Como es de público conocimiento, hace varios meses, nuestra amada institución presentó un proyecto para la construcción de un estadio en el Parque Roosevelt.

Dicho estadio tendría una capacidad para 40.000 espectadores, sería el único estadio en Uruguay cumpliendo especificaciones FIFA, y una excelente sede de cara al posible Mundial en Uruguay en 2030.

La construcción de un estadio requiere de una gran inversión, así como de un terreno adecuado que esté ubicado en un punto estratégico del país: el Parque Roosevelt es una excelente opción, un predio grande, rodeado de naturaleza y de fácil acceso.

El Roosevelt tiene un total de 350 hectáreas, de las cuales el estadio solo ocuparia 10.

Mirando desde un punto de vista objetivo y neutral, están perfectamente dadas las condiciones para la construcción del estadio en el predio. Al estado no le costaría un solo peso, y tendría excelente infraestructura; se beneficiaría el país, y el deporte nacional en general.

Pero lamentablemente, en este país los carboneros tenemos que luchar con un reducido grupo de personas, identificados con el rival de todas las horas, que no quieren que se construya un estadio en el Parque Roosevelt.

Se plantean excusas como «se va a contaminar el Roosevelt»«va a crecer la inseguridad» y un sinfín de mentiras e incoherencias, cuyo único objetivo es que Peñarol no logre el sueño de su estadio propio con la capacidad acorde a la hinchada que tiene Peñarol, porque Peñarol tiene su cancha en el barrio Las Acacias pero no tiene mucha capacidad para semejante hinchada.

Si nos ponemos a analizar críticamente, el Club Nacional de Football hace muchos años que pregona a su estadio como un gran logro institucional, considerando que por tener estadio propio son un club más grande, y citan frases como «nunca seré un sin cancha» (Cerro y Danubio serían grandes del fútbol mundial, puesto que ambos tienen estadio propio).

Del estadio de Nacional, solo los palcos cumplen especificaciones FIFA (recordemos que es un estadio basado en palcos), y tiene capacidad solamente para 23.500 personas.

De todas maneras, el estadio propio poco hace a la grandeza de un club: el Milán y el Inter, eternos rivales, no tienen estadio propio, ambos comparten el estadio de la ciudad de Milán, los simpatizantes de Inter lo denominan Giuseppe Meazza, y los de Milan San Siro, pero nadie duda de la grandeza de ambos clubes.

La construcción de un estadio de Peñarol, conlleva a que el tradicional rival, tenga que cambiar el verso «tengo cancha», ya que nuestro amado club pasaría de tener Las Acacias a tener un estadio para 40 mil personas con posibilidades de agrandar aún más la capacidad. Esto los obliga a tener que luchar contra la construcción de un estadio carboneroutilizando cualquier medio para lograr detener el proyecto.

Es lamentable, que un club que supuestamente está a favor del deporte nacional, quiera detener un proyecto donde no solamente el Club Atlético Peñarol saldría beneficiado, sino el estado y el deporte en general.

Este es solo un capitulo de tantos. Veremos que dictamina la Comuna Canaria, pero son solo 10 hectáreas de 350, suena descabellado decir que el Parque Roosevelt va a ser contaminado y tomado, o que los niveles de inseguridad van a aumentar (lo que creemos va a ser al revés), pero el rival es así, necesita mentir, engañar y ocultar para poder sentirse grande.