Pablo Javier Bengoechea, uno de los máximos ídolos de Peñarol, recibió a Padre y Decano en su casa para recordar la época del segundo Quinquenio de Oro, pero no rehuyó a responder sobre la actualidad del club, su visión del área deportiva, sus conversaciones con Ignacio Ruglio, la relación como entrenador con Juan Pedro Damiani, su apoyo al grupo de Mario Colla y José Da Silva, y su deseo de ver a Gabriel Cedrés y Antonio Pacheco trabajando en el club.

Aniversario del Quinquenio: “Es una fecha muy importante en lo personal y que me trae muchos recuerdos por lo que vivimos con muchísimos compañeros que pasaron en esa época y cuerpos técnicos integrados por Gregorio Pérez y Jorge Fossati. Vivimos muchas cosas juntos y gracias al esfuerzo de todos, se pudo lograr algo muy importante para la historia de nuestro club que fue ganar un Quinquenio”.

El sueño del Quinquenio: “Nunca imaginé eso, yo soñaba con jugar con la camiseta de Peñarol, quería sentir lo que sentía Morena, que es mi ídolo de la niñez y de grande también es mi ídolo. Después que lo conocí, cerró el círculo. No solo como futbolista sino también como persona. Me llena de orgullo tenerlo como ídolo. Los resultados deportivos se van dando, todo inició ahí en el año 1993, él trajo a algunos referentes de Peñarol, que iniciaron la pretemporada, como el Pollo Vidal, Mario Saralegui, el Chueco Perdomo. Vinieron algunos chicos del medio local y yo tuve la suerte de llegar ahí con ellos. Esa misma temporada llegó el Tano Gutiérrez, una gloria de la institución, y llegó el Pato Aguilera. Esos jugadores fueron un ejemplo de lo que era la institución y se formó un grupo muy lindo. Empezamos a ganar año tras año y se logró en 1997 con muchos más futbolistas, algunos jóvenes y otros con más experiencia que llegaron a colaborar con la institución”.

Vivir en Los Aromos: “Yo creo que a todo futbolista le pasa por la cabeza las consecuencias que tiene ganar y perder. En ese 1997, el primer semestre a nivel de resultados no fue bueno y más o menos después de la cuarta o quinta fecha del Clausura Gregorio tomó la decisión, lo habló con todos nosotros, ir y hacer el último esfuerzo. Prácticamente nos mudamos a Los Aromos, ahí pasamos entre 70 y 80 días donde solo se hablaba y respiraba el Clausura. Era hacer el máximo esfuerzo cada uno para intentar lograr ese objetivo, estábamos a tres o cuatro meses de lograr ganar cinco años seguidos e íbamos a tener que esperar cuatro años y medio para intentar estar en el mismo lugar. Entonces, nos fuimos a Los Aromos convencidos de dar el máximo esfuerzo, y creo que fue un gran acierto de Gregorio, como muchos aciertos que tuvo en esa época; estábamos muy bien dirigidos. Más allá de las capacidades y virtudes de Gregorio como entrenador, estaba la persona. Respaldó a mucha gente joven que aparecía. Fue una experiencia única que nos tocó vivir y que la gente nos lo hace saber permanentemente, nos recuerda siempre la época del Quinquenio”.

Todos contra Peñarol: “No es que quieran que vos pierdas pero te quieren ganar, no hay ninguna duda. Creo que pasa siempre, cuando jugás contra el campeón de la temporada anterior, si lográs ganarle tenes una mayor repercusión”.

Peñarol unido: “Hubo un tema del Círculo de Periodistas Deportivos y el presidente de la institución, Cr. José Pedro Damiani. El Círculo tomó la medida de no entrevistar más al presidente de Peñarol y nosotros creímos conveniente que mientras durara esa sanción, nosotros tampoco debíamos hablar públicamente. Respaldábamos al presidente de nuestro club, si tal medio no quería contar con el presidente, ¿por qué iba a contar con nosotros? Siempre tuvimos esa idea de defendernos, al presidente, al utilero o a cualquier funcionario. Teníamos mucha gente de carácter y de personalidad. Ahí él tuvo esa idea de hacer ‘Peñarol Verdad’ en la radio, José Carlos Domínguez se comunicaba con nuestra hinchada y el presidente salía al aire 15 minutos todos los días y Pasculli, que era el gerente deportivo y periodista de profesión, era el que nos hacía llegar lo que decía el hincha y nos entrevistaba. Lo importante que era la hinchada partido a partido. Fue una comunión, se juntaron muchas cosas que hicieron muy fuerte al grupo”.

