Entrevistamos a Robert “El Bola” Lima luego de haber recibido la medalla y el reconocimiento el pasado miércoles en el Estadio Centenario con motivo del aniversario 120 del club. El temperamental jugador carbonero fue campeón del segundo Quinquenio de Oro, entre los años 1993 y 1997.

¿Qué sentiste el miércoles por la noche cuando fuiste premiado con el resto de tus compañeros?

Pah, una sensación muy fuerte, sobre todo por la gente que había en el Estadio, y todo lo que significó el espectáculo.  Me puse muy contento realmente. Creo que faltaba hacer algo así para todos los campeones de todas las épocas. El club se debía esa fiesta, y con la gente.

¿Qué es lo que más extrañás de Peñarol?

El estar dentro de una cancha para mí es todo. Es una sensación única, y en particular extraño jugar un clásico. Ese partido que lo empezás a vivir una semana antes, y que es muy especial. Por lo menos yo lo vivía así.

¿Ahora jugás al fútbol de forma amateur o te abriste completamente?

Juego al fútbol 5 con mis amigos pero nunca dejé de entrenar. Lógicamente estoy entrenando menos que antes, pero entreno siempre.

¿Pensás ser entrenador?

Sí, estoy en eso. En apenas un mes ya me recibo. Ahora estoy dirigiendo la Octava división en Peñarol.

¿Cómo te ves al frente de un grupo de chicos?

Muy cómodo. Ya hace 1 año que estoy con los chicos, es una generación muy buena. Los veo muy entusiasmados con querer aprender pero no es fácil. De 30 chicos que tenemos, están los que quieren aprender y los que son más difíciles. El que no quiere aprender queda por el camino, pero esto es parte de lo que tiene el manejar un grupo.

¿Y soñás con dirigir la primera algún día?

Sí, claro. Esa es la meta, llegar a primera. Pero yo no me apuro y voy recorriendo mi propio camino.