Arrancamos bien temprano la mañana alquilando unas bicicletas en la esquina de nuestro hostel donde pegamos buena onda con los dueños. Esto permitió que nos prestaran una sombrilla y una heladerita de playa que nos vino al pelo para dejar bien helada las birras que nos esperaron luego de la travesía.

Las chivas costaron 2500 pesos chilenos la hora. Salimos rumbo al hotel de los jugadores, el Radisson, donde estaban desde las 2 de la mañana. Pusimos media hora sin parar partiendo desde plaza Cavancha, pasando por Playa Honda y sufriendo un repecho muy empinado entre una montaña de arena de 350 metros y una autopista de 5 carriles.

Sudando bastante llegamos al hotel donde enseguida vimos en la puerta al Polilla, lo saludamos como corresponde y sin mediar palabra pedimos un poco de agua a una empleada del hotel quien muy amablemente nos dio unos vasos, acompañados de unas ciruelas. Dejamos la bicis en la puerta y el Dr. Pagano nos saludó a cada uno de nosotros con mucha altura y respeto, agradeciéndonos por estar a 3400 km de nuestra país.

En la terraza estaban Darío Rodríguez, Alejandro González, Marcelo Zalayeta y el Vasquito Aguirregaray. Pasamos a saludarlos, sacarnos unas fotos y darles el aliento. Nos fuimos rápido para que no se pase la hora de alquiler del  birrodado, aprovechamos la bajada de una de las autopistas y llegamos al hostel donde sin descanso emprendimos la ida a ZOFRI (Zona Franca de Iquique) en 4 taxis. Nos encontramos con el antro de bagallos más grande de Sudamérica.

Al mediodía comimos en la plaza de comidas un pancho llamado «caprichoso», pero tengo que aclarar que el día anterior comimos bife «a lo pobre»‘; grandes nombres de la cultura culinaria chilena. Caminando y mirando vidrieras vimos precios muy bajos pero muchas de la cosas no se pueden sacar del país sin el típico impuesto que tiene una zona franca. Nos cruzamos con los jugadores, algunos se sacaron fotos y saludaron.

Compramos artículos para confeccionar nuestros trapos como belcros, tijeras, hilos y agujas. Hay que aclarar que acá rige la ley «Estadio Seguro» que prohíbe el ingreso de banderas, bombos y cualquier tipo de color que adorna las tribunas del fútbol sudamericano y que es parte de folklore de la Copa. Algo absurdo e inentendible que sufre el fútbol chileno hace 1 año y medio y que supimos vivir cuando jugamos contra la U. de Chile

De tarde fuimos a la playa donde hicimos un fútbol y nos refrescamos con un terrible chapuzón en el Océano Pacifico. El agua es parecida a la de un glaciar y apenas uno entra es abrazado por el frío. ¿Será que nuestro pecho está siempre caliente y no estamos acostumbrados a estas bajas temperaturas?

Algunos fueron en bici hasta el Estadio Tierra de Campeones para conocer bien la zona por donde nos vamos a mover. Ahora vamos a jugar un fútbol y luego vamos a seguir tomando cerveza bien fría en este febrero caluroso de Copa Libertadores.

Salute.