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El clásico de la fuga


9 DE OCTUBRE DE 1949, DÍA EN EL QUE NO VOLVIERON MÁS.

“… El deshonor le pesará para siempre”

La temporada de 1949, había comenzado como era de costumbre con el Campeonato Competencia y Peñarol lo había conquistado con puntaje perfecto y con la friolera de 35 goles a favor (un promedio de casi 4 por partido) y tan solo 9 en contra.

El 21 de julio de aquel año se dio inicio al Campeonato Uruguayo y Peñarol goleó 5-0 a Liverpool, luego 5-2 a Central, 3-0 a River Plate, 3-1 a Danubio, 6-1 a Defensor, 6-0 a Wanderers y 5-3 a Cerro. Aquel equipo, que luego de aquella temporada, pasaría a la historia como “La Máquina del 49”, cuya potencia goleadora arrasaba a los rivales, llegaba con los resultados mencionados a la octava fecha a enfrentarse a su tradicional rival.

La semana previa se vivió con mucha pasión y en un ambiente caldeado por la cantidad de entradas que Peñarol, locatario en aquella oportunidad, había destinado a los simpatizantes del Club Nacional. El club Decano llevaba 4 puntos de ventaja sobre Nacional, pero éste tenía un partido menos jugado.

En una tarde lluviosa y tribunas colmadas se diputó el encuentro. A las 15:30 hs en punto, dio el comienzo del partido Laña, centro delantero de Nacional. El partido arrancó con gran dominio de Peñarol, jugando casi completamente en campo adversario. A los 38 minutos de juego Varela próximo a las posiciones de ataque, elevó centro que Vidal tomó para tirar sobre el arco, donde Paz rechazó a medias. Juan Schiaffino recogió el esférico y tiró nuevamente, suscitándose otro rechazo, esta vez de Rodolfo Pini, que quedó en poder de Schiaffino. Este pudo tirar, pero con gran serenidad dio a Ghiggia en la derecha y éste con tiro alto y violento batió por completo a Paz en medio de una extraordinaria explosión de los hinchas que colmaban el Estadio Centenario. Este gol de Ghiggia quedará marcado también como el primer gol que le anotaba a Nacional.

Pocos minutos más tarde, cuando estaba terminando el primer tiempo, el juez sancionó penal para Peñarol y ante la protesta y los empujones que el jugador tricolor Tejera emprendiera ante el árbitro, este lo expulsó. El penal fue pateado por Míguez y atajado en primera instancia por el golero Paz, pero en el rebote el Patrullero Vidal convirtió el segundo gol.

Los jugadores de Nacional protestaron invasión de Vidal, un jugador tricolor le tiró barro en la cara al juez y Walter Gómez lo pateó siendo expulsado. Se reanudó el juego con el correspondiente saque del medio, jugando ahora Nacional con 9 jugadores. Y cuando avanzaba Schiaffino en poder de la pelota ordenando un nuevo avance de su línea, se escuchó el silbato del árbitro dando por finalizado el primer tiempo del partido con la victoria parcial de Peñarol. Nacional debía enfrentar el segundo tiempo perdiendo 2-0 y con nueve jugadores.

Todos los presentes en el Estadio presagiaban la goleada, cuando en el transcurso del intervalo, comenzó a correr el rumor de que Nacional no se presentaría a jugar el complemento. Salieron los jueces a la cancha, salió Peñarol a la cancha, pero el tradicional rival nunca lo hizo.



El juez hizo sonar el silbato y dio por terminado el encuentro. Peñarol emprendió la vuelta olímpica ya que con ese resultado se coronaba campeón de la Copa de Honor y como por arte de magia, paró de llover y salió el sol.



Las críticas ante la actitud antideportiva de Nacional fueron unánimes y no se hicieron esperar.

El diario El Día repudiaba lo sucedido culminando sus comentarios con la frase “Hay que saber perder y luchar hasta el fin”.

El delegado de Nacional, intentó explicar lo inexplicable, haciendo mención al desfavorable estado de ánimo de sus players y diciendo que los futbolistas en el vestuario expresaron no disfrutar de las garantías necesarias y decidieron retirarse.

Peñarol no hizo esperar su respuesta, expresando su dolor por lo sucedido y dejando en claro que, “en nuestros años de adversidad, jamás nosotros hemos salido de una cancha de fútbol en esas condiciones, rehuyendo a la lucha de nuestro caballeresco antagonista. Hemos recibido goleadas y dado hurras al club contrario al salir de la cancha”.

Nadie desconocía el verdadero motivo de la fuga por el túnel. Como dijo Ortuño:

“Con nueve, once o doce jugadores nos hubiéramos tomado la revancha del 6 a 0”

Dionisio Alejandro Vera (Davy) lo confirmó:

“Digan que Nacional se retiró, porque si no le encajaban seis”

Un editorial de El Plata explicó el concepto:

“No hubo relación proporcionada ente causa y efecto, pero aunque la hubiera, tampoco se hubiera justificado el abandono de la cancha. […] [Nacional no volvió] porque habiendo quedado con nueve hombres temió caer por un escore de guarismos sensacionales. Esta debe ser la verdad auténtica.

[…] El secreto no radica siempre en saber ganar. Es preciso tener temple y elegancia para saber perder y Nacional no supo elegir el verdadero camino.

El deshonor le pesará eternamente.”

Han pasado muchos años de aquella memorable jornada. Va nuestro reconocimiento a todos los integrantes de aquella formidable e histórica MÁQUINA DEL 49.

Peñarol formó con: Flavio Pereyra Natero, Enrique Hugo y Sixto Possamai; Juan Carlos González, Obdulio Varela y Washington Ortuño; Alcides Edgardo Ghiggia, Juan Eduardo Hohberg, Oscar Omar Míguez, Juan Alberto Schiaffino y Ernesto Vidal.





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