó nada de esto en el encuentro de Nacional – Cerro Largo. Nadie declaró que existiera el contacto, nadie pudo probar realmente que existió y no solo eso, sino que si hubiera existido, el reglamento no lo marca como una irregularidad. El único reglamento que siguen son las órdenes que les llegan desde 8 de octubre.

Antecedente Liverpool – Fénix

En 2019 se dio un caso similar, así lo contaba Ovación:

«Los presididos por José Luis Palma entendían que Juan Ramón Carrasco, quien estaba suspendido, realizó indicaciones a un integrante del banco de suplentes y que esto derivó en la acción de una variante, prueba que se presentó con imagen, pero sin audio, según lo expuesto por el fallo. 

Del otro lado, los albivioletas aseguraron que en ningún momento el entrenador realizó una indicación manifiesta para que algo cambiara dentro del campo de juego.

Por su parte el fallo asegura que «en las imágenes (sin audio) visualizadas en la audiencia, solamente se advierte que el Sr. Carrasco realizó un gesto con su mano derecha, en virtud del cual el el utilero del club, Sr. Matías Blanco, corrió hacia la zona del banco de suplentes y se detuvo frente al mismo unos instantes, regresando a su lugar de origen».

Y agrega: «el traslado del utilero hacia el banco de suplentes, luego del gesto del Sr. Carrasco, sería un indicio de la supuesta orden del entrenador suspendido para que se realizara una variante en el equipo. En general, los indicios pertenecen a la categoría de los denominados contingentes, esto es, que apenas pueden sostener una inferencia de probabilidad y no una relación de certeza».

Basándose en estos detalles es que «no puede afirmarse con certeza racional que el Sr. Carrasco haya utilizado la intermediación del utilero del equipo para ordenar la sustitución de un jugador», según lo expresado en el fallo.

«En suma: la parte actora tenía la carga de probar el hecho constitutivo de su pretensión y no ha logrado hacerlo, por lo que corresponde rechazar la pretensión deducida, manteniéndose el resultado deportivo del encuentro en cuestión», finaliza el fallo.

Lo más grave de la situación, es que quienes votaron no dar lugar al reclamo de Liverpool en aquella ocasión, son los mismos personajes que en el Tribunal de Primera Instancia votaron a favor de Nacional: Julio Bartaburu y Eduardo Albistur. Heber Panunzio fue recusado por Cerro Largo, y por ese motivo los puntos no se definieron en ese tribunal.

Bartaburu y Panunzio, además, votaron a favor de Nacional en el reclamo de la final 2018. Por su parte, Albistur fue recusado por Peñarol, y solo por eso se mantuvo el resultado de la final.

Pero volviendo al tema actual, el Tribunal de Contiendas mantuvo el resultado del partido y Nacional apeló el fallo, sabiendo que en ese segundo tribunal, el de Apelaciones, los números le cerraban por todos lados: de 6 integrantes, hay 3 que velan por los intereses de Nacional. Cerro Largo lo sabe, pidió su recusación y se la negaron. La decisión se pospuso hasta lo máximo que se pudo, para manejar los hilos del torneo.

Así, los señores Rodolfo Ponce de León, Fernando Aguirre Ramírez y Álvaro Da Silva, es casi seguro que votarán a favor de Nacional en la jornada de hoy. Y en caso de empate, el voto doble le pertenece a uno de ellos. Sí, así como lo leen. Por supuesto, la prensa hace silencio y no denuncia este escándalo indefendible.

Así se maneja hoy en día la Asociación Uruguaya de Fútbol. Un campeonato que será por siempre recordado por como fue ensuciado y manejado por los mismos payasos que controlan el circo hace años. Comandado por Ignacio Alonso Labat, un presidente que quedará por siempre en las páginas más negras de nuestro querido fútbol uruguayo. Peñarol va por la épica de lograr este título, que valdrá uno como todos, pero en caso de lograrlo, deberá ser festejado como un quinquenio.