Peñarol disputará por novena vez la Copa Sudamericana, luego de que Rentistas venciera a Liverpool en la semifinal. ¿Qué dejó el Campeonato Uruguayo 2020? En breves palabras: tres técnicos, un cúmulo de errores y un sinfín de dudas e incertidumbres.

Rentistas (campeón del Torneo Apertura) venció por la vía de los penales a Liverpool (campeón del Torneo Clausura), adjudicándose el puesto de Uruguay 2 y delegando al conjunto de Peñarol a la Copa Sudamericana.

Tal vez, una de las peores campañas a nivel deportivo de los últimos años. Por el Torneo Apertura, el Carbonero culminó en la cuarta posición con 24 unidades (sobre 45 puntos) por detrás de Rentistas (28 puntos), Nacional (28 puntos) y Montevideo City Torque (25 puntos). Una primera rueda que marcó el fin de la era Diego Forlán y el inicio, hasta fin de año, de Mario Saralegui.

Si hablamos de números, Forlán culminó con 15/33 puntos (45 %), producto de 4 victorias, 3 empates y 4 derrotas. La igualdad frente a Rentistas (luego de ir 2-0 ganando) en el Estadio Campeón del Siglo, junto con la derrota a mano de Wanderers por la novena fecha, fueron los últimos factores que determinaron el cese del último diez de la Selección Uruguaya. Un Peñarol opaco que transmitía poco o, mejor dicho, nada. A eso se le sumó una notoria falta de rebeldía.

Saralegui agarró el mando de un Peñarol complicado, debutando frente a Liverpool en el CDS. Fue victoria por 3 a 2 luego de comenzar en desventaja mediante el gol de Figueredo. La Copa Libertadores estaba en la vuelta de la esquina y Peñarol debía de conseguir alguna unidad en el exterior. Con ese objetivo, Mario Saralegui alternó el equipo frente a Montevideo City Torque igualando en 0 resignando una posible victoria que le permitiera escalar en ambas tablas. Las derrotas frente a Colo Colo y Jorge Wilstermann le dieron un cachetazo a la realidad Mirasol. Un equipo que reflejaba falta de actitud y jerarquía en los partidos importantes. Si bien se cosecharon las 9 unidades de local, una vez más, Peñarol quedaba afuera de la Copa Libertadores. Al quedar en la tercera ubicación, el Aurinegro entró directo a la Copa Sudamericana.

El rival en el camino de Peñarol sería Vélez Sarsfield. Recordamos que, los equipos argentinos no tenían acción de forma oficial debido a la pandemia y venían de un largo parate. Tras igualar 0 a 0 en Argentina, Peñarol tenía una gran oportunidad de clasificar a una nueva fase. Hecho que no ocurrió y terminó igualando en 1 frente al Fortín en el CDS con dos penales luego de haber cumplidos los 90´. A pesar de la temprana eliminación, Saralegui culminó su contrato hasta el fin del Torneo Intermedio, en el cual terminó en la tercera posición con 12 puntos por detrás del tradicional rival y del Darsenero. En teoría de números, Mario Saralegui obtuvo 32/57 puntos (56 %), destacándose la victoria clásica por 3 a 2 en el CDS.

Un nuevo año y una nueva ilusión asomaba entre tanta penumbra. Entremedio de ello, elecciones en la institución, donde Ignacio Ruglio asumía la presidencia del Club. Días posteriores, y conjunto al área deportiva, Mauricio Larriera era presentado como nuevo director técnico de Peñarol.

Hasta el momento, disputó 15 partidos oficiales (Torneo Clausura), con 8 victorias, 5 empates y 2 derrotas (ambas en el recinto Auriengro). Un rendimiento irregular a lo largo del campeonato, dejando 16 unidades. El 50% de esos puntos fueron de local, en el Campeón del Siglo.

¿Depender de resultados ajenos? Otra vez…

Ya sin la posibilidad de conseguir el Torneo Clausura, Peñarol se veía forjado a que el Negriazúl, venciera al Bicho Colorado en la semifinal del Campeonato Uruguayo para entrar a la tan ansiada Copa Libertadores. Nuevamente, depender de resultados ajenos es algo que a Peñarol no le favorece en absoluto. Ya es historia sabida que Rentistas jugará por primera vez la Copa Libertadores, mientras que el Decano será uno de los cuatro combinados uruguayos que disputará la Copa Sudamericana.

Golpe duro para asimilar la realidad

Barajar y volver a repartir. Asimilar que económica y deportivamente estamos en desventaja con varios equipos de Sudamérica. Aún más con equipos de Brasil y Argentina que triplican sueldos y condiciones deportivas. Aún queda en el recuerdo la Copa Libertadores del 2011. Un oasis entre tanta arena. El martes es una nueva casilla de partida que, si bien es menor a la “Copa Madre”, no debemos subestimarla. Una nueva ilusión para un nuevo título internacional, y por qué no, el punto de partida hacia lo que alguna vez fuimos.