El título de la columna explica el momento deportivo de Peñarol por doble partida. Fuera del campo de juego, el director técnico y los dirigentes han tomado algunas decisiones al menos cuestionables, y dentro de la cancha a los delanteros les cuesta una enormidad hacer un gol.

Sí, es cierto que hablar de mala situación es un poco drástico, tomando en cuenta que aún no se ha reanudado el fútbol de manera oficial luego del parate. Pero tampoco se puede dejar de lado que el club, además de arrastrar la pérdida de un campeonato importantísimo, ya padecía estas mismas falencias al comenzar el año, y con él, la temporada  que ya está en disputa.

Nos remontamos a diciembre de 2019. Peñarol perdió el tricampeonato y no le renovó el contrato a Diego López. ¿Dentro del plantel cuál era el debe mayor? La escasez de gol, las constantes lesiones y la falta de compromiso de los referentes. Para esta nota, me voy a enfocar únicamente en el primer ítem, aunque queda en evidencia que los tres puntos mencionados se mantienen.

¿Qué hizo Peñarol al respecto? En primer lugar, dejó ir a Lucas Viatri. Para mí, acertadamente. El delantero argentino estaba teniendo problemas físicos, y su salario era altísimo, tomando en cuenta los graves problemas económicos que atraviesa Peñarol. Cumplió con creces en su paso por el club, pero realmente ya no daba ese salto de calidad necesario.

Por otra parte, se mantuvo a Xisco Jiménez. Su costo mensual, aunque no alcanzaba el nivel de Viatri, también es alto. Su llegada al club fue de apuro y a mitad de campeonato, luego de un período de pases nefasto donde no se consideró que, si se vendían piezas claves del equipo, precisábamos un sustituto a la altura. Así se fue Brian Rodríguez y tiempo después llegó John Misael Riascos; y unas semanas posteriores a la venta de Darwin Núñez, llegó el ariete español.

Su arribo pudo concretarse porque el jugador estaba libre. Convirtió algún gol durante el transcurso del torneo, pero en la recta final se apagó, se lesionó y no gravitó para nada. ¿Realmente había demostrado lo suficiente para que Peñarol pusiera sus fichas en él como 9 titular, para afrontar una nueva temporada? Yo creo que no. Primer error.

Como recambio, llegó Matías Britos, centrodelantero del Correcaminos del ascenso mexicano, a pedido de Diego Forlán. En el último semestre previo a su llegada, dicho club había finalizado en el último puesto del Apertura 2019, con sólo 2 partidos ganados de 13 disputados. Su salario está lejos de ser accesible para la institución, y, además, vino lesionado, por lo que oficialmente solo disputó un puñado de minutos hasta el momento. Segundo error.

En marzo, en medio de la temporada, y al notar quizás estos errores, se contrató a Nicolás Franco, un argentino de nulo currículum, que como era de esperarse, no ha sido tomado en cuenta. Tercer error.

Hoy, tanto Britos como Xisco, fueron titulares frente a Montevideo City Torque, encuentro que finalizó en derrota aurinegra por 0-1. Si tomamos en cuenta las formaciones que ha utilizado Forlán, es una fuerte posibilidad que los dos conformen la delantera clásica titular del domingo 9 de agosto.

Los resultados de Peñarol a lo largo del año, marcan un patrón:

  • 1 – 0 vs Seattle Sounders (Urretaviscaya, de tiro libre)
  • 0 – 2 vs Los Ángeles FC
  • 0 – 0 vs Belgrano
  • 0 – 0 vs Deportivo Maldonado
  • 2 – 1 vs Cerro (Xisco y Trindade)
  • 0 – 1 vs Athletico Paranaense
  • 1 – 2 vs Defensor (Abascal)
  • 1 – 1 vs Danubio (Rodríguez, de penal)
  • 1 – 0 vs Jorge Wilstermann (gol en contra)
  • 1 – 1 vs Juventud (Terans, de penal)
  • 0 – 0 vs Cerro
  • 0 – 0 vs Cerro Largo
  • 0 – 0 vs Danubio
  • 1 – 0 vs Liverpool (Abascal)
  • 0 – 1 vs Montevideo City Torque

La falta de gol enciende las alarmas, y todo se engloba en Rodrigo Abascal como máximo artillero del año.

Y llegamos al cuarto error: ¿por qué Peñarol votó a favor de un período de pases especial, si no pensaba contratar a ningún jugador? Uno puede aceptar que el club no esté en condiciones de abonar un nuevo sueldo, y es quizás hasta elogiable que se tome en cuenta esa situación. Lo que no se logra entender es por qué se votó positivamente por esta nueva ventana de transferencias, si no se la iba a utilizar.

Dejando de lado otras incorporaciones de verano que me resultan inexplicables a título personal (Herrera, Olivera, Vadócz, Acosta), y la ausencia de otros jugadores cuando más se los precisaba, una vez más (pasaron 8 meses de la lesión de Walter Gargano, sumada a la ya más que hablada situación de Cristian Rodríguez); Peñarol afrontará el clásico con serios problemas de goleo.

Es  un deseo de todos que el equipo encuentre su mejor rendimiento ante Nacional, y pueda mantenerlo a lo largo del campeonato; y que todos las definiciones mal ejecutadas en este tiempo, encuentren destino de red en el partido más importante del torneo local. Por el momento, las esperanzas parecen estar depositadas en un cabezazo aislado de Abascal.