Comenzamos a vivir la semana más importante del semestre que desembocará en el partido decisivo del domingo ante Juventud de Las Piedras. Peñarol está a un triunfo de coronarse campeón, aunque ese triunfo hoy es visto a cientos de kilómetros de distancia.

No es momento de repetir y remarcar que el equipo no juega a nada, que hay jugadores que parecen no entender dónde están, que el entrenador está perdido. Todo eso ya se dijo una y otra vez y nada cambió.

Bengoechea ha ido atravesando un proceso cambiante a lo del campeonato que se puede ver plasmado en sus conferencias de prensa. Al principio, “el equipo se estaba conociendo”, luego reconociendo que “se puede jugar mejor”, después “el resultado fue lo más importante”. Ahora desembocamos en “no le encuentro la vuelta al equipo”, “algunos jugadores iban en busca de la victoria y otros cuidar el resultado” y el último “haga lo que haga, no sale”.

Más sincero que esto, no hay. Ya lo reconoció el entrenador, ya lo saben los jugadores.

Concentrémonos esta semana en estar todos encausados detrás del mismo objetivo. Olvidemos lo demás por siete días. El domingo tenemos que llenar el estadio y todos juntos empujar para ir en busca del triunfo. Va a ser un partido dificilísimo, como todos los demás.

¿Es mediocre? Puede ser, pero lo cierto es que deportivamente no hay de dónde agarrarnos para afirmar que el domingo ganamos seguro. Tenemos que estar todos juntos esta semana apoyando a muerte al equipo. Cuando termine el Apertura se pasará raya y se pensará.

Están defendiendo la camiseta de Peñarol, la más grande de Uruguay, América y el Mundo. Apelamos a su rebeldía, a su amor propio, a que nos demuestren que pueden ganar. Peñarol ha sabido ganarle a la adversidad una y otra vez.

El domingo salgan a comerse la cancha y pasar por arriba al rival. La hinchada los va a apoyar a muerte. ¡EL DOMINGO CUESTE LO QUE CUESTE, EL DOMINGO TENEMOS QUE GANAR!