Peñarol coronó su título número 52 a nivel local tras derrotar a Nacional en la final del Campeonato Uruguayo tras empatar 1-1 en los 90, y ganarlo en el alargue como más nos gusta, de atrás, “ A lo Peñarol”. Luego de 20 años el Decano volvió a ganar de manera consecutiva el campeonato doméstico y hoy es el Bicampeón del Fútbol Charrúa.

El partido comenzó como la mayoría de los encuentros de estas características, entreverado e impreciso; claro, la cancha esta vez ayudaba a ello.

No pasó demasiado en cuanto a emociones, pero sí hubo tiempo para la de todos los partidos, la atajada de Kevin Dawson a Matías Zunino.

El complemento pareció en el inicio, un calco de lo que fue el clásico del Torneo Clausura, el tradicional rival pegó primero de manera tempranera por intermedio de Zunino (en offside, cabe destacar…) y esto obligaba al equipo de Diego López a salir a buscar el partido dejando espacios que podían generar contras de los albos. Ingresó Maxi Rodríguez por Giovanni Gonzalez y Fabian Estoyanoff por Agustín Canobbio quien tuvo el empate pero el palo se lo negó.

Minutos más tarde, a los 72 precisamente, el “Lolo”, de pelota quieta centra para el cabezazo de Carlos Rodríguez que da en los dos verticales y en el rebote Fabricio Formiliano la empuja para emparejar el pleito y pagar con la misma moneda ya que en primera instancia, Rodríguez al igual que Zunino estaba en posición adelantada.

De ahí en más, si bien no hubo muchas oportunidades de gol, Peñarol parecía estar mejor parado y más entero físicamente. Gargano, “Cebolla”, Maxi y Estoyanoff se adueñaron de la pelota y alejaron el peligro del arco de Dawson.

El alargue comenzó de la mejor manera, tras centro de Lucas Hernández, es derribado Gabriel Fernández en el área y Fedorczuk señala penal para que a los 6 minutos, Cristian Rodríguez, el de los goles clásicos, lo dé vuelta y delire el Pueblo Carbonero.

En lo que restaba del suplementario Nacional tuvo una de Bergessio que pasó cerca y no mucho más, el aurinegro desperdició los contraataques que tuvo pero nada cambió, otra vez de atrás, otra vez en un una final clásica, otra vez A LO PEÑAROL.

¡SALÚ BICAMPEONES!