Peñarol derrotó y goleó a Wanderers por 3-0, el pasado sábado en el Campeón del Siglo y nos dejó varios momentos y conexiones interesantes (de cara al encuentro por Sudamericana) para analizar; de esto último vamos a hablar.

La agrupación que formaron Lucas Hernández y Rodrigo Rojo por el sector izquierdo, fue el punto más alto del plantel en el encuentro. Aplicados para la marca y en ofensiva fueron el carril más peligroso del aurinegro. Eso hizo que Rojo, sin haber hecho un gol o una asistencia, haya entrado al menos en el Top 3 del partido. Los goles los hicieron Fabián Estoyanoff y Gabriel Fernández, pero la mayoría de los elogios fueron para el ’22’ del carbonero.

No vamos a descubrir a Rodrigo en esta nota, ni vamos a decir nada que no se haya visto. Llegó como el quinto fichaje del período de enero (ya habían llegado Agustín Canobbio, Fidel Martínez, Giovanni González y Luis Maldonado), al igual que muchos, sin revuelo. Vino para cubrir el lateral por la expulsión de Lucas a nivel internacional.

Sin embargo el zurdo se ganó un lugar en el once de Diego López y el sábado firmó una actuación de categoría; le salió todo bien. O casi todo bien. Después de ver el compacto, hubiese gustado que luego de dejar al arquero rival por el camino hiciera ese gol. Pero como dijo Alcides Ghiggia: «dejala ahí, que ahí esta bien».

Por su parte, Lucas debería tener un premio a la constancia. El lateral es el jugador con el rendimiento más parejo del plantel, y no solo de este año. Tuvo algunos altibajos, pocos. Tuvo partidos en los que quizá no se haya destacado, pero cuando está ‘enchufado’ es el mejor en su puesto dentro del Fútbol Uruguayo sin dudas.

Gran acierto del ‘Memo’ en colocarlos juntos, de Rojo se sabía cuando llegó que era un lateral que tenía mucho ‘ida y vuelta’ y un gran estado físico. Hernández es muy fructífero en ofensiva, tiene una técnica individual que muy pocos poseen (y escasamente en defensores) y una pegada buenísima.

En la primera mitad estuvieron en la gran mayoría de las jugadas en ataques del equipo. El sector izquierdo junto con Cristian Rodríguez (quien jugó ‘suelto’ por la cancha) fueron una amenaza para la defensa contraria.

Uno de los aspectos a destacar es la automatización de ambos para cubrir sus puestos. Tanto en el Saroldi frente a River como en la fecha pasada, los dos cambiaban de posiciones acorde a las circunstancias del partido. Durante estos dos encuentros hemos visto a Lucas quedarse de volante luego de alguna subida y a Rojo sumarse a la línea de 4 para ocupar el lateral.

El segundo tiempo tuvo a Wanderers teniendo un poco más la pelota y llegando varias veces al arco aurinegro, lo que hizo exigir a Rodrigo y a Hernández en defensa. No solo lo hicieron bien presionando juntos, sino que también salían rápido de contraataque y una de ellas casi termina en gol de Lucas Viatri.

Una nueva sociedad que se formó en el Saroldi y que se afianzó en el Campeón del Siglo. Algo muy positivo para el equipo de López y más sabiendo que a la vuetla de la esquina está el partido frente a Atlético Paranaense.