Peñarol consiguió la habilitación correspondiente, y tres años después de su inauguración, ofició de local en el Campeón del Siglo frente a Nacional, por el Torneo Apertura 2019. Se esperaba que, cuando se disputara la revancha en el Clausura, los tricolores fijaran el Parque Central para la disputa del clásico. Ésto nunca ocurrió.

El 29 de enero, el presidente de Nacional, José Decurnex, declaraba en la Sport 890: «El Parque Central está habilitado para campeonatos internacionales, por lo que perfectamente se puede fijar un clásico. Me encantaría jugar un clásico en casa». El 10 de abril, al hacerse pública la idea firme de Peñarol de fijar su estadio para la disputa del encuentro clásico, el mandatario tricolor aseguró que “de jugarse el clásico en el estadio de Peñarol, el clásico del Clausura se va a jugar en el Gran Parque Central. Que se quede tranquilo el hincha”. 

Como todos recordamos, el 12 de mayo el aurinegro recibió a su tradicional rival en el Campeón del Siglo, no sin antes tener que cumplir con varias trabas pactadas entre el Ministerio del Interior y la directiva alba. Finalmente, abonando un operativo de seguridad de altísimo costo, y el transporte desde el Parque Roosevelt hasta la puerta de la tribuna visitante para los 2000 hinchas tricolores, el encuentro se disputó con total normalidad y terminó empatado 1 a 1.

Finalizado el Torneo Apertura, el fixture del Intermedio marcaba que Nacional sería el local frente a Peñarol en la última jornada del Grupo A. De mutuo acuerdo se decidió fijar el Estadio Centenario. No obstante, al parecer el acuerdo no incluía los precios de las entradas, ya que las generales para los hinchas aurinegros costaron $900, y para los locales solamente $350. Recordemos que los parciales albos abonaron $600 en el recinto mirasol, con el transporte hasta la cancha incluido; mismo importe pagado por los hinchas carboneros en la Tribuna Cataldi (pero llegando por sus propios medios al partido).

Dos días después del clásico del Intermedio, el 3 de setiembre, Decurnex ponía la marcha atrás: “Va a ser muy difícil jugar el Clásico del Clausura en el Gran Parque Central. Seguramente, en breve vamos a anunciar que retomaremos las obras. Podrían durar de 10 a 12 meses”.

Finalmente, y como era de esperar, menos de un mes antes del clásico del Torneo Clausura, Nacional anunció la reanudación de las obras en su cancha. “Si mañana anunciamos que se reanudan las obras, es lógico que no podamos jugar el clásico en el Gran Parque Central, espetaba el directivo tricolor, Alejandro Balbi, el 28 de octubre en el programa «Último al Arco».

No sonaba descabellado. Era coherente que, si se iban a realizar obras en el Parque Central, no se disputara el clásico allí. Lo extraño fue cuando se anunció la realización del Banderazo BBVA, impulsado por la propia comisión directiva tricolor, en la previa al enfrentamiento del Torneo Clausura. «Se trata de que los hinchas se junten en las tribunas Atilio García y Abdón Porte el día previo al partido frente a Peñarol para alentar a los futbolistas que realizan un entrenamiento suave», describía El Observador el 15 de noviembre.

En las imágenes que llegaban del banderazo, se observaba a los simpatizantes tricolores en las tribunas antes detalladas, sin que ninguna obra impida el normal desarrollo del evento.

Hoy, casi un mes después del clásico, sigue sin observarse ningún tipo de movimiento en los alrededores del Parque Central. Si uno pasa por allí, puede apreciar el mismo silencio de siempre, sin ninguna maquina o grúa funcionando, u obreros trabajando.

«¿Y dónde están las rubias?» es una película protagonizada por los hermanos Shawn y Marlon Wayans, que interpretan a dos agentes del FBI que deben disfrazarse de dos chicas de la alta sociedad para investigar una serie de crímenes. En este caso podemos encontrar un montón de excusas disfrazadas, mientras el verdadero motivo espera latente en algún lugar, a la espera de que alguien se anime a mencionarlo. Lo cierto es que, desde su re-inauguración en 2005, el Parque Central no ha recibido nunca a Peñarol.

Y hoy, yo me pregunto: ¿Y dónde están las obras?