historias clasicas

En el marco de los festejos por los 124 años del Club Atlético Peñarol, padreydecano.com homenajea a algunos de los más grandes jugadores del Decano del fútbol uruguayo, desde los primeros partidos en el S XIX, pasando por cada década en donde el club de las once estrellas dejó elementos de clase, que ayudaron a engrandecer a la institución más laureada en Uruguay.

Aunque la lista sea extensa, sabemos que algunos grandes quedarán afuera. Y será injusto, porque los mirasoles han tenido en sus filas a la más grande variedad de futbolistas dotados de habilidad y coraje. Hombres que llenaron las vitrinas del Palacio Peñarol de trofeos de toda índole.

Jugadores destacados en 124 años de gloria

1. Obdulio Jacinto Varela. Volante central. Símbolo heróico del fútbol mundial, fue capitán y ganador. Era el líder en la cancha y fuera de ella. Respetado y admirado por rivales en Uruguay y el Mundo. Campeón de América con la Selección celeste en 1942, lideró a Uruguay en el Maracanazo en 1950. Con marca y un remate de media distancia temible. Campeón uruguayo en 1944, 45, 49, 51, 53, 54.

2. Néstor “Tito” Goncalves. Volante central. Caudillo, líder, no hay adjetivos para un centrojás a la antigua. Despliegue y marca al servicio del equipo decano. Fue mundialista con el combinado oriental. Obtuvo los títulos locales en 1958, 59, 60, 61, 62, 64, 65, 67, 68. Copa Libertadores 1960, 61, 66, Intercontinental 1961, 1966. Supercopa 1969.

3. José Piendibene. Centrodelantero. El gran maestro del fútbol vernáculo, 253 tantos con la camiseta aurinegra, 24 goles clásicos. Reinventó el fútbol criollo con sus amagues, pases milimétricos y combinaciones espectaculares. Obtuvo los dos primeros Sudamericanos con la celeste. Ganó seis campeonatos uruguayos, 1911, 18, 21, 24, 26, 28.

4. William Martínez. Zaguero central. Capitán y emblema, fuerza, gran cabezazo y espíritu luchador. Campeón del Mundo con Uruguay en 1950. Se coronó campeón uruguayo en 1958, 59, 60, 61. Copa Libertadores de América en 1960, 61. Intercontinental 1961.

5. Walter “Indio” Olivera. Zaguero central. El último capitán campeón del Mundo, recio y combativo, con la marca peñarolense en el orillo. Mundialista con la celeste y campeón del Mundialito en 1980/81. Campeón uruguayo en 1973, 74, 75, 78, 79, 81, 82. Copa Libertadores e Intercontinental en 1982.

6. Eduardo Pereira. Arquero. El último en levantar la copa. Portero de experiencia en un plantel de jóvenes valores, realizaba muchas tapadas impresionantes, y de muy buen mano a mano. Obtuvo la Copa América con el seleccionado en 1987. Campeón uruguayo en 1985, 86. Copa Libertadores en 1987.

7. Luis Maidana. Arquero. Arrojado, ágil, seguro. Aurinegro hasta la medula, ágil, de reflejos impresionantes, y ganador nato. Mundialista con el combinado oriental. Campeón uruguayo en 1958, 59, 60, 61, 62, 64, 65. Copa Libertadores en 1960, 61. Intercontinental en 1961.

8. Antonio Pacheco. Delantero. Ídolo indiscutido de la falange decana, surgido en divisiones formativas. Habilidoso, de pegada genial y mucho gol, cuarto máximo goleador de la Copa Uruguaya. Goleador del certamen local en 2008/09 y 2009/10. Campeón uruguayo en 1993, 94, 95, 96, 97, 99, 2003, 2009/10,12/13. Máximo ganador clásico en la historia del fútbol oriental con 28 triunfos. Cuarto máximo anotador de la Copa Uruguaya.

9. Ladislao Mazurkiewicz. Arquero. Simplemente el mejor de todos en su puesto. Chiquito no tenía defectos en su juego, reflejos, seguridad de manos, sacaba al pecho de los compañeros con el pie, y mejor aún con las manos Disputó tres mundiales y ganó la Copa América con el seleccionado. Fue campeón uruguayo en 1965, 67, 68, 81. Campeón de la Copa Libertadores e Intercontinental en 1966.

10. John Harley. Volante central. El dibujante escoces que enseñó a jugar en corto. Cambió la forma en que se practicaba el fútbol en Uruguay. Campeón uruguayo en 1911 y 1918.

11. Juan Pena. Puntero. Sembrador del deporte, habilidoso jugador campeón uruguayo en 1900, 01, 05. Fue de los primeros futbolistas en desequilibrar por las bandas.

12. Juan Legnazzi. Arquero. Exponente de imbatibilidad, su récord es superior al de Mazurkiewicz, y eso lo dice todo. De los mejores en la era amateur. Campeón uruguayo en 1918, 21, 24, 26. Su portería no fue vencida durante 1233 minutos, tremendo.

13. Pablo Terevinto. Centrodelantero. Apodado “El Cañón 42”, por una mortífera pieza de artillería de la gran guerra. Este Gerente de banco, era el típico 9 de área, potente y goleador. Es el quinto máximo anotador de la Copa Uruguaya con 124 tantos, obtuvo el trofeo en 1921, 24, 26, 28, 29.

14. Isabelino Gradín. Puntero o entre ala. Rápido, ágil, punzante, valiente y goleador. Además era campeón en atletismo. Campeón de América con Uruguay en 1916, 17. No le faltaba nada a uno de los primeros morenos en ser ídolo del cuadro del pueblo. Ganó el Uruguayo en 1918 y 1921.

15. Leonard Crossley. Arquero. El taquígrafo inglés fue le gran innovador del fútbol criollo en su puesto. Hasta su llegada, los porteros rechazaban la pelota, él enseñó a embolsarla y sacar con la mano. Campeón uruguayo en 1907 y 1911.

16. Aniceto Camacho. Centrodelantero. Poco se sabe de este potente goleador, pero dejó su marca en el primer clásico de la historia, convirtiendo los dos goles del triunfo 2 a 0 el 15 de julio de 1900. El tradicional adversario sintió por primera vez lo que es una costumbre de 115 años: perder con Peñarol. Camacho fue campeón uruguayo en 1900, 01, 05, 07.

