El 31 de julio de 2019 Mathías Corujo finalizó el contrato que lo vinculaba al conjunto carbonero, en su segundo ciclo en la institución. El jugador se presentó en las oficinas de la AUF con un reclamo de deuda.

El “Chiche” de recordado pasaje en la Copa Libertadores 2011, comenzó su segunda etapa en el conjunto carbonero a mediados de 2017. Desde ese entonces disputó 27 encuentros.

Bajo la dirección técnica de Leo Ramos, comenzó en la posición de volante derecho, como titular, pero luego fue relegado a recambio como lateral o volante de contención. Frente a Atlético Tucumán por Copa Libertadores sufrió una rotura de ligamentos que lo alejó poco más de un año de las canchas con el primer equipo aurinegro, en una lesión que en principio se estimaba lo mantuviera fuera 8 meses aproximadamente.

Una lesión complicada, que en su momento acortó la rotación del plantel y sin duda provocó un bajón de nivel para quien supo ser un jugador habitual en la Selección Uruguaya durante las Eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018.

Diego López prescindió futbolisticamente de Mathías Corujo, en uno de los puestos más poblados en el plantel, lo cual lo llevó a la dirigencia a no renovar uno de los contratos más elevados dentro del club.

Lo extraño del caso es no solo que el jugador realizó toda la recuperación en el club para casi no jugar luego de ya recuperado, sino que fue incluido en las últimas dos listas de convocados a las pretemporadas realizadas en Miami, tanto en enero, como a fines de junio, cuando podría haberse optado por jugadores que pudieran utilizarse durante el semestre.

Luego de su partida Corujo reclamó a Peñarol una deuda de US$ 730.000, presentándose en las oficinas de la AUF. Según se indica la deuda viene desde la administración anterior y el jugador se negó a refinanciar la misma.