Lo de Walter Gargano ya supera cualquier calificativo. Dejó de ser conmovedor y subió un escalón más. El Mota es el alma y eje del equipo.

Además de quitar y limpiar las jugadas, hace los balances y los relevos. Está en todos los sectores de la cancha.

Anoche coronó su estadística invicta en ascenso, de 19 partidos jugados, 18 ganados y 1 empatado, con un enorme gol. Trasladó y trasladó y la puso contra el palo.

El Mota está en un gran momento. Llegó para cumplir su sueño de ser campeón con Peñarol: ya tiene un Clausura, un Uruguayo, una Supercopa y va por más.

También sueña con jugar el Mundial de Rusia. Es del proceso de Selección, se equivocó y lo remedió.