17. Lorenzo Fernández. Volante central. El típico 5 batallador y sanguíneo. Además hacía goles. Odiado y temido por los rivales, amado y respetado por los adictos mirasoles. Campeón Olímpico en 1928 y del Mundo en 1930. El Gallego nunca dio una pelota por perdida. Fue campeón uruguayo en 1928, 29, 32, 35, 36.

18. Alvaro Gestido. Volante central o half derecho. Un capitán diferente, Teniente General del Ejército. “Varito”, era un caballero del deporte. Querido y respetado por el mundo futbolero, ganó con el seleccionado los Juegos Olímpicos y el Mundial de 1930. Fue campeón uruguayo en 1928, 29, 32, 35, 36, 37, 38.

19. Juan Delgado. Volante central. Alegre, inteligente y habilidoso, un 5 con manejo. Se divertía en la cancha. Fue campeón uruguayo en 1918, 21. Cuando se retiró ejerció el cargo de Utilero, tradición familiar que perdura hasta nuestros días.

20. Juan Pelegrin Anselmo. Centrodelantero o entre ala. Un virtuoso que se divertía en la cancha, de esos que nunca corría pero siempre llegaba. Campeón del Mundo en 1930. Fue un referente en Peñarol durante años, además anotó 102 goles por el Uruguayo que ganó en 1926, 28, 29, 32, 35.

21. Jorge Pacheco. Lateral derecho, e los mejores en la era amateur. Hombre de una familia encumbrada en la historia de la República, su padre el Dr. Melchor Pacheco estaba en la directiva aurinegra, también César Batlle Pacheco, hijo de Don José Batlle y Ordoñez. Fue capitán algunos partidos y campeón en 1918.

22. Julio Negrón. Zaguero. Fue de los primeros capitanes criollos en 1895, 96 y 97. Aportaba el coraje que en 124 años ha destacado a los futbolistas carboneros. De los más queridos por la parcialidad del decano.

23. William Davis. Defensa central. Uruguayo pero con pinta de inglés, destacado hombre del deporte, también practicaba atletismo. Fue enterrado Cementerio Británico con la bandera de Peñarol. Campeón Uruguayo en 1900, 01.

24. John Woosey. Puntero. Su nombre aparece en el acta fundacional del 28 de setiembre de 1891, ingeniero de profesión, propuso en una asamblea practicar fútbol en el club mirasol. Disputó el primer partido en mayo de 1892.

25. John Mac Gregor. Defensa central. Compañero de banco de William Davis en el English School. Formaría con él una recordada pareja de zagueros.

26. Thomas “Maquinita” Lewis. Volante, con apellido inglés pero nacido en Uruguay, fue jugador y dirigente por muchos años. Secretario y tesorero aurinegro.

27. Enrique Ballestero. Arquero. Campeón del Mundo en 1930 con la celeste, llegó a Peñarol con 30 años proveniente de Rampla, muchos pensaron que el meta estaba en el declive deportivo. Todo lo contrario, fue campeón uruguayo en 1935, 36 y 37. Ganador empedernido, disputó 9 clásicos y no perdió ninguno. Solo recibió 7 goles.

28. Ernesto Mascheroni. Zaguero. Capitán del primer título profesional, defensa de personalidad, buen quite y velocidad. Campeón del Mundo en 1930. Campeón Uruguayo en 1932, 36, 37, 38.

29. Braulio Castro. Puntero. Ambidiestro, veloz, juego de cintura y dominio del balón. Campeón Uruguayo en 1932, 35, 36, 37. Apodado el Pibe de Oro, fue famoso por su vida bohemia. De todas formas, quedó en la historia grande del club.

30. Severino Varela. Delantero. De los mejores en la historia del fútbol sudamericano, máximo goleador celeste en la Copa América, obtuvo el título continental en 1942. Se ganó el apodo de “La Boina Fantasma”, por el tipo de sombrero que usaba para jugar y su inesperada aparición detrás de las defensas adversarias. Fue campeón Uruguayo en 1935, 36, 37, 38.

31. Antonio Campolo. Puntero izquierdo. Jugó desde 1915 a 1931 con la camiseta de Peñarol. Campeón Uruguayo en 1918, 21, 24, 26, 28 y 29. Le decían “Giroba”, por su espigada y encorvada figura. Dribleador, certero en los pases de izquierda y de derecha, había llegado del Barrio Sur, donde aprendió a jugar entre malevos y tangueros. Campeón Olímpico y Mundial con la celeste.

32. Sixto Possamai. Zaguero central. Llegó a la Tercera en 1940, en 1944 llegó a Primera División y se consolidó como titular al cortar el sexenio albo y ganar la final clásica. Fuerte, arrojado, luchador, y con la tranquilidad de un veterano en el mano a mano. Fue campeón Uruguayo en 1944, 45.

33. Juan Carlos González. Lateral derecho. Un candado para los punteros, el coloniense hermano por línea materna de “Solito” Ortiz (campeón con el manya en 1944 y 45). Campeón del Mundo en Maracaná 1950. Tuvo una carrera notable en Peñarol, vistió la camiseta aurinegra durante 14 años, el club mirasol fue el único al que honró. Integró la máquina del 49. Campeón Uruguayo en 1949, 51 53 y 54.

34. Ernesto “Patrullero” Vidal. Puntero izquierdo. De padres españoles, nacido en Italia, criado en Argentina y campeón del mundo con Uruguay. Ciudadano del fútbol, debutó ante Liverpool con un gol. A su llegada el viejo antagonista llevaba 5 años de festejo, con el “Patrullero” Vidal la cosa cambió. En la final del Uruguayo de 1944, los aurinegros caían 0-2, pero lo dieron vuelta, el tercer gol fue de Vidal. Rápido, guapo, hábil y con anotaciones importantes, formó parte de la “Escuadrilla de la muerte”, en el 49, hizo el segundo gol en el clásico de la fuga. Fue campeón Uruguayo en 1944, 45, 49, 51, 53.

35. Óscar Chirimini. Entreala. Chiquito, habilidoso, dribleador y uno de los mejores ejecutantes de pelota quieta. Caso raro, surgido en River, los darseneros pedían 5.000 pesos por su pase, Peñarol ofrecía 4.500. El botija renunció a su porcentaje para ponerse la camiseta que tanto quería. Cuando lo quisieron transferir en 1944, se negó. “O juego en Peñarol o dejo el fútbol”. Apartado del plantel, un día estaba tomando mate en su casa, lo llamaron para que fuera al Estadio Centenario, había clásico. Lo pusieron aunque hacía más de un año que no jugaba al fútbol, resultado; Peñarol venció 4 a 2 con dos goles de Chirimini. Fumaba 4 cajas de cigarros rubios por día. Campeón Uruguayo en 1944 y 45.

