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El presidente de la institución, Juan Pedro Damiani, brindó una entrevista al sitio web oficial de Peñarol, la cual transcribimos íntegramente a continuación:

A pocas horas de la eliminación de la Copa Sudamericana y a días del debut del primer equipo en el Torneo Uruguayo Especial, el presidente de Peñarol, Juan Pedro Damiani, concedió una entrevista a la web oficial del club.

En la nota, Damiani no dudó en juzgar como «un fracaso» la eliminación en primera fase de la Copa Sudamericana, pero dijo que vio cosas positivas en un equipo que está en fase de renovación y respaldó a los jugadores y al cuerpo técnico.

«He leído y escuchado a gente, incluso a queridos compañeros del Consejo Directivo, que la misma noche de la eliminación estaban buscando culpables. Yo les digo que no busquen más. Si quieren un responsable, alguien a quien señalar con el dedo, aquí estoy yo. Yo soy el responsable. He estado al frente del armado de este plantel y respaldo al entrenador, al director deportivo y a los jugadores que hoy tiene Peñarol. Si hay alguien a quien señalar, a quien responsabilizar de todo lo malo, está el presidente», dijo Damiani en la entrevista.

-¿Qué le dejó la eliminación de la Copa Sudamericana en primera fase?
-Un mal sabor de boca. Creo que tanto en Paraguay como en nuestro estadio mostramos que estábamos para pasar a la segunda fase. Pero en el fútbol no se gana con merecimientos, sino con goles. Y quedamos fuera, en primera fase. No es lo que esperábamos. No es para lo que se hizo un enorme esfuerzo desde lo económico e institucional. No es para lo que trabajó el cuerpo técnico y los jugadores. Pero es lo que sucedió y hay que asumirlo.

-¿Es un fracaso?
-Sí. No hay que tenerle miedo a esa palabra. Uno se plantea un objetivo, una meta, y cuando no la logra, cuando queda por el camino, fracasa. Lo que ocurre es que hay quienes, ante un fracaso, quieren tirar todo a la basura. Y todo lo que estaba bien hace una semana, hace dos días, de pronto parece que no sirviera de nada. Pero por ese camino no se construye nada.

-¿No cree que, después de esta eliminación, hay mucho que replantearse desde lo deportivo?
-Creo que se hizo un plan para el semestre y que hay que respetar ese plan. Hay un director deportivo y un cuerpo técnico que han solicitado todo lo que, a su entender, se necesitaba para abordar dos objetivos: la Copa Sudamericana y el Campeonato Uruguayo Especial. Y también para sentar la base del equipo que disputará la Libertadores del año entrante. Ese plan no se puede tirar a la basura por una eliminación que es el resultado de dos empates y del valor de un gol de visitante. He leído y escuchado a gente, incluso a queridos compañeros del Consejo Directivo, que la misma noche de la eliminación estaban buscando culpables. Yo les digo que no busquen más. Si quieren un responsable, alguien a quien señalar con el dedo, aquí estoy yo. Yo soy el responsable. He estado al frente del armado de este plantel y respaldo al entrenador, al director deportivo y a los jugadores que hoy tiene Peñarol. Si hay alguien a quien señalar, a quien responsabilizar de todo lo malo, está el presidente. Péguenme a mí, pero dejen trabajar al entrenador, a los jugadores y a todos. Porque dejándolos trabajar nos van a dar las alegrías que todos queremos.

-¿Tiene crédito el entrenador después de esta eliminación?
-El entrenador y su cuerpo técnico tienen el respaldo del presidente. Y los jugadores también. Todos ellos. Son los hombres y los profesionales a los que hemos apostado. Es hora de respaldarlos, de apoyarlos, y no de criticarlos en la radio o en un diario para quedar simpático con los socios y los hinchas.

-¿Le gustó el equipo?
-Le vi cosas interesantes. Es un equipo nuevo, que necesita acoplarse, conocerse. Y estamos en ese camino. Lo que no deja de sorprenderme es que los mismos que querían un equipo joven, rápido, ágil, ahora se preguntan por qué se fueron los experimentados, los más veteranos. A veces a la gente no le conforma nada. Yo en cambio le vi cosas muy positivas al equipo. Le vi actitud, hasta en el momento de mayor adversidad. Le vi agresividad en la marca, fuerza. Vi por momentos un Peñarol jugando por las puntas, que es lo que todos queremos. Tengo toda la confianza depositada en este plantel. Hay que apoyarlos, estar con ellos. Nadie se guardó nada. Los vi dejar todo en la cancha y luego, tras el partido, quedar muy dolidos por la eliminación.

-¿Habló con algunos jugadores tras el encuentro?
-Llamé a Perg, que jugó un gran partido y tuvo una fatalidad. Estaba muy mal por lo que sucedió. Yo le dije que el único que no se tropieza o no se resbala es que no lo intenta. Y que va a tener revancha. Estoy seguro que la va a tener.

-¿No era un riesgo demasiado grande cambiar tantos jugadores? ¿No podía suceder lo que finalmente sucedió?
-Era un riesgo. En lo personal, un riesgo calculado. Sabía que podía suceder. Pero en algún momento había que hacerlo. Había que tener un equipo y un plantel con otro promedio de edad. Lo reclamaban todos y trabajamos duro para hacerlo posible. Para traer a los mejores, y dentro de ese perfil de jugador. Riesgos hay siempre. Lo único que no tiene riesgo es no hacer nada. Pero no hacer nada no es una opción. En mi gestión, desde 2007 a la fecha, he asumido muchos riesgos. Era más cómodo invertir en traer jugadores y ganar campeonatos en el corto plazo que en crear el Centro de Alto Rendimiento y apostar tan fuertemente a los juveniles. Pero yo no conduzco un club que se mida en el corto plazo. Presido a Peñarol pensando mucho más allá de mi gestión, a la que le queda un año y medio. Estoy haciendo cosas y tomando decisiones que seguramente van a dar muchas alegrías a todos los peñarolenses en los años por venir, porque hemos cambiado la matriz del club. ¿Alguien cree que puedo tomar decisiones pensando en que me voy en un año y poco, y en que el que viene atrás se arregle? No sería serio. No sería yo. Lo que hoy estamos sembrando, lo que venimos haciendo desde 2007, lo disfrutaremos todos. En mi caso, como hincha, en la tribuna, con mis hijos. El presidente de Peñarol tiene que asumir esa responsabilidad y pensar en grande. Mirar siempre más lejos. Y dar la cara.