Día 4: ¡Por fin llegó el día del partido! La ansiedad ya nos estaba matando. Salimos de Montañita rumbo a Guayaquil a eso de las 16 horas. Se percibía un ambiente feo, todo el circo que armó el entrenador de Emelec sobre la contaminación a sus jugadores (no fueron contaminados) en Montevideo hizo efecto en la gente, sumado a que es una ciudad violenta y peligrosa en sí.  A medida que nos aproximábamos a la zona del estadio George Capwell, se percibía el mal ambiente. El bus que contratamos fue obligado a agarrar por un camino que sabíamos que no era el indicado para llegar a nuestra tribuna. Nos hicieron pasar por la tribuna popular de Emelec, la cual tenía más de 300 de hinchas afuera que al ver el bondi nos atacaron con piedras y nos rompieron varios vidrios. Fue un ataque a pedradas muy cobarde (había mujeres y niños en el bondi) y lo peor es que fue organizado en conjunto con la policía. Intentaron atacarnos y terminaron perjudicando a un trabajador, ya que rompieron vidrios de un bondi contratado en Ecuador, o sea que terminaron perjudicando a su misma gente.

Luego del ataque a pedradas no nos llevaron a la cancha, nos detuvieron un rato. El tiempo pasaba y queríamos entrar a la cancha como sea, no nos importaba que la policía nos venda de nuevo. Finalmente llegamos al Estadio en medio de ese clima de guerra e ingresamos.

La ubicación en el George Capwell era increíble ya que compartíamos tribuna con la hinchada rival y arriba también teníamos ecuatorianos. Tiraron proyectiles durante todo el partido, líquidos, basura, etcétera; pero cuando cayó el primer gol fue peor y ahí nos ubicaron abajo del techo. Lamentable la ineficiencia de la policía. Los dirigentes van a tener que tener recaudos en los viajes al exterior porque cada vez vamos a viajar más. A Iquique fueron más de 150 personas y ahora a Guayaquil alrededor de 50. El número de viajantes crece y crece a pesar de la distancia.

Cuando terminó el partido tuvimos que esperar más o menos hora y media para salir del estadio. Nos apagaron las luces. La salida del estadio fue muy tranquila. Antes de volver a Montañita pasamos por el hotel de los jugadores para dejar a los 2 hinchas que vinieron en ómnibus y tuvieron la mala suerte de que les robaron todo el dinero que habían traído. Los únicos dirigentes que salieron fueron Barrera y Viñas; y estaba llegando del control anti doping Marcel Novick. Nos volvimos a Montañita con la tristeza de la derrota pero la tranquilidad que en la tribuna se dejó todo. El partido de nuestro Peñarol fue muy pobre.