36. Roque Gastón Máspoli. Arquero. Uno de los hombres que obtuvo más títulos oficiales en la historia del fútbol. Grande, seguro y con personalidad. Campeón del Mundo en Maracaná 1950, como entrenador fue campeón de la Copa Libertadores en Intercontinental en 1966, de los Uruguayos 1964, 65, 67, 86. Como DT celeste obtuvo el Mundialito en 1981. Fue campeón en Perú y Ecuador, dirigió en España. También se destacó como dirigente. Como jugador fue campeón Uruguayo en 1944, 45, 49, 51, 53, 54. Ganó 32 campeonatos oficiales.

37. Luis Prais. Lateral. Apodado el Conejo, quite colocación y buen trato de pelota. Titular desde 1944, hasta 1949 cuando pasó al Barcelona de España. Anotó el descuento en la final de 1944 que Peñarol perdía ante el rival de siempre por 0-2 y que se ganó 3-2. Fue entrenador de formativas de casi toda la generación que obtuvo la Copa Libertadores en 1987. Campeón Uruguayo en 1944, 45.

38. José María Ortiz. Puntero derecho. Apodado “Solito”, por tener un solo diente, fue el endiablado puntero del Peñarol que le cortó la racha al tradicional adversario en 1944. Jugador de Selección, era rápido y goleador. Fue campeón Uruguayo en 1944, 45.

39. Flavio Pereyra Nattero. Arquero. Moderno para la época, ágil, salidor y valiente. Tuvo una sana lucha por el buzo de cuida palos aurinegro. Fue el meta titular de la mayoría de los partidos de la máquina de 1949. Campeón Uruguayo en 1949, 51, 53, 54.

40. José Antonio Vázquez. Entreala. Surgido de las divisiones formativas, era un malabarista de la pelota, con habilidad y un pase milimétrico. Apodado “Carajito”, por su padre por su costumbre de carajear cuando no le salía una jugada. En un clásico de 1944, se sentó arriba de la pelota en gesto de revancha hacia los rivales. Campeón Uruguayo en 1944, 45.

41. Raúl Schaffino. Centrodelantero. Hermano mayor de Juan Alberto, fue un virtuoso, habilidoso y goleador. De físico diminuto, lo apodaron “El Pequeño Maestro”, comparándolo con José Piendibene. Comandó la delantera de los 5 enanitos; Ortiz, Gelpi, Schiaffino, Chirimini, Vidal. Campeón Uruguayo en 1944, 45.

42. Domingo Gelpi. Entreala. Chiquito e incansable en el ida y vuelta, se ganó el mote de La Hormiguita. De esos jugadores que el hincha quiere por su espíritu de lucha. Fue campeón Uruguayo en 1944, 45.

43. Nicolás Falero. Centrodelantero. Con manejo y gol, llegó desde central para ser el goleador del Campeonato Uruguayo de 1947, también de la Copa América de ese año. Muchos clásicos los definió con su pericia en el área adversaria. Durante años tuvo el honor de ser el futbolista con más anotaciones en un solo partido, fue ante Cerro el día que logró 6 conversiones. En 1978, Fernando Morena batió su record.

44. Óscar Omar Míguez. Centrodelantero. Un periodista una vez escribió; “Una sola palabra: un Genio”. Todo dicho, el Cotorra fue un atacante superdotado, habilidad, gol, manejo de ambas piernas, cabezazo, guapeza e inteligencia. Le encantaba hacer goles de taco o de chilena. Lo inverosímil salía de sus pies, campeón del Mundo en 1950, cuando Ghiggia su amigo y compañero en la Máquina del 49, anotó el segundo gol en el partido más importante de la historia, le dijo “¿por qué no me la pasaste?, estaba solo”, un fenómeno. Anotó 15 goles clásicos y fue dos veces máximo anotador del certamen vernáculo. Campeón Uruguayo en 1949, 51, 53, 54, 58.

45. Alcides Edgardo Ghiggia. Puntero derecho. Rapidísimo, habilidoso y con el oportunismo para los goles importantes, campeón del Mundo en 1950, hizo el gol más famoso el 16 de julio ante Brasil. Integrante de la Escuadrilla de la muerte, junto a Hohberg, Míguez, Schiaffino y Vidal. Hizo el primer gol el 9 de octubre de 1949 en el clásico de la fuga. Campeón Uruguayo en 1949, 51.

46. Juan Eduardo Hohberg. Centrodelantero o entreala. Potente, goleador, guapo, inteligente y líder dentro de la cancha. De padre alemán y nacido en Córdoba, llegó a Peñarol en 1948. Obdulio le dijo en su primer clásico, “Usted sabe lo que debe hacer”, y el Verdugo lo hizo, anotó su primer gol ante el viejo rival. Integrante de la máquina de 1949. El primero de 19 goles clásicos. Dos veces goleador del torneo local, campeón de la primera Copa Libertadores de América. Y con una excelente carrera como entrenador. Campeón Uruguayo en 1949, 51, 53, 54, 58, 59, 60.

47. Juan Alberto Schiaffino. Entreala. Uno de los mejores jugadores en la historia del fútbol. La inteligencia en su máxima expresión, pase al pie, drible corto e indescifrable, y gol. Campeón del Mundo en 1950, anotando el empate, dijo una vez “le pegué mal”, un grande. Fue ídolo en Italia con Milan y Roma. Integrante de la máquina de 1949. Fue campeón Uruguayo en 1949, 51, 53, 54.

48. Washington Ortuño. Lateral. Alto y elegante, fue campeón del Mundo en Maracaná 1950, lamentablemente su carrera se vio truncada por una fractura, pero dejó un gran recuerdo en la parcialidad peñarolense. Sobre todo como integrante de la máquina de 1949. Campeón Uruguayo en 1949 y 1951.

49. José Leandro Andrade. Lateral. Apodado la Maravilla Negra en los Juegos Olímpicos de Paris 1924. Se distinguía por su calidad en la mitad de la cancha, quite seguro y pases al pie. Obtuvo los campeonatos del Mundo en 1924, 28 y 30. De veterano jugó varios partidos en la reserva y primera de Peñarol y fue campeón Uruguayo en 1932.