Los mensajes de la hinchada: “Escuchábamos todo en la radio y muchas veces el tiempo del programa no daba para pasar todos los mensajes. Pasculli los llevaba a Los Aromos para que los escucháramos, era un apoyo total que sentíamos de todos los hinchas de Peñarol, fue una fuerza muy grande. La cantidad de mensajes era cada vez más grande. Salíamos a la cancha conscientes de las cosas importante que nos jugábamos”.

Clásicos imposibles: “Para darle valor a los cuatro años anteriores, debíamos ganar el Quinquenio. Había que defender la posibilidad como lo que era: la última. Lo más difícil fue llegar a la definición y depender de nosotros. Fue un grupo mentalizado para vender carísimo la derrota”.

De Lima de los milagros: “Carlitos se inspiró en esa última jugada contra Cerro y metió un golazo (se refiere al 4-3 en la hora), un partido rarísimo que se nos complicó. Como le gusta a la gente de Peñarol, pero para el que está jugando es mucho más lindo ganarlo antes. Era un delantero increíble, pocas veces era titular pero lo veíamos en Los Aromos cómo entrenaba y definía. Cuando Gregorio lo ponía, sabíamos que todo lo que tocaba era gol. Estaba el dicho de la ‘Mucama’, entraba y hacía el cuarto”.

Actualidad del club: “A mí me parece que Los Aromos está muy bien. El problema de Peñarol es a nivel directriz. No hay duda de que se ha dividido mucho el club, hay muchos grupos. Desde la lucha electoral Damiani-Cataldi que no pasaba esto de hoy. Luego de fallecido el Cr. Damiani, hay una sensación de vacante que no se pudo llenar. En Peñarol no se logra pensar en Peñarol, hay intereses personales, por los egos, y me parece que perjudica a Peñarol”.

Nacimiento de esta propuesta para el club “Este año trabajé en Alianza Lima hasta marzo y no me sentí cómodo. Creí que mi voz no se escuchaba, por eso di el paso al costado. Vine a Uruguay y empezó todo el tema de la pandemia, muchas horas hablando con ex compañeros, con futbolistas de Peñarol. Por abril hablé con el Chumbo (José De Silva), ya que hablamos de Peñarol todo el tiempo; es empresario, conoce a muchos empresarios de Peñarol y se habló de juntar gente nueva, fresca y que se presentara a las elecciones. Tuvimos muchas reuniones donde se me preguntaba qué pensaba del fútbol de Peñarol. No de la política, porque si bien tengo un conocimiento, no tengo ganas de opinar de eso. Sí de fútbol, de lo que debe ser Peñarol, de lo que yo pienso que debe ser Peñarol. Ellos buscaron un candidato a la presidencia. Yo les pedí que fuera una persona que tuviese el 70% de su tiempo para dedicarle a Peñarol. Peñarol precisa gente que le dedique tiempo. El Chumbo encontró a Mario Colla, han formado una lista, se van a presentar y dentro de esa lista me preguntaron si yo los apoyaba en las decisiones futbolísticas. Yo les dije que sí, si ganan yo voy a ser el Director Deportivo. Me comprometí a que si ellos ganan, quedarme los tres años en Uruguay, ponerle una pausa a mi trabajo de entrenador para estar encargado junto a otras personas que tienen que estar en el club de la parte fútbol. Antes de que ellos confirmaran que se iban a presentar, ya lo aclaro, una semana antes vino Nacho Ruglio a hablar conmigo, con un grupo ya formado dentro de Peñarol. Me preguntó qué iba a hacer yo en el futuro. A Nacho le comenté esto que estoy diciendo, estoy hablando con un grupo de gente que todavía no me confirmaron si se iban a presentar. Pero si se presentan tengo acordado con ellos que me voy a quedar tres años en el país y voy a aceptar ser Director Deportivo. Nacho me pregunta si él gana, si podía nombrar que había estado reunido conmigo y si yo aceptaba ese cargo. Le dije ‘voy a aceptar ese cargo, ya me comprometí con esta gente (Mario Colla y sus compañeros), me voy a quedar tres años’. En este grupo que se formó ‘La Nueva Era Peñarolense’, estuve en muchas reuniones, yo les pedí que se dediquen a ser dirigentes de Peñarol, a gestionar, ordenar el club. Me ofrecieron el cargo y les dije que sí, que es lo mismo que le dije a Nacho Ruglio. Si gana las elecciones y quiere que yo esté en ese cargo, voy a estar. Si ganan Colla y el Chumbo voy a cumplir lo que te estoy diciendo. Nacho está autorizado a decir que me nos reunimos y me preguntó qué pienso del club. A los dos grupos les comento, si quieren que esté en el club: esto tiene que funcionar así”.

