Mucho se ha hablado del rendimiento de Guzmán Pereira, quien sufrió un bajón importante y, con la ausencia de Walter Gargano, éste se hacía más notorio. El ‘Cabeza’ (como le apodan sus compañeros) tuvo encuentros en los que el nerviosismo le jugó una mala pasada y hacía que su actuación no sea la esperada.

También hay que resaltar que el equipo entero tuvo sus altibajos en estas 11 fechas del Apertura, especialmente en la semana en que enfrentamos a Danubio, Atenas y Torque, donde el equipo de Leo Ramos solo hizo 4 puntos de 9 posibles.

Con el mal funcionamiento del equipo, especialmente en la mitad de la cancha, surgieron los rumores de ir en búsqueda del ex aurinegro Egidio Arévalo Ríos. Consultado por dichos rumores, el DT respondió: «Enseguida llamé al presidente para decirle que yo no quería traer a nadie».

Pero no se puede dudar de la capacidad de un jugador, que gracias a sus méritos supo vestir la camiseta de la Selección Uruguaya. Posteriormente a esa semana nefasta, Peñarol recibió a Atlético Tucumán en el Campeón del Siglo, con la obligación de sumar los 3 puntos. La preparación (encuentros previos) fue de las peores, pero el plantel respondió y le regaló al hincha la victoria que se merecía; dentro de ella estaba el buen rendimiento que tuvo Guzmán.

Su buena actuación en el plano internacional le dio para recuperar la confianza que tanto necesitaba. Manteniéndose en el once inicial, enfrentó a Rampla Juniors de local obteniendo la victoria por 2-1 nuevamente, con una actuación aceptable (que coincidía con el ‘levante’ anímico del equipo).

En su última presentación se midió con Fénix, siendo en la marca, el comodín para cubrir a sus compañeros y ayudar a Cristian Rodríguez a jugar más suelto y con más influencia en ofensiva. Últimamente (según las variaciones del DT) termina asociándose con Mathías Corujo en el círculo central, dejando libre al ‘Cebolla’.

Marca, cubre, juega, tiene buen pie y la calidad para justificar su titularidad. ¿Tuvo un bajón notorio? Sí, es cierto, pero junto con el plantel (que también lo tuvo) levantaron el ánimo y recuperaron la confianza para volver al nivel con el que nos tienen acostumbrados e ilusionados.