50. Julio César Abbadie. Puntero, volante o centrodelantero. Si hay que elaborar una lista de los mejores jugadores en la historia del fútbol uruguayo, el Pardo estará seguro. Rápido, inteligente, valiente, goleador, pasador, dribleador y con una exquisita pegada. No le faltó nada al hombre de Pan de Azúcar, hincha de Peñarol desde niño hizo las formativas con los aurinegros y muy joven debutó en Primera. Mundialista con la celeste en 1954, fue ídolo en el Genova italiano. Anotó más de 200 goles en su carrera. Con Peñarol fue campeón de la Copa Libertadores e Intercontinental en 1966. Campeón Uruguayo en 1951, 53, 54, 61, 64, 65, 67, 68.

51. Carlos Borges. Puntero. Producto de las divisiones formativas, “El Lucho”, tenía todo, velocidad, centreaba con ambas piernas, gambeteaba al que viniera, nunca se achicaba y además hacía goles importantes, por ejemplo el primero en la historia de la Copa Libertadores en 1960, torneo que ganó. Su padre era fanático de Peñarol y lo llevó a formativas. En juveniles fue cinco veces campeón y en primera también le fue bien, se quedó con el Uruguayo en 1953, 54, 58, 59, 60. Mundialista en Suiza 1954.

52. Mirto Davoine. Zaguero. Bajo de estatura pero fuerte en la marca, fue compañero de Obdulio en la línea media de la década de 1950. Campeón Uruguayo en 1949, 51, 53, 54.

53. Luis Cubilla. Puntero. Un ganador, 36 títulos oficiales en su trayectoria como jugador y entrenador. Sanducero, formado en las juveniles aurinegras, pícaro, bandido, guapo, oportunista, de gambeta indescifrable y esquives inolvidables, nunca dio una pelota por perdida. Campeón de la Copa Libertadores en 1960 y 1961 (hizo el gol en la final), Intercontinental en 1961, obtuvo el Uruguayo en 1958, 59, 60, 61, y 81 (como DT).

54. Núber Cano. Defensa central. Según William Martínez, el mejor compañero de zaga que tuvo en su carrera. Fuerte y con técnica para la marca. Vio truncada su carrera luego de una lesión en un encuentro de esos que eran a muerte el las Libertadores de los 60. Fue campeón de América y del Mundo en 1961. Campeón Uruguayo en 1960, 61, 62, 64, 65.

55. Salvador (Milton Alves Da Silva). Zaguero. Este brasileño era un jugador técnico en una época donde los backs eran muy rústicos. Buen compañero y muy querido en el club decano. Titular en la conquista de la primera Copa Libertadores de América. Fue campeón Uruguayo en 1958, 59, 60.

56. Roberto Matosas. Volante central, zaguero, lateral, delantero. El mercedario podía jugar prácticamente que en todos los puestos de la cancha. Inteligente, dueño de una técnica depurada y caballerosidad pocas veces vista. Cuando llegó a River Plate (Bs. As.), la afición porteña se preguntaba; ¿un zaguero uruguayo que no pega patadas? Mundialista con la celeste, elegido como el mejor defensa izquierdo. Ganó las Copas Libertadores de 1960, 61, Intercontinental 1961, Supercopa de 1969. Obtuvo los Uruguayos en 1960, 61, 62, 64, 65.

57. Tabaré González. Zaguero central. Nacido en Tacuarembó, con cara de nene pero en la cancha fue una fiera. Temperamental y arrojado, fue el cambio que introdujo Roque Gastón Máspoli en la final de la Copa Libertadores de 1966. Campeón de América y del Mundo en 1966. Fue campeón Uruguayo en 1967 y 1968.

58. Omar Caetano. Lateral izquierdo. Impasable por el carril zurdo, de poca prensa y mucho rendimiento. Disputó 57 clásicos, y fue el entrenador de formativas que fichó a Tony Pacheco. Fue mundialista con el seleccionado oriental. Campeón de la Copa Libertadores e Intercontinental en 1961 y 1966, Supercopa 1969. Campeón Uruguayo 1961, 62, 64, 65, 67, 68, 73.

59. Pablo Forlán. Lateral derecho. Mercedario, llegó a Peñarol para jugar de volante central, pero hizo su carrera como marcador de punta, siendo arma de ataque con sus subidas por el andarivel diestro y mandando envíos certeros. Campeón de América con la celeste en 1967, fue mundialista en dos ocasiones. Actualmente su hijo Diego viste con orgullo la camiseta del club mirasol. Campeón de la Copa Libertadores e Intercontinental en 1966, Supercopa 1969. Obtuvo el Uruguayo en 1964, 65 , 67, 68.

60. Carlos Linazza. Entreala. Argentino de efímero pero importante paso por la institución de las once estrellas. Disputó la final de 1959, que le dio a Peñarol el pasaje a la primera Copa Libertadores de América, convirtiendo un gol de penal. Hábil, inteligente, guapo y con buena pegada. Campeón de América en 1960, Uruguayo 1959 y 1960.

61. Pedro Virgilio Rocha. Entreala. Un fenómeno, apodado el Verdugo en honor a Hohberg. Lo tuvo todo, habilidad, inteligencia, guapeza, disparo de larga distancia, ductilidad con ambas piernas, cabezazo certero, poder de goleo. Fue ídolo en Peñarol y San Pablo, jugó 4 mundiales con la celeste, ganó la Copa América en 1967 anotando el gol en la final. Su gol en la finalísima de la Libertadores de 1966, fue inmortalizado por Carlos Solé con un relato imborrable, “Esta este campeonato ganado y ganado (si ustedes me permiten la expresión, que no es académica, pero para serles más gráfico), ganado a lo macho. Goleador del Campeonato Uruguayo en 3 oportunidades, tercer máximo anotador en la historia de la Copa Libertadores, hizo 226 tantos oficiales vistiendo la casaca carbonera, 15 goles clásicos. Campeón de la Copa Libertadores en 1960, 61, 66, Intercontinental 1961, 66, Supercopa 1969, Uruguayo 1960, 61, 62, 64, 65, 67, 68.

62. Héctor Silva. Entreala o delantero. Inteligente, habilidoso y con gol. Llegó a Peñarol en una época gloriosa y con mucha competencia para un puesto en la delantera. El gran Lito se ganó un lugar e hizo historia. Campeón de la Copa Libertadores e Intercontinental en 1966. Fue mundialista con el combinado celeste. Campeón Uruguayo en 1964, 65, 67, 68.