A disposición del club: “Proyectos de verdad, desde el la esponsorización, hasta la contratación de los entrenadores. Siempre digo que para Peñarol voy a estar a la orden siempre. A menos que esté trabajando en otro lugar donde haya dado la palabra. Estoy disponible para lo que Peñarol crea conveniente, siempre y cuando charlemos, me digan lo que pretenden de mí, y se respete lo que pienso. No voy a estar en un lugar donde no se hagan las cosas bien. No pagarle a los futbolistas está mal, hay que cumplir para poder exigir. Al futbolista le tenemos que dar todo, me deja triste que los jugadores se vayan haciendo reclamos, re-financiando contratos. Me tocó vivirlo y me dejó triste, yo quiero otra cosa. ¿Cómo vamos a no cumplirle a los jugadores? Hay 8 o 10 jugadores en Peñarol que no tienen problemas para llegar a fin de mes, pero el resto no. Siempre pasó que los que más ganan ayudan al resto”.

Valor del club: “Somos un país exportador de futbolistas, y es difícil que no lleguen ofertas por los jóvenes. Hay que planificar bien, saber que por ejemplo Facundo Pellistri será transferido. Ahora con Facundo Torres pasará lo mismo, lo ves que marca diferencias, hay que hablarlo porque llegarán ofertas. Debe estar planificado, comprar lo necesario del medio local o del exterior. Lo que tenemos en el club hay que cuidarlo, si hay un buen lateral derecho en juveniles, ya debés saber que en uno o dos años ese puesto en Primera debe estar libre. Hay que darle espacio para que el jugador crezca, pero las puertas deben estar abiertas para los buenos jugadores del exterior, sobre todo los ex Peñarol. Gastón Ramírez, por ejemplo, Cristoforo, gente del club”.

Apoyo del más grande: “Yo creo que nosotros tenemos muchas glorias, en los momentos difíciles las palabras de ánimo ayudan. A mí me tocó, cuando tenía actuaciones malas, que siempre me llamara Fernando Morena para alentarme y decirme que tenía que levantarme. Me llamaba el ídolo máximo cuando la mano venía complicada y te daba vergüenza salir a la calle por la mala actuación que había tenido. Yo recibía fuerza y me preparaba para contagiar a los compañeros. Yo intento hacer lo mismo con los jugadores de ahora, para apoyar al club”.

¿Dónde te ves el 6 de diciembre?: “Esperando que decidirán los socios de Peñarol, estaré a la orden para la institución con mi forma de ser. Con gente que se preparó para ocupar ciertos cargos, eso es lo que quiero. El Gaby Cedrés es la persona que siempre quise para gerente, se lo pedí a Juan Pedro Damiani en su momento. Mi deseo (esté yo o no), es que el Gaby esté en Peñarol. Sé que Tony Pacheco estudió para gerente y entrenador, trabaja en el Club Náutico, en la organización del club. Conoce a Peñarol como nadie y si yo estoy en Peñarol los quiero, no solo por la gloria, sino porque se prepararon”.