La hora de encuentro fue las 10 de la mañana del día 29/07, con previa de hamburguesas a la parrilla. El bus apareció a las 12 en Complejo América y más o menos a las 14:30 hs rumbeamos hacia Fray Bentos.

La ida fue muy tranquila, puro Fernet con Coca y solamente paramos en una estación para comprar más bebidas. Llegamos a Fray Bentos, hicimos algunas compras en el free shop y nos enteramos que un amigo no podía pasar por problemas de documentación; de ahí rumbeamos hacia Paraná donde pasamos por el túnel subfluvial y llegamos a Santa Fé. Pasamos por el estadio de Unión. Como sabíamos que el viaje era largo, no nos matamos en lo que respecta al alcohol y entonces nos pusimos a dormir.

Tipo 8:00 de la mañana llegamos a una estación en alguna localidad argentina, que no sé cuál era, y nos encontramos con el otro bus en el que más de la mitad son amigos. Pasamos un rato ameno con ellos y luego ellos continuaron viaje y nosotros, como hacía poco rato habíamos llegado, nos quedamos un poco más. En eso se nos acerca una persona que vendía DVDs. Creo que nos tenía bronca porque nos dijo que nos iba a pasar de todo en el viaje. Nosotros nos reímos, ¡pero de ahí en más nos pasó de todo!

Llegamos a la localidad de «7 de Abril» en Santiago del Estero para almorzar y nos retrasamos 4 horas aproximadamente. En Salta paramos 2 horas para cenar, tomar alguna bebida refrescante y seguimos hacia Jujuy en donde paramos para comprar más bebidas. Ahí nos topamos con dos cuadras llenas de carpas con personas dentro. Era un piquete de los empleados municipales que estaban en desacuerdo con una decisión del gobierno de Jujuy por un tema de fraude en unas elecciones internas. En la esquina había un lugar tipo pub y decidimos quedarnos un rato para disfrutar de buena música. Al rato seguimos rumbo al Paso de Jama para llegar en tiempo y forma (ya era martes).

El miércoles empezamos a subir la cordillera hacia 4200 metros de altura. Llegamos tipo 8 de la mañana y nos dijeron que el Paso estaba cerrado. Ese día era el cruce de Chile hacia Argentina porque la ruta estaba congelada y era muy peligroso. Además nos advirtieron que si el jueves el tiempo estaba feo, tampoco nos dejarían pasar. En ese momento se nos vino el alma a los pies porque no podíamos volver para atrás ni para tomar carrera. Empezamos a hacer llamados a todo el mundo: consul, canciller, etcétera y la solución que nos dieron los gendarmes era pasar el día y la noche en una Ypf a 200 metros de la aduana argentina y que el día jueves teníamos prioridad para pasar primeros en los trámites de migración. Así fue, invadimos la Ypf todo el día y toda la noche. Los gendarmes nos mandaron una ambulancia hasta la estación para controlarle la presión a todos los del bus. Un compañero en la noche tuvo principio de hipotermia pero se mejoró al rato y a las 6 de la mañana ya estábamos la mayoría despiertos -los pocos que pudimos dormir, imaginate todos durmiendo en el piso-.

A las 8 de la mañana avanzamos 200 metros hasta la Aduana y ya a esa hora había camiones, autos y buses delante de nosotros. Como es costumbre, que ni la cola para entrar hacemos en el estadio, nos colamos a todos los vehículos y quedamos primeros en la fila. Un día espectacular había. Terminamos los trámites migratorios y en ese momento llega el otro bus que se había quedado en Tucumán por problemas mecánicos. Empezó la odisea de subir hasta los 5100 metros de altura y ya estando del lado chileno tuve mi primera experiencia con la nieve. Paramos un momento para sacarnos algunas pocas fotos con la nieve porque de verdad estábamos a contrarreloj. El bajar la cordillera nos llevó un buen rato. Íbamos a 20 kilómetros pisando el freno. En un momento de la bajada se recalentó el motor del bus, por lo que tuvimos que parar unos minutos. En ese momento la desesperación por llegar al estadio se veía en la cara de todos los que viajábamos.

Después de aproximadamente 4 horas bajando la Cordillera llegamos a la Aduana chilena que está en San Pedro de Atacama, donde comienza el desierto. Luego de los trámites pertinentes y la requisa al bus, el chofer nos dice que tenía que cargar gasoil. Ya estábamos como locos porque además en ese pueblo hay una sola estación de servicio y está en la otra punta de donde estábamos. Las maniobras que tuvieron que hacer para doblar las esquinas eran de 3 o 4 minutos. Era muy grande el bus para lo que eran las calles.

Ya cargado el gasoil nos fuimos de ese pueblo y nos encontramos que la ruta que nos llevaba directo a Antofagasta estaba cerrada. Tuvimos que ir por una ruta alternativa y subir otra montaña de 2500 metros de altura. Otra vez problemas con el motor, otra vez paramos. La ruta nos desviaba por lo menos 100 kilómetros y a todo eso el chofer se perdió para enganchar la intersección. Todos mirábamos la hora y especulábamos si llegábamos al comienzo o no. El chofer se puso las pilas y empezó a ir a una velocidad de 120 kilómetros pasando a autos, camiones, etcétera. En ese momentos pensábamos que llegábamos bien. Pasamos por otro pueblo que queda a 60 kilómetros del destino y habían dos carabineros que nos cortaban el paso pero el chofer hizo caso omiso y siguió la marcha. Prácticamente ya habíamos pasado el pueblo cuando una patrulla nos intercepta y nos hace regresar al comienzo de esa localidad para requisar el bus. Ahí nos dimos cuenta que no llegábamos al comienzo. Después de tenernos un rato ahí los policías decidieron custodiarnos hasta la ciudad pero lo hicieron por gusto. Nos llevaron a 70 kilómetros y sin abrirnos el paso con los demás vehículos.

En ese entonces prendimos la radio y el primer tiempo lo íbamos escuchando desde el bus. Parecía que estábamos ahí, cantábamos como si estuviéramos presente… llegamos a la ciudad y faltaban 20 minutos para que terminara el primer tiempo ¿y la policía qué hizo? nos paseó por toda la ciudad.

¡A nosotros no nos importaba recorrer, queríamos llegar a ver al más grande! Y así fue, llegamos en el entretiempo…

Gonchi LPDLT