La semana pasada se generó un alboroto cuando se anunciaba que Peñarol y Cerro jugarían ambos partidos del Campeonato Uruguayo en el Estadio Centenario. Desde la dirigencia del tradicional adversario se encargaron de condenar el accionar de los directivos de Peñarol, siendo el Escribano Guillermo Pena, su delegado, el más contundente.

En una nota realizada por Tiempo de Fútbol en Sport 890, y levantada en el diario deportivo de El País, Pena declaró “Nosotros (ellos) no compramos localías”. Se atrevió a comparar a ambas instituciones, haciendo hincapié en que “´Nosotros (ellos) iremos al Tróccoli todas las veces que sea necesario, así como al resto de las canchas, no compramos localías. No tenemos ´peñartolitis´, que Peñarol haga lo que quiera. Esto es una confirmación de que Nacional es muy distinto a Peñarol´, remató.”

Además, aprovechó el momento para agredir a nuestra institución, refiriéndose al estadio: “Creo que lo de Cerro es un tema económico, lamentablemente Peñarol no tiene cancha y por eso pueden fijar los dos partidos en el Centenario, pero como Nacional sí tiene cancha no puede hacer el mismo arreglo”.

Sin embargo, este sinvergüenza parece no haber recordado que Nacional también empleó la misma estrategia durante varios años, como por ejemplo en el Clausura 2001, cuando le aseguró al Montevideo Wanderers 10.000 entradas en el Estadio Centenario, y de esa forma poder sacar el partido del Parque Viera. Como era de esperar, se quedaron cortos, y aquella tarde, solo pudieron vender 4.000.

Como refleja el artículo de La República, “Nacional tendrá (tuvo) que abonarle a Wanderers, unos U$S 10.000, aproximadamente, por el seguro de entradas que ambos acordaron para jugar el partido en el Estadio Centenario y no en el Parque Viera como indicaba el fixture”.

Los números fueron contundentes, “Un fiscal de Wanderers concurrió a las 18.00 horas al Estadio Centenario y contó, urna por urna y talón por talón, y comprobó que se habían vendido, realmente, 3.900 entradas, además de las que adquirió Nacional para aumentar el promedio y evitar un desembolso financiero mayor”.

Además, estos señores que se jactan de tener una “Cultura Nacional”, aquella jornada realizaron una jugada bastante sucia, que relata claramente el periódico antes mencionado:

“Los dirigentes de Wanderers, quizás por inexperiencia, quizás por exceso de confianza, esperaban obtener una recaudación líquida de unos U$S 25.000 porque calcularon las 10.000 entradas que Nacional les aseguraba a un costo de $ 40.

En lo que no repararon los bohemios fue en que el seguro no especificaba la calidad de las entradas lo que motivó que sus pares tricolores, para bajar el costo del seguro, adquirieran 3.000 localidades de Damas, Menores y Jubilados y Socios y unas 80 de socios de las Tribuna y Platea América.

De este modo, Nacional logró aumentar la venta global de entradas por lo que ahora, para cumplir con el convenio tendrá que abonarle a Wanderers unas 3.000 aproximadamente que, a $ 40 cada una, ascienden a unos U$S 10.000. El negocio para Nacional resultó redondo porque con unos U$S 13.000 (costo de las 3.900 y la diferencia que debe pagar) logró sacar a Wanderers del Parque Viera –donde siempre es un rival difícil– y se aseguró tres puntos que lo mantienen a una unidad del tradicional rival que encabeza la tabla del Clausura”.

Los hechos demuestran que el Club Nacional de Football, propulsor de una falsa y ridícula “Cultura Nacional”, miente, y otra vez, busca atacar a Peñarol para tratar de sacar ventajas. Esto lleva al recuerdo de cuando se comenzó a implementar el 2 x 1 en la Colombes, y atacaron por todos lados la movida, dejando pasar por alto (o tal vez no), que ellos llegaron a vender entradas a $30 con una consumición incluida (un café).

Cuando señalás y acusás a alguien con un dedo, cuidate, porque hay 3 dedos que te señalan. Como dijo el gran Walt Disney, “No se dejen engañar, en casa se lo van a agradecer”.