63. Alberto Spencer. Centrodelantero. El ecuatoriano más famoso, elegido Cónsul de su país en Uruguay, ha quedado en la historia del fútbol mundial. De remate potente con ambas piernas, velocidad, potencia, oportunismo en los momentos claves de los partidos. Muchos decían que tenía un pie en la cabeza, ponía la pelota en donde quería, y saltaba más que cualquier otro futbolista. Además tenía la increíble particularidad de hacer goles en la hora. Máximo goleador en la historia de la Libertadores con 54 tantos, cuatro veces máximo artillero del certamen doméstico, llegó a la cifra de 451 goles durante su carrera. Encima se destacaba en las finales, le cometieron el penal en la final del Uruguayo de 1959 y también en 1960, anotó en las finales de la Copa Libertadores 1960, 61, 62, 66, también en las finales de la Intercontinental, 1960, 61, 66. Ganó la Libertadores en 1960, 61, 66. Intercontinental en 1961, 66, Supercopa 1969. Campeón Uruguayo en 1959, 60, 61, 62, 64, 65, 67, 68.

64. Juan Joya. Puntero. El peruano llegó en 1961 y arrasó con todo, fuerte, guapo, potente, definidor. Sus trepadas por la Tribuna Olímpica se hicieron famosas. Una vez contó que invitó a pelear a Manga el arquero tricolor en el Palacio Peñarol. Uno con la camiseta de Peñarol y otro con la de Nacional, el golero nunca contestó.

65. Luis Varela. Zaguero central. Sobrino de Obdulio Varela, llegó al Peñarol de los 60 buscando ganarse un lugar en la historia, lo logró. De gran juego aéreo y mucha fuerza, fue campeón de América y del Mundo en 1966. Campeón Uruguayo en 1964, 65, 67, 68.

66. Nelson Díaz. Defensa central. Con técnica para la marca, disciplinado en lo táctico. Hizo una gran dupla con Juan Vicente Lezcano. Fue Campeón de La Copa Libertadores e Intercontinental en 1966. Campeón Uruguayo en 1964, 65.

67. Julio César Cortés. Entreala. El Pocho fue un volante de ida y vuelta, que se destacó por su sacrificio al servicio de los combativos equipos aurinegros. Anotó un recordado gol clásico en la semifinal de la copa en 1966, que depositó a Peñarol en la final. Mundialista con Uruguay. Campeón de América y del Mundo en 1966. Campeón Uruguayo en 1958, 59, 67 y 68.

68. Juan Vicente Lezcano. Zaguero central. El paraguayo tenía toda la fuerza de los guaraníes, con un temperamento ganador y ductilidad en la zaga. Luego de perder la final de 1960 con Olimpia ante los mirasoles, fue contratado por el club mirasol. Campeón de la Caopa Libertadores e Intercontinental en 1961 y 1966. Campeón Uruguayo en 1961, 62, 64, 65, 67.

69. Elías Ricardo Figueroa. Zaguero. El mejor jugador en la historia del fútbol chileno declaró más de una vez, “En Uruguay me hice jugador de fútbol”. Elegante, con técnica depurada y un estilo diferente al acostumbrado en Uruguay. Fue campeón de la Supercopa 1969 y del Uruguayo en 1967, 1968.

70. Ermindo Onega. Entreala. Fue uno de los mejores futbolistas de Argentina. Visión de campo, habilitaciones certeras y una pegada prodigiosa. Campeón de la Supercopa en 1969. Logró el Campeonato Uruguayo en 1967 y 1968.

71. Edgardo González. Lateral. El coloniense fue un lateral con mucha técnica y criterioso en la marca. Una lesión lo alejó tempranamente de los campos de juego. Campeón de la Copa Libertadores e Intercontinental en 1961. Fue campeón Uruguayo en 1960, 61, 62, 64, 65.

72. Angel Ruben Cabrera. Centrodelantero. No muchos recuerdan al 9 mercedario, típico atacante de área, tenía un cabezazo impresionante. Las lesiones lo alejaron de las marquesinas, pero fue internacional en el Mundial de Chile 1962. Hizo goles en encuentros importantes y fue goleador del Campeonato Uruguayo en 1960. Campeón de América en 1960 y 1961, también integró el plantel de la Copa Intercontinental 1961. Campeón Uruguayo en 1960, 61, 64.

73. Júpiter Crescio. Insider o centrodelantero. Potente delantero que se destacó a finales de los 50 y principios de los 60. Hizo goles importantes, como en la final ante Cerro en 1960. Integró los planteles de las Copas Libertadores en 1960 y 61, Intercontinental del mismo año. Campeón Uruguayo en 1959, 60, 61.

74. Mario González. Volante central. Típico 5 al que el hincha siempre le confía la camiseta para partidos importantes, no se destacaba por su técnica pero si por la garra. El Bombón fue campeón Uruguayo en 1973, 74, 75, 78.

75. Lorenzo Unanue. Volante. Inteligente y trabajador en beneficio de la causa del equipo. Encargado de abastecer a Fernando Morena y Daniel Quvedo. Fue campeón Uruguayo en 1973, 74, 75, 78, 79.

76. Nelson Acosta. Volante central. Un tractor que dejaba el alma en la cancha, de esos que nunca dan un apelota por perdida. Hizo una recordada dupla con Ramón Silva. Luego tuvo una excelente carrera como entrenador en el exterior. Campeón Uruguayo en 1973, 74, 75.

77. Ramón Silva. Volante central. Compartió la media cancha con Nelson Acosta, por ahí no pasaba nadie. Incansable labor al servicio del equipo de Hugo Bagnulo. Campeón Uruguayo en 1973, 74, 75.

78. Juan Pedro Arremón. Puntero. De una habilidad espectacular jugó 20 años con la camiseta de Peñarol entre 1916 y 1936. Campeón Olímpico en 1928 y de la Copa del Mundo en 1930. Luego de la conquista en Ámsterdam en el 28 le envió un telegrama a su esposa, “Besos. Campeón. Arremón Campeón Uruguayo en 1918, 21, 24, 26, 28, 29, 32, 35, 36.

