No podríamos ser llamados padres del futbol uruguayo si no tuviéramos supremacía total en títulos. Por supuesto, ostentamos la mencionada distinción. En nuestro país, la máxima competición es el Campeonato Uruguayo, rubro que dominamos ampliamente, tanto en el historial de campeones como en la historia de las finales clásicas.

Pero además, se presenta otra curiosidad: los campeones invictos. A lo largo de la historia, tan solo tres instituciones se llevaron la copa sin perder un solo partido. Estas son: Peñarol, Nacional y Wanderers. En más de 100 años de actividad deportiva, se registran tan solo 22 campeones invictos; más de la mitad de las veces, el campeón fue Peñarol. El Decano obtuvo la coronación sin caer derrotado en 12 oportunidades, escoltado por Nacional con 8 y en último lugar, por Wanderers, quien llegó al título sin derrotas en dos ocasiones.

Sin embargo, no solo los números reflejan esta superioridad. Hay otros hechos que merecen ser mencionados. Por eso, te traemos un repaso de todos los títulos en carácter de invicto.

1900, el primer campeón de la historia

El Uruguayo de 1900 fue la primera edición en la historia del torneo. Único titulo del Siglo XIX y jugado a dos ruedas entre los clubes fundadores de la Liga: Peñarol, Albion, Uruguay Athletic y Deutscher.

El 10 de junio de aquel lejano 1900 se jugaría el primer partido oficial, entre Peñarol y Albion, que finalmente se saldó con una victoria 2-1 en favor del carbonero.

En una campaña récord, Peñarol ganó todos los partidos que jugó (6), acumulando 36 goles a favor y tan solo 2 en contra. Un promedio de gol increíble: 6 por partido.

Peñarol se quedaba con el primer Uruguayo de la historia, invicto, ganando todos los partidos y con un promedio de gol irrepetible.

1901, Bicampeonato amarillo y negro

Para la temporada de 1901, la Liga tenía un nuevo miembro: Nacional. La historia clásica daba sus primeros pasos a nivel oficial después de aquel primer enfrentamiento el 15 de julio de 1900.

El comienzo no pudo ser mejor para el Decano, que se quedó con el primer clásico por Campeonato Uruguayo, jugado el 12 de mayo en su field de Villa Peñarol; fue victoria 3-1.

El encuentro clásico de la segunda rueda era el decisivo. Jugado el 28 de julio en el viejo Parque Central, aurinegros y tricolores empataron 1-1 y Peñarol se quedó con la copa, ese mismo día y en esa misma cancha.

Peñarol jugó 8 partidos, de los que ganó 7 y empató uno, con el que se coronó campeón. Fue el primer bicampeón de nuestro futbol, y en 14 partidos jugados por Copa Uruguaya aún no conocía la derrota, habiendo empatado una sola vez.

No sería el último festejo en La Blanqueada, pero sí uno de los mejores.

1905, campeonato perfecto

El de 1905 fue la quinta edición del tradicional campeonato uruguayo (en 1904 no se jugó). En un hecho sin precedentes y jamás igualado, Peñarol se quedó con el Uruguayo por tercera vez en su historia, ganando todos los partidos y sin recibir ni un solo gol. Increíble.

Para esta edición se inscribieron Peñarol, Nacional, Wanderers, Albion y Teutonia, aunque finalmente el Albion abandonó el torneo.

El clásico de la primera rueda fue victoria por 1-0 en el Parque Central. El de la segunda rueda también se jugó en el escenario de 8 de Octubre por cuestiones de capacidad, y fue nuevamente victoria mirasol por el mismo resultado. Al igual que en el Campeonato de 1901, Peñarol definió el campeonato en el encuentro clásico, por lo que nuevamente se coronó en el Parque Central.

1907, Tetracampeón invicto

El Uruguayo de 1907 fue el cuarto título de Peñarol en su historia (en 7 jugados). Pero deja entrever una curiosidad: todos fueron en carácter de invicto.

La edición de 1907 contó con la participación de seis equipos: Peñarol, Nacional, Wanderers, Intrépido, River Plate y Montevideo.

En una campaña formidable, Peñarol ganó 7 partidos y empató los 3 restantes. No conoció la derrota y se coronó con 17 puntos, cuatro más que Wanderers. Se ganó el clásico de la primera rueda (2-1) y se empató el de la segunda, en el Parque Central.

Además, se ganó la Copa Competencia (vs Wanderers, 3-1) y la Copa de Honor (vs Wanderers, 3-2), ambas en el Parque Central.

Como se puede ver, la segunda potencia de nuestro futbol en ese entonces no era Nacional, si no el Montevideo Wanderers, uno de los clubes más antiguos de nuestro país y tetracampeón uruguayo.

