Chueco Perdomo

José Batlle Perdomo fue uno de los mejores volantes centrales de la historia aurinegra. Viajó con la delegación de Peñarol a Tucumán y en un mano a mano con Padre y Decano volvió a recordar su etapa como jugador.

El Chueco nació en Salto el 6 de enero de 1965. Mediocampista de marca, de excelentes disparos de media distancia y tiros libres. Surgió en 1982 en Peñarol, donde obtuvo los campeonatos uruguayos de 1985, 1986 y 1993, además de la Copa Libertadores de 1987.

En Europa jugó en Génova (ITA), Betis (ESP) y Coventry (ING). En 1992 volvió a América, para jugar en Gimnasia y Esgrima de La Plata (ARG), donde es muy recordado por “el gol del terremoto”: un gol suyo de tiro libre ante Estudiantes, cuya celebración provocó un temblor que quedó registrado en el sismógrafo de la Universidad, confundiendo a los expertos.

Fue capitán de la selección uruguaya en la conquista de la Copa América 1987. Jugó el mundial de Italia 90, y en lo previo a aquella justa, se recuerda su gol de tiro libre a Inglaterra, victoria 2-1 en Wembley. Es entrenador desde el año 2000, siendo actualmente técnico en divisiones juveniles de Peñarol, encargado de formar jugadores que serán el futuro del carbonero. Con las Formativas aurinegras fue campeón uruguayo en 2008, 2013 y 2014.

«Estamos participando de esto pero desde otro lado. Antes veníamos para la competencia y a concentrar. Hoy estamos como hinchas, disfrutando más relajados pero a medida que se acerca la hora del partido esa ansiedad y adrenalina que uno tiene como deportista sigue estando», reflexionó el Chueco.

Perdomo recordó el pasado y el presente: «Hugo Bagnulo me ascendió con 17 años, con cada monstruo: el Indio Olivera, Víctor Hugo Diogo, Lagarto Juan Vicente Morales, el Tano Gutiérrez, Bossio, Saralegui, Chicharra Ramos, Pinocho Vargas, Fernando Morena y Jair, entre otros. Para nosotros eran espejos, uno era un niño. Fuimos aprendiendo de ellos, como el liderazgo que debe ser natural y no impuesto. Y la humildad que tenían cada uno de ellos y asimilarlo cuando uno pasó a ser el experimente del equipo».

Por último, el ex jugador mirasol se refirió a los juveniles: «Me da mucha alegría ver a Fabián Píriz y Diego Rossi en Primera. Los vi crecer en el club. Son grandes jugadores y excelentes personas. También ver al Vaca (Yeferson Quintana), mismo al Cebolla que lo conozco desde hace mucho tiempo. Estuve hablando con Cachila Arias, me parece un excelente jugador y muy consustanciado con Peñarol».

Enviado especial a Tucumán: Wilson Méndez