79. Fernando Morena. Centrodelantero. Uno de los ídolos más grandes en la historia del fútbol uruguayo. Amado por los peñarolenses de forma incondicional. Zurdo, hábil, con panorama cuando se tiraba atrás, eximio cabeceador, con olfato para el gol, líder dentro y fuera de la cancha. Internacional con la celeste, disputó el Mundial de 1974, ganó la Copa América en 1983 y logró 22 tantos. Máximo anotador del Campeonato Uruguayo con 230 goles, segundo máximo scorer de la Copa Libertadores de América con 37 conquistas. En su carrera anotó 668 goles, goleador de la Copa Uruguaya en 1973, 74, 75, 76, 77, 78 y 82, Liguilla 1974, 1975, 1977, 1978, 1984 Máximo artillero de la Liguilla Pre Libertadores de América. Cuarto mejor promedio de gol en el S XX. Máximo goleador en un solo Uruguayo con 36 anotaciones en 1978, en el mismo año obtuvo el récord de goleo en un solo partido, 7 tantos a Huracán Buceo. Máximo goleador clásico aurinegro con 27 conversiones, venció en 22 ocasiones al viejo antagonista. Campeón y goleador de la Copa Libertadores en 1982, también campeón del Mundo en el mismo año. Fue campeón de la Liguilla 2004 como entrenador, hoy es el Gerente de Relaciones Institucionales del Decano. Campeón Uruguayo en 1973, 74, 75, 78, 79, 81, 82.

80. Ruben Paz. Volante o enganche. El artíguense tenía una zurda mágica, capaz de driblear a cualquier rival, ponía la pelota donde quería y llegaba al gol con facilidad. Fue mundialista con la celeste, ganó la Copa de Oro 1980/81. Fue goleador del Campeonato Uruguayo en 1981, y lo ganó en 1978, 79 y 81.

81. Walter Corbo. Arquero. Arrojado y sereno, fue internacional y mundialista con la Selección celeste. Hasta el penal que Pablo Migliore le contuvo a Álvaro Recoba, había sido el último portero en contener un penal en un clásico del Campeonato Uruguayo, en el año 1972. Campeón Uruguayo en 1973, 74, 75.

82. Juan Vicente Morales. Lateral izquierdo. Un batallador que cerraba su sector haciendo imposible el desborde de los punteros rivales. Obtuvo la Copa Libertadores e Intercontinental en 1982. Campeón Uruguayo en 1978, 79, 81, 82.

83. Jorge Fossati. Arquero. Con buena colocación y don de mando alternó con éxito durante varias temporadas el arco aurinegro. Fue exitoso en las formativas mirasoles y Campeón Uruguayo en Primera División en 1996. Campeón Uruguayo en 1973, 74, 75, 78, 79.

84. Nelson Daniel Gutiérrez. Defensa central. Con solo 19 años era titular indiscutido del Peñarol de Morena y Walter Olivera, con quien hizo recordada dupla central. Fuerte, valiente, de excelente juego aéreo y buen mano a mano. Fue internacional y mundialista con la celeste. Obtuvo la Copa Libertadores e Intercontinental en 1982. Campeón Uruguayo en 1982, 93, 94, 95, 96.

85. Víctor Hugo Diogo. Lateral derecho. Comenzó su carrera como volante, pero como marcador de punta hizo historia. Fuerte, habilidoso, trepaba por el andarivel derecho y era un arma ofensiva muy importante. Mundialista y campeón de la Copa América con la Selección, hizo goles imborrables, como en la final del Sudamericano de 1983 o ante Defensor Sporting en una noche genial del hombre de Treinta y Tres. Obtuvo la Copa Libertadores e Intercontinental en 1982. Campeón Uruguayo en 1978, 79, 81, 82.

86. Jorge Cabrera. Delantero. El maragato fue un pequeño diablo con la pelota, dibujaba garabatos en la cancha que eran muy difíciles de marcar para los rivales. Autor del gol del triunfo en el clásico del 8 contra 11, fue figura en la Copa Libertadores de 1987, donde se consagró campeón. Campeón Uruguayo en 1986.

87. Miguel Bossio. Volante central. Con ubicación en el medio de la cancha y un quite oportuno, fue símbolo de sacrificio en el Peñarol del 1982. Referente para los jugadores jóvenes que luego ganaría la quinta Copa Libertadores. Campeón de la Libertadores e Intercontinental en 1982. Obtuvo el Uruguayo en, 81, 82, 85.

88. Mario Saralegui. Volante central. El despliegue físico y el sacrificio junto a Bossio en la mitad de la cancha. La lucha era su característica en cada partido, adorado por la parcialidad decana. Fue clave en la obtención de la Copa Libertadores e Intercontinental 1982 Como entrenador obtuvo el Torneo Clausura 2008. Campeón Uruguayo en 1979, 81, 82, 85.

89. Fernando Álvez. Arquero. Después de Mazurkiewicz, difícilmente se encuentre un portero mejor que Alvez. Con 18 años era titular en el pórtico de Peñarol. Técnica, buena salida, seguridad, ubicación, a este meta no le faltó nada. Además hincha y socio del club aurinegro, disputó 28 clásicos y solamente perdió uno, un fenómeno. Obtuvo más de 15 títulos con la institución decana. Campeón Uruguayo en 1978, 79, 81, 82, 85, 97.

90. Obdulio Trasante. Defensa central. Oriundo de Juan Lacaze, su primer nombre es un homenaje a el Negro Jefe, el segundo a Juan Eduardo Hohberg. De familia peñarolense, su destino era hacer historia con la camiseta amarilla y negra. Fuerza, valentía y don de mano eran sus características fundamentales. Fue campeón Sudamericano con la celeste y de la Copa Libertadores de América con Peñarol en 1987. Campeón Uruguayo en 1985, 86.

91. Diego Aguirre. Delantero. Zurdo, inteligente, de buen cabezazo y oportunismo goleador. Fue autor del gol más agónico en la historia de la Copa Libertadores de América, en el minuto 120 ante América de Cali en 1987, fue la quinta de los aurinegros. Como entrenador mirasol ganó los Campeonatos Uruguayos de 2003 y 2009/10. Campeón Uruguayo en 1986.

92. Jorge Goncalves. Zaguero. De linaje peñarolense, tenía buen juego aéreo y un temperamento impresionante, fue el típico jugador que se agrandaba en partidos importantes. Ganador clásico, ganó la final ante el viejo rival después de 26 años, estuvo en el 8 contra 11, fue arquero en el triunfo 1 a 0 de 1991, anotó en el 4 a 3 de atrás y jugó en el 3 a 2 en 1997. Obtuvo la Copa Libertadores en 1987. Campeón Uruguayo en 1986, 97.

93. José Batlle Perdomo. Volante central. El Chueco tenía marca, entrega, don de mando y un remate de media distancia que le dio muchas satisfacciones a los hinchas. Fue mundialista con la Selección y campeón del Sudamericano 1987, el mismo año obtuvo la Copa libertadores con el Decano. Hoy es el entrenador más exitoso de las formativas aurinegras. Campeón Uruguayo en 1985, 1986, 1993.