1926, el retorno del Rey

Solucionado el cisma del futbol uruguayo, se pactaron los clásicos a jugarse en el Parque Central. Al ser partidos de 1925, la gente del CNdeF no puede alegar fundaciones o inventar excusas. Les toca aceptar que perdieron de forma humillante en su casa contra Peñarol al volver a enfrentarse después de tres años. No existieron «los olímpicos» ni ninguna jugada marketinera, tampoco decir que veníamos de «una liga inferior». Fuimos al Parque y les ganamos.

Pero la realidad se tenía que ver en el Campeonato Uruguayo de 1926, organizado por el Consejo Provisorio de la AUF. Y el retorno del Rey a la Asociación no podía ser de otra manera: campeón uruguayo invicto.

Tras disputarse la Serie A, por el título, entre 10 equipos de Primera División, el aurinegro se quedaría con este campeonato irrepetible ganando 13 partidos y empatando 5. La diferencia con Nacional (que terminó cuarto) fue de 7 puntos y se registra una particularidad en los clásicos.

El choque de la primera rueda se saldó con un triunfo mirasol, 1-0 en Pocitos. En la segunda rueda, en un hecho muy común por aquellos años, el partido fue anulado por la Asociación (ya había ocurrido en materia clásica en 1912), por lo que debería jugarse de nuevo, en el Parque Central, el día 26 de diciembre.

En un acto bochornoso y lamentable, el Club Nacional de Football decidió aplicar su viejo método de abandonar la contienda frente a Peñarol, táctica que data de más de 100 años, por lo que el Decano ganó los puntos automáticamente. Este sería el cuarto abandono de Nacional en clásicos frente a Peñarol (después de los dos de 1906 y el de 1918), a los que posteriormente se sumarian el de 1949 en el recordado Clásico de la Fuga y el de 1971, el día del Abandono por la Copa Montevideo. Por lo visto, el tirar la toalla contra Peñarol es bastante común en filas parquenses.

1949, La Máquina

Hablar del Peñarol de 1949 es muy sencillo y muy difícil a la vez. Sencillo porque se trata de un equipo que ganó todo lo que jugó, en campeonatos y clásicos. Y difícil porque no tenemos nada para decir que no se haya dicho anteriormente. Se trata, simplemente, del mejor equipo uruguayo de la Primera mitad del Siglo XX, base del Maracanazo de 1950 y símbolo eterno de superioridad. A todo esto, se le suma la recordada huida por el túnel el 9 de octubre de 1949.

La Máquina se quedó con todo lo que jugó, y todo sin perder un solo partido: Competencia, Honor y Uruguayo. Por tratarse de una temporada singular, vale el recuerdo de los tres torneos.

El Torneo Competencia se obtuvo después de jugar 10 partidos y ganarlos todos, incluido el clásico, 3-1 y de atrás. El Torneo de Honor (suma de los puntos del Competencia y la primera rueda del Uruguayo) será recordado por la Fuga, pero también por la abrumadora diferencia entre el manya y sus rivales.

En la primera rueda se jugaron 9 partidos, de los que se ganaron 8 y se empató el restante (vs Rampla, 2-2).

El Uruguayo se ganó cómodo, con 34 puntos (6 más que Nacional, el subcampeón), y en la segunda rueda se consiguieron 8 victorias y un nuevo empate, esta vez frente a Wanderers (1-1). El clásico de la ronda final fue nuevamente victoria, 4-3, y de nuevo, de atrás. A lo Peñarol.

La historia guarda un lugar privilegiado para este temible equipo de Peñarol, levanta copas, ganador clásico y provocador de fugas.

1954, años de copas 

El bicampeonato 1953 – 1954 es de los mejores en la historia de Peñarol. No solo por los títulos (a los Uruguayos se le sumarían otros torneos de Primera) sino también por los clásicos. Pero el de 1954 tuvo un adicional: se ganó invicto.

El año comenzó con festejos al ganar la Copa Montevideo (un tradicional torneo amistoso internacional) ganando todos los partidos jugados, y el torneo «Campeones Sudamericanos Juveniles», un campeonato oficial que contó con la participación internacional del Deportivo La Coruña.

El Uruguayo se ganó con varias fechas de anticipación y con una ventaja de 8 puntos frente a Danubio, que terminó segundo. En su camino al título, el Decano ganó 14 partidos y empató 4. Una campaña realmente admirable. Además, por el Uruguayo de 1953, el Decano aplastó a su tradicional rival por 5-0.

1964, a seguir festejando

Los año 60 fueron de Peñarol, de principio a fin. Sin embargo, después del Quinquenio, las dos Libertadores y la Intercontinental, nos tomamos un año de descanso. Es que vivir entre copas como en esos años, es un exceso.

Hecho el descanso, volvimos a la carga con el Uruguayo de 1964, que ganamos en carácter de invicto, y al que después se le agregaría también el de 1965.

