La dirigencia y el área deportiva de Peñarol arman el plantel principal para la temporada 2021, tarea difícil para una institución con problemas económicos de todo tipo. La realidad mostrará que hay pocas posibilidades para elegir y no se puede fallar.

Elegir entre incorporar futbolistas de afuera o ascender jugadores de las formativas es muy difícil. Por un lado, los foráneos tienen más trayectoria, experiencia internacional, roce de Primera División, y esas son ventajas. Por otro lado, las desventajas son los altos salarios, las lesiones, que les quede grande la camiseta de Peñarol, y que no hay retorno por una transferencia.

Los juveniles cuentan con mayor adhesión a la causa aurinegra, salud deportiva, hambre de gloria, posibilidades de transferencia y ganas de superarse. Carecen de la experiencia que solo dan los partidos, pueden ser irregulares y cuando se acomodan en el equipo llegan ofertas y son transferidos rápidamente.

Peñarol necesita incorporar, no se puede jugar con 11 futbolistas de las formativas. Eso es seguro, la pregunta es, ¿a quién incorporar? ¿Cómo se mide quién está apto y quién no para ser contratado o ascendido? ¿Por qué estamos tan pendientes de juveniles de otros clubes como Matías Arezo (gran futuro), y no le damos tanta trascendencia a Agustín “Canario” Álvarez?

Ir a buscar a Gastón Ramírez sería indiscutible, nadie preferiría no contratarlo para darle espacio al pibe Alejo Cruz. Pero si en lugar de Cruz se va a contratar a un futbolista con poca trayectoria o una carrera por equipos poco consagrados, o un jugador que en los últimos años tuvo más lesiones que goles. Ese es el error, ahí debe apoyarse a Cruz, el nuestro.

Parece sencillo pero no siempre se da. La nueva dirigencia por años dijo (mientras era oposición) que hay que contratar menos y de calidad. Que hay que darle espacio a los “nuestros”. Es hora de cumplir.

Por dar un ejemplo, Sebastián Ribas es un centrodelantero que está muy cerca de ficharse. Tuvo una buena carrera, no está en el cenit de la misma, es un profesional 100% comprobado y las condiciones económicas son ventajosas para el club. Pero, ¿cuál será su rol? ¿Viene para ser titular? ¿Cómo es su salud física? ¿Sus características son similares a las de Ariel Nahuelpan? Son preguntas para responder de parte de la dirigencia.

¿Qué pasa con Nicolas García? Del centrodelantero juvenil se dicen muchas cosas que no son verdad. “Está fuera de forma, quedó mal de la operación, es díscolo en su comportamiento”, todo mentira. Anota goles en cada entrenamiento ante el equipo de Primera División, ayer hizo uno. ¿Es el nuevo Fernando Morena? No. ¿Vale la pena que sea suplente en este equipo? Sí.

Es solo un ejemplo, sino es García, está Oscar Cruz. Y hay ejemplos en todas las posiciones. El zaguero Matías González, los volantes Rodrigo Saravia o Bruno Barbato (se formó en River Plate y es pretendido por Progreso).

En conclusión, la directiva debe incorporar futbolistas probados, con experiencia y salud. Para que sean titulares en Peñarol, para darle herramientas al entrenador de turno. Pero no debe incorporar muchos suplentes; eso fue lo que se criticaba de sus predecesores. Ante la duda, que algunos suplentes sean ascendidos de formativas, rara vez fallaron.