94. Jorge “Bomba” Villar. Volante de armado. El minuano fue campeón desde las formativas hasta Primera División. Dueño de maniobras que rompían cualquier defensa, se destacaba por su prodigiosa pegada tanto para habilitar a un compañero como para rematar al arco. Convirtió el gol del triunfo en la segunda final de la Copa Libertadores de América en 1987. Campeón Uruguayo en 1986.

95. Eduardo “Dito” Da Silva. Volante de armado. El artíguense fue un exquisito, encaraba, dribleaba, pasaba con calidad y lograba goles de alta factura técnica. Su partido en la semifinal de la Copa Libertadores de América en 1987 ante Independiente como visitante, es recordado por todos los parciales mirasoles. Una serie de lesiones rebeldes lo alejaron tempranamente de los campos de juego. Ganador clásico. Fue campeón de América con Uruguay y Peñarol en 1987. Campeón Uruguayo en 1985, 86.

96. Gustavo Matosas. Volante mixto. Hijo de Roberto, multicampeón en la década del 60. Gustavo tuvo un despliegue y disciplina táctica desde una temprana edad. Obtuvo la Copa América con el combinado oriental y la Libertadores con Peñarol en 1987. Campeón Uruguayo en 1986, rematando el último penal en la final ante el clásico rival.

97. Ricardo “Zurdo” Viera. Volante o puntero. De su pierna izquierda, salía todo tipo de recursos, goles importantes y jugadas electrizantes para deleite de la parcialidad mirasol. Obtuvo la Copa libertadores de América en 1987. Campeón Uruguayo en 1985, 86.

98. Pablo Javier Bengoechea. Volante de armado. El Profesor fue uno de los mejores futbolistas en la historia de Peñarol. Enganches desconcertantes, pausa en los momentos claves, pegada prodigiosa, capitán del segundo Quinquenio de oro y mentalidad ganadora. Ganó 26 clásicos e hizo 20 goles ante Nacional. Disputó más de 500 partidos con la camiseta mirasol, goleador del Uruguayo en 1997. Fue campeón de América con la celeste en 1987 y 1995, anotando los goles en las finales. Hoy es el entrenador de los planteles carboneros, donde obtuvo el Torneo Clausura 2015. Campeón Uruguayo en 1993, 94, 95, 96, 97, 99, 2003.

99. José Enrique De Los Santos. Defensa central. El Caballo dejaba todo en cada pelota, de esos zagueros rústicos y con la marca peñarolense en el orillo. Actualmente integra el cuerpo técnico de la Primera División. Figura del Quinquenio en la década de los 90. Campeón Uruguayo en 1993, 94, 95, 96, 97, 99.

100. Robert Lima. Lateral o zaguero. El Bola, fue un producto de las divisiones formativas de Peñarol. Hizo goles importantes y dio muchas vueltas olímpicas, estuvo en los cinco años del segundo Quinquenio de oro. Ganó 19 clásicos. Fue campeón Uruguayo en 1993, 94, 95, 96, 97, 99.

101. Washington Tais. Lateral derecho. El Negro era un marcador de punta moderno, con subida y llegada al gol. Anotó el tanto número 200 de Peñarol sobre Nacional por la Copa Uruguaya profesional, en las finales de 1996. Durante el Quinquenio, fue pieza clave en el equipo de Gregorio Elso Pérez. Campeón Uruguayo en 1993, 94, 95, 96, 97.

102. Nelson Artigas Olveira. Zaguero central. Fuerte, guapo, de una moral inquebrantable y experto en anular rivales encumbrados. Inamovible durante el segundo Quinquenio, el hincha se sentía identificado con él. Campeón Uruguayo en 1993, 94, 95, 96, 97, 99.

103. Carlos Alberto Aguilera. Delantero. El Pato fue un niño prodigio en el fútbol uruguayo, debutó en Primera División con solo 15 años. Fue goleador de la Copa Libertadores con Peñarol en 1989. Con habilidad y destreza en el manejo del balón, hizo muchos goles con la casaca mirasol, además tenía la rara virtud de convertir rematando a la carrera, como se decía en el campito “como viene”. Campeón de América con la celeste en 1983. Campeón Uruguayo en 1994, 95, 96, 97, 99.

104. José Herrera. Lateral o zaguero. El Pepe, subía con acierto por el costado diestro, además cabeceaba bien en las dos áreas y tenía un formidable disparo de pelota quieta. Campeón de la Copa Libertadores de América en 1987. Obtuvo la Copa Uruguaya en 1985, 86, 2003.

105. Julio César Giménez. Volante de armado. El Pibe de oro, debutó en Primera División con 15 años, fue un extraordinario futbolista, dotado de todos los atributos técnicos; caños, esquives, dribles, moñas, remate certero y panorama de toda la cancha. Fue el último jugador de Peñarol en hacer 3 goles en un clásico. Mundialista con la Selección Uruguaya. Campeón Uruguayo en 1973, 74, 75 y 78.

106. Claudio Flores. Arquero. El Popy, surgió en las divisiones formativas del club decano. Debutó en Primera con solo 19 años en un partido clásico, fue la gran figura en el triunfo carbonero. Era un cuida palos que mostraba su mejor rendimiento en los momentos complicados, con personalidad y arrojo. Campeón Uruguayo en 1995, 96, 97, 99.

107. Óscar Ferro. Arquero. El Gallego fue un portero de mucha agilidad y prestancia. Hizo las juveniles en Peñarol, integró el plantel campeón de la Copa Libertadores en 1987. Fue ganador del Sudamericano con la celeste en 1995. Campeón Uruguayo en 1986, 93, 94, 95, 2003.

108. Gustavo Fernández. Arquero. Ágil, seguro y con una personalidad de hierro. Llegó en 1982 luego de una difícil lesión de Fernando Alvez, fue clave en la obtención de la Copa Libertadores e Intercontinental en 1982. Campeón Uruguayo en 1982.

109. Néstor Gabriel Cédres. Volante de armado o delantero. El Gaby, fue un jugador de personalidad, temperamento, habilidad, cabezazo maestro, y derechazo fulminante. Anotó el gol 1000 en la historia de los clásicos. Fue campeón Uruguayo en 1993, 99, 2003.

110. Marcelo Otero. Delantero. El Marujo fue un potente atacante, con desborde potente, buen shot y cabezazo certero. Alcanzó la gloria con la Selección celeste en el Sudamericano de 1995. Campeón Uruguayo en 1993, 94, 95.

