Quienes aún viven voluntariamente al margen de la sociedad utilizan cualquier situación para manifestarse desde los anti-valores y dañar a la sociedad en todo lo que puedan. Estas personas tienen la capacidad de destrozar no solo las cuestiones materiales como el mobiliario urbano, sino también la de empañar una fiesta, indignar a una muchedumbre dispuesta a festejar sanamente, poner en tela de juicio las prácticas festivas de una institución y la de sus simpatizantes, hinchas, socios, directivos, etcétera.

Haciendo referencia a una frase dicha por Martin Luther King “no me preocupa tanto la acción de los malos como la inacción de los buenos”, todos los verdaderos hinchas carboneros tenemos que repudiar y aportar nuestro granito de arena para alejar a aquellos que intentan manchar nuestros festejos: Peñarol y su gente no merecen ser descalificados por culpa de algunos “simpatizantes” que no entienden nada acerca de la ideología carbonera.

Según la encuesta de Cifra, Peñarol posee el 46 % de la población. La mayoría de ellos son los trabajadores, los ciudadanos que a base de esfuerzo lograron comprarse una vivienda, un vehículo y que en la madrugada del 28 de setiembre vieron como otros aparentemente compañeros de sentimiento les destrozaban los vidrios de sus propiedades, les grafiteaban sus viviendas, les robaban de sus negocios, rompían los semáforos que le daban seguridad a sus hijos.

Lo que pasó en 2012 y este año en la rambla de Pocitos no puede volver a pasar. No puede continuar el pensamiento de “voy un rato y me vuelvo antes de que empiecen los líos”. No puede haber carboneros que se inhiban a salir de festejos porque saben que otros se los van a arruinar. Peñarol es de los que queremos a Peñarol, y por eso tenemos que cuidarlo.

El año pasado un grupo organizó la movida y luego intentó hacerse responsable de los daños no causados por ellos, pero como corresponde, dieron la cara al organizar la movida. Este año la movida la organizaron desde páginas de Facebook que fueron advertidas de que otra movida similar a la del año pasado iba a terminar igual. Estas páginas de Facebook que tienen muchísimos seguidores deben ser conscientes de la responsabilidad que tienen.

Por estos incidentes, la Intendencia de Montevideo le realizó una denuncia penal a Peñarol por los daños y roturas ocasionadas en la zona. ¿Quiénes son los responsables ahora? Seguramente no aparezcan responsables y Peñarol, que no tiene nada que ver en la organización de esta movida, pagará por unos pocos que no dejan festejar tranquilos a los hinchas del club más popular del país.

El mensaje es claro, ante más caudal de gente, más compromiso y cuidado hay que tener. Somos la hinchada más creativa, más numerosa y con mayor poder de compromiso en el país: tenemos que juntos hacernos respetar.

Hagamos que Peñarol sea más grande día a día, ayudemos entre todos a desplazar a los que no sienten la pasión que sentimos nosotros.