BANDERA 2
Peñarol, te quiero sucio, feo, perdiendo y odiados por todos
. Peñarol te quiero en la lona, desesperanzado, desilusionado a todos. Peñarol te quiero regalando campeonatos, apilando derrotas inexplicables, y soportando goles de película. Peñarol te quiero cuando aprieta el cuello en la soga, y asoma el »sin el pan y sin la torta». Peñarol te quiero lejos de la fama, bien manipulado para el rédito de los medios de comunicación, y sonando por tus quilombos de ocasión.

Te quiero cuando oles feo, cuando el conventillo despierta, y cuando la alegría se acuesta.

Ondeando luzca el sol o no. Así me enseñaron y así aprendí. ¿Cómo salió Peñarol? Perdió 1000 a 0. Yo te sigo, como peregrino sin razón, como cable sin luz, con agua sin corriente. Estoy ahí, cuando más me precisás, cuando más me hacen falta tus sonrisas, yo tuerzo la boca de dicha para respaldarte por todos los buenos momentos que compartimos.

Ayer descontrol en la Plata. Hoy desaire en Montevideo. Disculpe señor Razón, me someto por eso a tu voluntad, y te obedezco hasta dónde puedo, mi genio amor.

Esclavo de tu voluntad, minero encerrado en tu cueva, soldado de tu pasión. Seguimos acá reluciendo tus diamantes cuando están bien marchitos. Resaltando tus gustos, cuando saboreás mal. Paladeando felicidad cuando la tristeza se hace común denominador. Somos nosotros nuevamente, los Inocentes que no entienden la lógica de abandonarte cuando perdés, y te respaldamos sin revés. Los que no esperamos ningún beneficio más que tickear nuevamente la casilla de fidelidad. No nos entienden, nos nos comprenden. No nos interesa, no nos compete. Seguimos acá, viendo jugadores desfilar, entrenadores actuar, dirigentes errar en su hablar.

Seguimos acá plantando bandera, sorteando barreras, y demostrando que lo nuestro no responde, ni a modas, ni a viajes, ni a copas, ni a resultados, ni a momentos deportivos, ni a situaciones políticas, ni estructuras edilicias. Seguimos acá por la unión de nuestra gente, por respaldar lo que cantamos en la Ámsterdam, por derribar no ser hipócritas, por cuestionar a todo aquel que juzga nuestro fanatismo como algo pasajero sin sentido.

Hoy somos apoyo en tus tropezones, somos abrazo en tu soledad, somos grito en tu silencio. Hoy somos la gaza de tu herida, la calma que te abriga, el respaldo hecho saliva. Hoy somos claridad en tu nebulosa de dudas. El futuro es incierto, pero nuestro premio es ser fiel a nuestro sentimiento. Y éste estará el miércoles a flor de piel, cabeza erguida, cuerpo inclinado, brazos en 90 grados, gritando la melodía más punzante, más agresiva, más decisiva. Buscando unir más que dividir, luchar más que desertar, alentar más que despreciar.

Ahí nos verás Peñarol, como aquel que hurga hambriento el mejor alimento, como aquel niño desolado que encuentra el afecto más esperado, como aquel náufrago que encuentra una isla de emoción salvando su corazón.

Te seguimos, te alentamos, te bancamos, y te respaldamos a pesar de tus cielos grises, a pesar de tus magros desempeños, o tus promesas jamás cumplidas.

Dejamos acá un himno humilde de incondicionalidad. Un himno de amor a tus colores. Un himno que perjura siempre apoyarte ante los más grandes temores.

Quien lo siente lo sabe.