111. José Sasía. Delantero o volante. El Pepe fue un fenómeno, guapo, le encantaba jugar de visitante en las ásperas canchas de América durante la década del 60. Mundialista con la celeste obtuvo el Sudamericano Extra en 1959. Anotó goles en las finales de la Copa Libertadores e Intercontinental en 1961, donde obtuvo ambos títulos. Campeón Uruguayo en 1961, 62, 64, 65.

112. Ernesto Ledesma. Volante. El Cholo fue un batallador, experto en marca personal, con inteligencia para el pase y ubicación en la cancha. Campeón de la Copa Libertadores en 1960, 61, Intercontinental 1961. Campeón Uruguayo en 1960, 61.

113. Darío Rodríguez. Lateral o zaguero. Fue un duro marcador de punta con personalidad dentro y fuera de la cancha. Buen juego aéreo, quite en el mano a mano y salida con prolijidad, autor de goles importantes. Defendió a la celeste en el Mundial del año 2002. Campeón Uruguayo en 1999, 2009/10 y 20012/13.

114. Lorenzo Mazzuco. Volante. De esos 9 que le gusta al hincha, fuerte, metedor, de gran salto y fuerte remate. Nacido en Uruguay pero con un grito de guerra en inglés, “¡Come on, fellows! De fuerte personalidad se dice que cuando Peñarol caía derrotado lloraba como un niño. Campeón Uruguayo en 1900, 1901, 1905, 07.

115. Luis Matozzo (Feitizo). Delantero. De los brasileños que más se destacaron en Peñarol. De mucha técnica y cabeza fría le gustaba jugar, haciendo el clásico mondonguillo, el bostezo o la repugnancia. Términos en desuso en estos tiempos. Campeón Uruguayo en 1932, 35.

116. Nicolás Rotundo. Volante mixto. El Humilde Rotundo, personificó el sacrificio dentro de la cancha. Hincha desde niño del club decano, comenzaba todas las temporadas como suplente, pero terminaba saliendo en la foto del campeón. Obtuvo la Copa Uruguaya en 1994, 95, 96, 97, 99, 2003.

117. Gonzalo De Los Santos. Volante central. Presencia y personalidad en la mitad de la cancha, ganador nato, surgido en la cantera mirasol, fue mundialista con la Selección Uruguaya en 2002. Campeón Uruguayo en 1995. 96, 97, 2009/10.

118. Óscar Aguirregaray. Zaguero central. El Vasco era fuerte, de gran cabezazo y un exelente ejemplo para los jóvenes. Jugó al fútbol profesional hasta los 41 años. Ganó la Copa América con Uruguay en 1995. Campeón Uruguayo en 1994, 95, 96, 97, 99.

119. Matías Aguirregaray. Lateral derecho. Fuerte, de un físico privilegiado, rápido, con mucha subida y llegada al arco rival. Anotó el gol decisivo en la final clásica de 2010. Actualmente en el club que lo formó. Campeón Uruguayo en 2009/10, 2012/13.

120. Antonio Alzamendi. Delantero. El Hormiga tuvo un paso fugaz pero inolvidable con la camiseta de Peñarol. Fue mundialista y campeón de América con la Selección celeste. Rápido, habilidoso y con mucho gol. Fue campeón y goleador del Campeonato Uruguayo en 1985.

121. José Pedro Young. Centrodelantero. El tigre, tenía un cañón en la pierna derecha, era fuerte, oportuno y guapo. Tenía el arco entre ceja y ceja. Tuvo el récord de goleo en la Copa Uruguaya con 33 anotaciones en el certamen de 1933, hasta que Morena se lo batió en 1975. Le quitó el invicto al meta tricolor Eduardo García en 1933, fue el gol de la colgada, producto de que el remate de Young quedó incrustado en el arco albo. Mantiene el récord de haber anotado durante 15 partidos consecutivos por la Copa Uruguaya, que ganó en 1932, 35, 36.

122. Santos Iriarte. Puntero. Rápido, gambeteador, centros certeros y gol. Campeón del Mundo en 1930 con la Selección oriental. Fue campeón Uruguayo en 1932.

123. Roberto Chery. Arquero. Arrojado, ágil y seguro, el meta falleció con solo 23 años mientras defendía al combinado celeste en el Sudamericano de Rio de Janeiro en 1919. En su homenaje Brasil y Argentina disputaron una partido amistoso en donde los norteños utilizaron la camiseta de Peñarol y los porteños la de Uruguay. Disputó 9 clásicos y solo perdió uno. Fue campeón Uruguayo en 1918

124. Víctor Rodríguez Andrade. Lateral. Tecnica para la marca y la salida, fuerza cuando era necesario e inteligencia para la entrega de la pelota. Sobrino de Leandro Andrade, fue campeón del Mundo en Maracaná 1950. Obtuvo la Copa Uruguaya en 1951, 53, 54.

Otros nombres destacados (algunos no fueron jugadores): Arthur Davenport, Edmundo Acevedo, James Buchanan, Juan López, Ernesto Vargas, José Luis Chilavert, Marcelo Zalayeta, Fabián Estoyanoff, Horacio Tellechea, Juan Romay, Paolo Montero, Roberto Scarone, José Benincasa, Alejandro González, Luis Romero, Alberto Hein, José Roberto “Gata” García, Sergio Blanco, Ruben Romeo, Corbo, Agustín Prado, Ruben Cocinello, Martín Rodríguez, Marcelo Rotti, Sebastián Sosa, Guillermo Rodríguez, Serafín García, Walter Aguerre, Lorenzo Mazzuco, Anselmo Faustino Fabre, Thomas y William Davies, Eugenio Mañana, Fred Jackson, Ceferino y Juan Camacho, Francisco Carbone, Pedro Zibechi, Luis Carbone, Adhemar Canavessi, Guillermo Manito, Agustín Manito, Felipe Canavessi, Luis Quaglia, Ángel Romano, Jorge Pacheco, Armando Artigas, Pedro Rimolo, Pascual Routta, Walter Taibo, José Pedro Arremón, Antonio Sacco, Alberto Nogués, Miguel Capuccini, Luis Mata, Galileo Chanes, Erbo Zunino, Homero Fernández, Alberto Taboada, Adelaido Camiatí, Segundo Villadonica, Pedro Lago, Julio Barrios, Miguel Ángel Lauri, Feliciano Freire, Sebastián Guzmán, Alberto Supicci, Hugo Bagnulo, Óscar Tabárez, Gregorio Elso Pérez, Luis Garisto y Gideón Silva.

Escrito por Wilson Méndez