Hace un tiempo ya que en nuestra institución existen muchos casos de contrataciones de jugadores que llegan habiendo tenido un gran rendimiento en el club en donde se desarrollaban, sin embargo cuando lo que tienen que hacer es defender nuestra camiseta, no lo hacen de la misma forma. ¿Por qué sucede esto si quienes contratamos son jugadores considerados de “alto nivel” en nuestro medio?

Refiriéndose al plantel actual, el año pasado nuestro club tuvo una contratación que parecía que iba a dar que hablar. Este muchacho de nombre Joao Pedro Galvão, es un jugador joven, el cual se hacía mostrar como bastante habilidoso, venía de Italia y había sido parte de las selecciones inferiores de Brasil. Este tuvo buenas apariciones en sus primeros partidos, y posteriormente su rendimiento disminuyó, y así cada vez más. Tal venía siendo su rendimiento que Jorge Da Silva no lo tuvo en cuenta como recambio durante gran parte del campeonato Clausura e incluso no formó parte de los convocados para algunos partidos. Llegar a ser jugador en algún cuadro de Italia es un mérito, ser parte de las selecciones inferiores de un país también lo es, y mucho más si ese país es Brasil. Entonces, ¿por qué Pedro no se desempeña en forma correcta en Peñarol? ¿Será esto parte de llevar consigo la camiseta más gloriosa de nuestro país?

Continuando con el plantel actual, también el año pasado Peñarol salió al mercado en busca de delanteros. Contrató a dos, Maximiliano Pérez proveniente de Fénix y Jorge Zambrana de River Plate, que venían teniendo muy buen rendimiento en sus clubes. Al momento de vestir la camiseta aurinegra, ninguno de estos justificó su contratación. Tal es así que en el período de pases de principio de año, nuestra directiva fue en búsqueda de Ifran, Salgueiro o Mora, logrando que solamente el último llegue a filas mirasoles. Para el parecer de muchos carboneros, Maximiliano Pérez no hace entrega de su máximo, cosa que correspondería por dónde está jugando. Si bien Zambrana puede parecer que tenga un poco más de entrega, no es ni parecido a aquél que jugaba en River Plate siendo un jugador que siempre complicaba a los rivales. ¿Por qué es que ninguno de estos dos jugadores no se desempeñan de la misma forma que lo hacían anteriormente en sus respectivos cuadros? Para muchos de nosotros la respuesta debería ser que la camiseta “les pesa”; porque claramente no es lo mismo jugar en un cuadro chico que en un gigante de América.

Agreguémosle los casos de Nicolás Amodio y Juan Álvez. El primero es un caso similar al de Pedro; se desempeñaba en Italia el cual no es un fútbol para nada fácil de llegar e incluso formó parte del plantel del Nápoli hasta el 2010. Sin embargo, al llegar a Peñarol, no se lo puede tomar en cuenta ni para una práctica ya que tiene un nivel impresionantemente bajo el cual no justificaría su desempeño en ningún cuadro del fútbol uruguayo. Con respecto a Juan Álvez, zaguero por el cual Peñarol hace tiempo que insistía en su contratación, fue parte del plantel titular solamente unos pocos partidos al comienzo del campeonato. Sin embargo, con el paso de los partidos se notaba que jugaba con cierto nerviosismo e imprecisión, notando la diferencia de jugar en Belvedere ante 200 personas a que jugar en el Estadio Centenario ante 30.000 personas. Entonces, ¿les queda “grande” la camiseta?

También existen jugadores con ciclo contrario. Estos son quienes no tienen un buen rendimiento en nuestro club, se van a otro y sí lo tienen. Aparecen en mente dos jugadores. Uno de ellos, Cristian Palacios, fue parte del plantel aurinegro campeón en el 2010, convirtiendo 1 sólo gol en 9 disputados. En 2011 fue cedido a Central Español, cuadro en el cual fue goleador del torneo convirtiendo 15 goles en 14 encuentros que disputó. El otro, es Rodrigo Pastorini, quien marcó el único tanto de Peñarol contra Defensor en aquel 1-1 de una tarde muy lluviosa en el Estadio Centenario. Este último está teniendo gran rendimiento en su club actual, e incluso marcó un “hat-trick” varias fechas atrás. Seguramente sus rendimientos no sea el mismo en Peñarol como en Central o Racing, ya que ninguno tenía suficiente madurez como para vestir la camiseta del Campeón del Siglo XX. Tal vez muchos jugadores se pueden sentir inferiores jugando en puestos que ocuparon grandes como Fernando Morena o Diego Aguirre. Muchas pueden ser las respuestas para estos casos, la única conclusión es que en Peñarol no cumplieron con el rendimiento que todos pensábamos que podían tener.

Todo esto debe ser parte de lo que implica jugar en Peñarol, y dentro de esto existen diferentes factores: uno puede ser que a estos jugadores no les debe ser nada fácil jugar ante la inmensa cantidad de gente que lleva Peñarol. También no les debe ser nada fácil jugar en partidos televisados, sabiendo que los pueden estar mirando de más de un país y pueden lograr el pase a otro fútbol más cotizado. Y como factor más importante, no les debe ser para nada fácil vestir la camiseta a rayas amarillas y negras con lo importante que ésta fue, es y será por siempre. Peñarol se consagró 48 veces campeón uruguayo, 5 veces campeón de América y 3 veces del mundo, entre otros. Sin dudas es una institución inmensa, y deberíamos contar con jugadores acorde a la misma, no con jugadores que no rinden como deberían rendir. Pero, ¿Por qué pasa esto? Si supuestamente Peñarol contrata los mejores jugadores del medio local, deberían tener el mismo rendimiento en nuestro club que en el anterior, ya que los rivales son exactamente los mismos. La respuesta puede ser que contratamos jugadores de bajo nivel que tiene apariciones sólo en cuadros chicos, jugadores que no están aptos para asumir la responsabilidad y no están emocionalmente preparados para jugar en Peñarol. Deberíamos cuidar los jugadores que pensamos contratar y observarlos bien desde su punto de vista psicológico ya que muchos no brindan un buen resultado.

También, dentro de los hinchas de Peñarol existe la teoría de que somos “Aguirre-dependientes”. Lo últimos tres logros (léase campeonato uruguayo 2003 y 2009-10 y la final a la Copa Libertadores en el 2011) a nivel deportivo fueron de la mano de Diego Aguirre. ¿Seremos dependientes de Aguirre? ó ¿seremos dependientes de un estereotipo de técnico joven, símbolo del club, aguerrido y proponedor de un fútbol rápido, estudiado y muy inteligente? Fue Diego Aguirre quien hizo rendir de forma excelente a muchos jugadores que tal vez otros técnicos no tenían en cuenta. Basta con fijarse en la plantilla de la Copa Libertadores del año pasado; jugadores que tal vez no eran de renombre, Diego los estudió y los trajo en el momento justo. Fueron ellos quienes nos llevaron a la final de América, por ende su rendimiento fue cuasi óptimo.

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