El Colegio de Árbitros designó a Christian Ferreyra para el partido entre Deportivo Maldonado y Peñarol del próximo domingo y luego lo cambió tras la protesta fundada por el club Decano. Todos los involucrados quedan mal parados por no resolver el tema principal: los errores arbitrales.

Ya sabemos que hace muchos años el club cinco veces campeón de la Copa Libertadores viene sufriendo perjuicios por los fallos de los jueces. Se intentó la diplomacia, se intentó proponer una solución económica para profesionalizar el arbitraje, se intentó salir a trancar fuerte públicamente. Se intentó todo por parte de conductores diferentes como Juan Pedro Damiani, Jorge Barrera e Ignacio Ruglio, pero hubo pocos resultados.

En la jornada de ayer, en una demorada designación, el Colegio de Árbitros quiso mostrar que tiene poder y designó a Christian Ferreyra como juez del encuentro entre el Decano y Deportivo Maldonado, sin tener en cuenta lo mal parado que dejaría al Ejecutivo de AUF. Basado en estadísticas, Peñarol no quiere que Ferreyra (y mucho menos Andrés Cunha), lo arbitren. Ferreyra es un gran juez pero tuvo errores muy notorios e importantes que han perjudicado a los carboneros. Es lógico pedir que por un tiempo no participe en los juegos del mirasol.

El Colegio quiso mostrar su poder y provocó que Peñarol se defendiera y ayer por la noche hubo muchos movimientos y llamados. Pudo pasar que todos los representantes de Peñarol abandonaran la Asociación, un escándalo. Finalmente se cambió al árbitro (por Gustavo Tejera que también perjudicó con sus errores involuntarios a Peñarol).

Comenzará la prensa blanca a decir que las presiones de Peñarol perjudican al fútbol uruguayo. Dirán que no se pueden votar árbitros, pero Pablo Giménez ya no arbitra partidos importantes porque Nacional presionó por entender que lo perjudicó (no fue así). ¿Por qué cuando Peñarol protesta es presión y cuando lo hace el viejo rival es defender sus derechos? Hay una dualidad de criterio muy grande.

Daniel Fedorzuck, un árbitro no querido por Nacional fue bajado de categoría, mientras que José Burgos quien se equivocó en muchos encuentros perjudicando (involuntariamente) a Peñarol fue ascendido [ver nota]. Burgos es inducido a pitar un penal en el encuentro de carboneros ante la IASA por el VAR, y no pasó nada. Ante Fenix Esteban Ostojich no vio un penal gigante, ante Wanderers fue Andrés Matonte el que no vio penal contra Damian Musto, el sábado pasado el penal contra Gary Kagelmacher que no vio Jonathan Fuentes y el VAR con Antonio García y Mathias De Armas no llamó al juez para que revisara la jugada.

Peñarol no protesta infundadamente, el carbonero fue perjudicado notoriamente en el Apertura y lo que va del Clausura. Que en algún momento Ferreyra volverá a dirigir en un partido de Peñarol parece obvio, pero que lo designaran para el encuentro del domingo fue una demostración de poder. Peñarol tiene que ser autocritico pero no debe doblegarse, ni acostumbrase a que lo perjudiquen y nadie se haga responsable. El Clausura sigue y parece que se puede complicar más por errores ajenos. Hay que estar muy alerta.