En una actuación que roza la perfección, Peñarol ganó 16 partidos de 18 jugados y terminó primero, a 12 puntos del segundo (Rampla Juniors) y 13 del tercero (Nacional). Con la mejor delantera (42 goles) y la valla menos vencida (apenas 11 goles recibidos), el Decano aplastó a sus rivales y se reencontraba con el titulo de campeón uruguayo. ¿Los clásicos? Ganamos los dos, 2-1 y 2-0.

1967, el de las Tres Vueltas

Esta no es una temporada más. Durante 1967, obtuvimos tres títulos oficiales ante Nacional en un plazo de cuatro meses: Cuadrangular, Torneo de Honor y Campeonato Uruguayo; y de yapa, ganamos la Copa Héctor Scarone en honor al ídolo tricolor.

Después del bicampeonato 1964 – 1965, y las Copas Libertadores e Intercontinental de 1966, el manya volvía a la carga para llevarse el título de campeón uruguayo. Y lo hizo.

Con 33 puntos (6 más que Nacional, el subcampeón) fruto de 15 victorias y 3 empates, el Decano se quedó con el Uruguayo de 1967 al vencer 2-0 a Nacional por la segunda rueda del Uruguayo, el 3 de diciembre de 1967. El choque por la primera rueda fue un empate sin goles con el que Peñarol estiraba el invicto clásico por Campeonato Uruguayo, iniciado en 1960 y que se extendería hasta 1969.

1968, el año del récord

Peñarol se coronó bicampeón uruguayo invicto en los años 1967 y 1968, hecho inédito en el Profesionalismo hasta ese momento e inigualado hasta hoy.

El de 1968 fue el décimo título invicto que logró el Decano, cuando sumados los otros equipos que ostentaban dicha distinción por aquel entonces, apenas llegaban a ocho (6 Nacional y 2 Wanderers).

Además, en el clásico de la segunda rueda (1-0) el aurinegro no solo se consagró campeón ante Nacional, sino que además alcanzaba los 50 partidos invicto por Uruguayo y quebraba un récord de… Nacional (49 partidos). Finalmente la marca llegaría a 56 encuentros…

Festejo por partida doble para el pueblo peñarolense.

1975: Aplastante

En 1975 fuimos tricampeones uruguayos, pero con un gusto especial: volvimos a obtener el título sin conocer la derrota. Después de conseguir los campeonatos de 1973 (ante Nacional) y 1974 (de nuevo contra Nacional), llegó el tricampeonato de 1975 y se acentuaba la hegemonía aurinegra iniciada con el arribo de Fernando Morena.

Con 9 puntos de ventaja sobre el subcampeón, el aurinegro se alzaría con el titulo con 38 unidades ganadas a lo largo del torneo, fruto de 16 partidos ganados y 6 empatados.

Se jugaron dos clásicos por Campeonato Uruguayo, que arrojaron como resultado un triunfo aurinegro (2-1 en el partido de la primera rueda, clásico numero 100 en la historia de la Copa Uruguaya Profesional) y un empate a un gol en la segunda rueda.

Además, Fernando Morena batió el récord de goles en una misma edición del certamen, llegando a conquistar 34 anotaciones, cifra que él mismo superaría unos años después.

1978, el último

El último Campeonato Uruguayo obtenido por Peñarol de forma invicta, y el ultimo anual ganado en la historia (Nacional ganaría en 2005 un Uruguayo especial de un semestre).

Con un Fernando Morena insaciable que conquistaría 36 goles en 22 partidos, el mirasol llegaría a las 39 unidades (17 triunfos y 5 empates), tres más que el tradicional rival, y alcanzaría un nuevo título invicto; el ultimo hasta nuestros días.

Peñarol fue una máquina. Convirtió 70 goles, veinte más que Nacional, y recibió apenas 22, arrojando un saldo positivo de 48 dianas. Lógicamente, en gran parte el éxito de aquel equipo encuentra su justificación en el goleador de toda la historia. Solo Morena, convirtió más de la mitad de los goles del Decano. Pero para hacer aun más espectaculares los números, basta decir que el artillero aurinegro anotó más goles que 10 de los 11 equipos rivales, solamente superado por Nacional (50) y visto de cerca por Fenix, que terminó tercero y festejó 34 conquistas. Aquella temporada, el goleador logró batir otro récord al anotar 7 goles el 16 de julio en el triunfo ante Huracán Buceo.

Este título sería el primero del bicampeonato 1978-79, con los cuales el Decano logró un dominio espectacular, ganando 5 de los 7 campeonatos disputados entre 1973 y 1979.

Foto: Ovación.

Como se puede apreciar muy fácilmente, Peñarol es el primer campeón uruguayo invicto, el ultimo en conseguirlo en formato anual y el que más veces alcanzó dicha distinción. Además, el Decano ostenta el récord de partidos invicto por la máxima competencia: 56 partidos sin conocer la derrota, entre 1966 y 1969.

Otra estadística que pinta de cuerpo entero la paternidad de Peñarol sobre los demás clubes de este país. Tal vez por esto, está bien que nos digan Padre y Decano del futbol uruguayo.