Los agresores estaban en la puerta de la sede de Nacional

Mucho se ha hablado en los últimos tiempos de la violencia en la sociedad y específicamente en el deporte. El fútbol, por ser el principal de todos, generalmente se lleva la mayoría de los comentarios y repercusiones mediáticas.

Desafortunadamente, nuestro club se vio envuelto en una gran difusión de prensa, luego de que algunos “simpatizantes” con indumentaria aurinegra robaran de forma repudiable una estación de servicio en Fray Bentos, cuando el ómnibus que los trasladó a Antofagasta volvía del encuentro con Cobreloa. El hecho es totalmente censurable e independientemente de los colores que vistan esos individuos debe ser condenado como corresponde.

Esto ameritó que algunos canales de televisión y programas deportivos, pusieran al aire imágenes de la cámara de seguridad de la estación mientras se efectuaba el hurto, en forma simultánea con el tiroteo de Pocitos, en clara asociación del deterioro de la sociedad y siendo referencia del mal ejemplo de esos “simpatizantes” con identificativos amarillos y negros.

El viernes 23 de agosto, un joven con campera de Peñarol transitaba por la Avenida 8 de octubre frente a la sede del Club Nacional de Football. Allí fue abordado por una patota que se encontraba en la puerta de la sede del tradicional rival, que por el simple hecho de no compartir los colores que vestía lo golpeó a mansalva y lo dejó en estado grave con fractura de mandíbula. Este acto también debe ser repudiable, y puso en riesgo la vida de un joven cuyo único “error” fue vestir los colores del club de sus amores.

Sin embargo, con gran sorpresa, el hecho no fue “publicitado” de la misma forma ni con la misma intensidad. Apenas alguna mención en uno de los informativos, y la descripción de los hechos en los sitios partidarios que le dieron difusión a la situación. En este caso no se mostraron por todos los canales de televisión las cámaras de seguridad del lugar, ni se dedicaron debates al desgraciado hecho.

Erradicar la violencia de la sociedad es un deber de todos, y para ello lo primero que hay que hacer es actuar con justeza y objetividad. Hacer de la violencia un “producto de marketing” que suma puntos de rating poco colabora con el fin de la erradicación. Si a ese “producto” lo hacemos partidario mucho menos aún.

Así como el fútbol dispone de mayor cantidad de espacio en prensa que el resto de los deportes, es entendible que siempre Peñarol sea de mayor repercusión y por dicho motivo todo se magnifica más. De todas formas, en un tema tan sensible que nos preocupa a todos, más importante que la repercusión, debería ser la violencia y los hechos que se repiten uno tras otro.

No hay ninguna duda que Peñarol tiene “simpatizantes” que generan violencia, así como también lo tienen los otros clubes. No hay dudas que se debe trabajar para terminar con la escalada violenta que nos somete. Lo que no parece justo es que se quiera asociar a la violencia solamente con Peñarol, provocando un deterioro en la imagen del club y en la salud institucional.

Gastón D.